Capítulo 9

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El hotel es pequeño pero acogedor. Todos están muy entusiasmados. Tienen muchas ganas de que llegue la noche.

Entran por una puerta de madera un tanto vieja y carcomida. Por dentro es muy bonito. Hay un jardín en el centro del edificio que está rodeado de flores preciosas y coloridas. Se puede apreciar con claridad una copiosa cantidad de groselleros en los alrededores del mismo. Y en el centro de este, una fuente enorme con forma de pez.

Todos pasan a recepción. Una mujer joven, rubia, bastante alta y con un rosto rubicundo les atiende a todos. Las habitaciones van por parejas. Cris irá con Miriam, Alicia con Bea y Salomé con Mercedes.

– Tomad chicas, la llave de vuestra habitación. Quedarse dentro y no salgáis hasta que os lo digamos ¿vale? –les dice su profesora a Cris y a Miriam.

– Gracias. –responden las dos a la vez furibundamente.

Cris toma la iniciativa y coge la llave con desidia. Las dos se dirigen al ascensor. Esta es: "3ª Planta, habitación nº 136."

– Bueno, ¿y quién se queda con la llave? –pregunta Miriam.

– Si quieres me la quedo yo.

– Sí, mejor llévala tú. Eres más responsable que yo.

– Pues ya tienes que ser irresponsable para que yo la vaya a guardar mejor que tú. –bromea Cris sonriéndole.

– Lo soy. Y lo sabes.

Es cierto. Cris sabe que Miriam no será capaz de guardarla. Pero también sabe que ella también es un desastre. Aun así decide confiar en sí misma y quedárselas durante estos días.

Han llegado a la habitación. Introduce la llave y abren la puerta.

– ¡Qué habitación más fea! –grita Cris con aversión.

– ¡Es horrorosa!

– Bueno, tal y como es el colegio... No creo que nos lleven a ningún hotel de cinco estrellas.

– Ni de cinco, ni de una. –bromea Miriam con cierto desdén.

Las dos chicas ríen. Es cierto, su colegio es así. Siempre buscan lo más barato para llevarse ellos la mayoría del dinero. Ese es el problema de los colegios privados...

Las dos chicas estaban de acuerdo en que aquella habitación era bastante hosca. Pero decidimos actuar con benevolencia y dejar de quejarnos.

Esta tiene forma de rectángulo en horizontal. A la derecha, hay dos alcobas bastante hirsutas con una mesilla entre medio; a la izquierda está el cuarto de baño y, en frente de las camas, se encuentra una televisión súper pequeña la cual colgaba del techo mediante un artificio expresamente para ello. Y justo debajo, un armario mediano. En la pared de enfrente de la puerta hay una ventana que da al jardín del hotel.

– Voy a cambiarme Miriam.

– ¿Por qué? Si estás preciosa así.

– Es que me siento incómoda con esta camisa. No sé.

– Bueno, como tú quieras. –dice Miriam encogiéndose de hombros.

Se ha cambiado la camisa por una camiseta de encaje de color rosa muy claro. Le queda bien.

– Vaya... Qué guapa. –dice Miriam impresionada.

– Gracias cariño. –responde sonriendo. –Pero, no es para tanto de verdad, tú también estás muy guapa.

– No tanto como tú cielo.

De pronto escuchan unos golpes en la puerta. Alguien está llamando. Miriam se levanta de la cama en la que está sentada y abre con el vaticinio de que será su profesora. Así es. La chica le sonríe antes de que comience a hablar.

– Chicas, cuando estéis listas, bajad al vestíbulo que nos vamos ya. –les avisa.

Las dos asienten (incluso Cris que se ha asomado a ver qué pasa y quién es) y empiezan a recoger la habitación.

– ¿Sabes a dónde vamos? –pregunta Cris.

– Ni idea... Supongo que daremos una vuelta por aquí. Ya es tarde así que no creo que hagamos mucho.

– Es cierto...

– Bueno, ¿vamos?

– Sí. ¿Has cogido la llave?

– Por supuesto. –dice Cris guiñándole un ojo.

Ya están abajo. Son casi las últimas. Deciden esperar unos cinco minutos más a que bajen todos. De pronto se acerca Nico.

– Cris, ven un momento por favor, que tengo que hablar contigo.

– Dime. –responde ella.

Se alejan de todos a una de las esquinitas de aquel vestíbulo. Están junto al lado de la puerta para entrar en el jardín. No hay nadie más pero casi todos sus amigos los están mirando. Cris está avergonzada pero tiene mucha intriga de lo que le pueda decir su amigo.

– Simplemente quería decirte que, bueno, no sé si lo has notado pero todo el mundo piensa que estamos saliendo por culpa de tener que escondernos siempre para fumar.

– Lo sé. Las chicas llevan todo el viaje diciéndomelo. Pero, Nico, no podemos dejar que se enteren.

– Ya... pero...

– Aguanta durante este viaje y ya cuando volvamos a casa pensamos qué hacer ¿vale?

– Vale.

Están de acuerdo en que no quieren que se enteren pero, también están de acuerdo en que no quieren que los demás piensen que están saliendo.

– Oye, necesito uno. –dice Nico un tanto desesperado.

– Espérate Nico. Tenemos que esperar a que todos se vayan.

– Vale, pero busca rápido algún momento porque yo necesito uno ya.

– Vale, pero tranquilízate.

Cris también tiene ganas de fumar, pero sabe que hasta que no encuentren el momento indicado para que no haya nadie no podrá.

– Bueno, ¿algo más que decirme? –pregunta Cris.

– No. Solo era eso.

– Pues vaya... -dice moviendo la cabeza de un lado para otro.

Nico la mira y le hace una señal con la cabeza para que se reúnan de nuevo con sus compañeros.

– ¡Espera! –grita el chico.

– ¿Qué pasa? –pregunta Cris un poco asustada de su inesperado comentario.

– ¿No te has dado cuenta de que Julio está últimamente muy pendiente de ti?

– ¿Cómo? ¿A qué te refieres?

– A que está todo el rato contigo, hablándote, siguiéndote a todos lados...

– No... No me había fijado...

Cris se queda pensando durante unos segundos. Es cierto que se ha dado cuenta de que Julio ha estado mucho con ella durante el viaje pero, no se había parado a pensarlo.

Nico se ríe y le da varios golpes en el brazo con su codo. Cris no entiende nada. Quiere saber qué está pasando pero Nico solo se ríe de ella sin decir palabra. ¿Y si Julio la quiere? Podría ser... No, imposible. O sí...

De pronto, se escucha una voz gritando hacia donde estaban ellos:

- ¡Venga tortolitos que nos vamos! ¡Dejad de haceros manitas y venid de una vez! –grita Miriam.

Otra vez... Está muy harta ya de los comentarios de sus amigas. Sabe que lo dicen de broma pero, ya lo han dicho demasiadas veces.

Nico vuelve con sus amigos y Cris con las suyas. Seguidamente todos van saliendo del hotel mientras una de sus profesoras permanece en la puerta para contar a cada uno de ellos y asegurarse de que no falta nadie.

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2015 ⏰

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