Cap. 12 Gracias, Pequeña

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La noche cayo sobre el segundo plano, la familia se encontraba en el comedor disfrutando de una rica cena que preparo la joven Belén, mientras comían se contaban las cosas que hicieron durante el día, de parte de William contaba su progreso con las espadas también el poder ya defenderse cuerpo a cuerpo, Bell conto el orgullo que tenia por su único alumno will, aparte de alardear un poco, Zoe se la paso juntando fruta en el borde del bosque y otros que hacer de la casa. entre tantas voces faltaba la de Scott, que apenas si toco su plato, no daba comentarios o miradas a los chicos que hablaban entusiasmados, como si su cabeza estuviera en otro lado.

-- Scott, que te ocurre? no eres de estar callado en la hora de comer. --

-- Discúlpenme, debo retirarme, buen provecho. -- Dijo para luego, ponerse de pie bruscamente e irse derecho al segundo piso.

los chicos se sintieron un poco mal, pensaban que era su culpa o que lo abrumaron con tanto parloteo, Zoe los calmo diciendo que ira a ver por el y pidió que por favor al terminar juntasen la mesa, ambos con una cara larga aceptaron, después de todo sabían que mucho no podrían hacer ya que no conocen a el Ángel tan bien como ella, cuando se fue entre murmullos terminaron su comida e hicieron caso a lo que la pequeña pidió.

Por otro lado, dicha niña subió las escaleras siguiendo los pasos de Scott en dirección a su cuarto, le pareció extraño ya que generalmente siempre se la pasa en su oficina metido, casi nunca va a su habitación salvo caso que se sienta enfermo, esta posibilidad le preocupo un poco. Abrió la puerta preguntando por el, lo único que vio dentro eran fotos tiradas por todos lados junto a documentos con quemaduras en los bordes, todo era un desastre a la vista, sin rastros de Scott, no tuvo otra que entrar con cuidado revisando las cosas en el suelo buscando alguna pista.

-- Parecen ser fotos.. pero no reconozco quienes son ellas dos, la mas pequeña se parece mucho a el, tal vez esta es su familia.. porque será que nunca me hablo de esto antes?.. --

Un fuerte sonido en el techo la asusto, dejo las fotos sobre la cama saliendo al balcón del cuarto siguiendo su curiosidad, notando al salir unas enormes alas blancas sobre su cabeza, al instante reconoció que eran del muchacho pero había algo que no cerraba en esas alas, un aroma a humo salía de las plumas, como si se estuviesen incendiando. Levanto mas la mirada para ver a Scott, quien sujetaba con fuerza una muñeca de porcelana contra su pecho, el al notar su presencia la miro sorprendido extendiendo las alas en el aire, Zoe preocupada por el aroma se trepo al barandal del balcón intentando llegar a el.

--Scott! tus alas se queman!.. vuelve a dentro por favor! yo no puedo subir!.. --

--Zoe basta!.. vas a caerte baja de ahí, dejame solo!.--

La chica seguía intentando subir insistiendo a que bajase, no iba a dejarlo solo tan fácilmente después de todo, era como su padre y estaba preocupada por su estado. 

En un descuido, pierde el equilibrio resbalando por el metal encerado del balcón, cayendo de espaldas al suelo, el grito de la pequeña hizo que Scott reaccionara, dejando caer la muñeca y saltara en busca de su rescate, era una altura algo baja pero peligrosa para ella, usar sus alas no era opción, así que no tuvo otra que llegar hasta ella, abrazarla y ponerse debajo para recibir el impacto. Ambos en el pasto, Zoe se arrodillo al lado de Scott asustada, el se sentó dando quejidos de dolor, ya que en toda su espalda y parte de sus alas se habían cortado por el choque en la tierra.

--Dios.. !lo lamento!.. no quise que te lastimaras por mi culpa, vamos a dentro ¿si? así puedo curarte al menos un poco --

Scott sonrió y acaricio la cabeza de la pequeña para calmarla, en señal de que no pasaba nada, entendió el gesto sonriendo en respuesta, ambos se pusieron de pie y caminaron a dentro mas precisamente a la sala, donde will y Bell estaban con el rostro pegado al vidrio de la ventana, que al notar la presencia de los ¨recién caídos del cielo¨ según Willy, se les acercaron asustados empezando a interrogar a ambos.

--Cálmense, me encuentro bien y ella igual, solo me raspe un poco mis alas y la espalda.-- Dijo Scott, Su seriedad les hizo cerrar la boca, ciertamente daba algo de miedo.

Zoe recordó algo que vio, le pidió a Bell que lo curara en lo que ella subía a su cuarto a buscar una cosa, respondió diciendo que no se preocupara que vaya tranquila, subió rápido las escaleras en dirección a un cuarto que no era el suyo, si no del Ángel herido, entro con cuidado dirigiéndose al balcón donde yacía la muñeca a la luz de la noche, la tomo con cuidado mirándola detenidamente, era una muñeca algo antigua, su porcelana parecía golpeada y despintada, las telas que formaban su ropa estaban rasgadas y sucias. A Zoe le gusta la costura, y ver algo así le daba ansiedad, la abrazo con fuerza y fue ahora si a su cuarto, dejando a la muñeca sobre su escritorio junto a una foto que había tomado del cuarto anterior, una joven de cabello verde y ojos rojizos abrazada a dicha muñeca, sonriendo felizmente, la miro por un momento.

--No te preocupes, restaurare la muñeca para tu padre pequeña niña.. las debe de extrañar demasiado, se que se pondrá feliz por ver un recuerdo restaurado -- 

Salió de su cuarto volviendo a bajo con los demás, al llegar vio a un pobre chico enredado por las vendas y a una chica semi albina tratando de ayudarlo, esto le dio algo de risa, por otro lado estaba un muchacho de rostro cansado, ojeras, una leve sonrisa de auto consuelo. Zoe se acerco dándole un abrazo cálido, soltando en sus manos un trocito de tela de la muñeca, vio como la sonrisa de Scott se volvió mas real y correspondió al abrazo, mirando ambos como los otros dos chicos se peleaban por quitar esas molestas vendas, la pequeña lo miro.

--  Se que el tema de William te afecta, se que las extrañas mucho, pero descuida todo estará bien Scott, te lo prometo -- 

El Ángel, giro la cabeza algo impresionado por ese comentario, mostrando un brillo particular de la sinceridad detrás del dolor y la perdida en sus ojos dorados, algo que a la menor impacto. Ya relajado, dio mas fuerza al abrazo. 

-- Gracias, Zoe. Mientras estén a mi lado, creeré en tu palabra. --

Hasta Después De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora