Cap. 2 Mal sueño

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Después de bastante tiempo caminando, pensando en donde podría estar, recordando cosas y momentos lindos que paso con su familia, sus débiles piernas no pudieron dar un paso más por el cansancio, cayó sentado a los pies de un sauce, hambriento y sediento, aun algo adolorido por los abusos de su padre, se quedó allí pensando si seguir caminando o no, después de todo no estaba seguro de cuál sería su destino exactamente y caminar sin rumbo es dolorosamente agotador. Poco a poco gracias a la calma de ese lugar y la ausencia completa de las voces que se escuchaban antes, el pequeño niño empezó a quedarse plenamente dormido, acurrucándose junto al tronco del arbol utilizando unas ramas y hojas caídas como almohada, logro dormirse a pesar del hambre y demás.

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William no suele tener sueños, menos si esta así de cansado, pero esta vez fue diferente. El comenzó a soñar con un día de playa en familia, se encontraba sentado en la arena debajo de una palmera mirando como sus padres caminaban a orillas del mar tomados de las manos, al verlos así de felices le seguía cruzando por la cabeza que ocasionó ese acto de su padre, ese acto tan desgarrador y espantoso de ver, cuando empezó a bajar la cabeza al recordar dentro del sueño esa feroz escena, la voz de su hermano llamándolo lo hizo reaccionar.

-¡Hey! Aquí estabas, te estaba buscando por toda la playa hasta pensé que te llevo el mar. No me vuelvas a asustar así pendejo. - Era tan relajante volver a escuchar su voz, se sentía tan real, pero por alguna razón will sabía que no era así

-Ash, no te disculpes descuida, no pasa nada solo no lo vuelvas a hacer. Toma, conseguí cocos para merendar. Disfru- ....-

Un disparo interrumpió la frase de Mike.

Al escuchar ese aterrador sonido Will quedo sentado en la arena asustado, mirando como su hermano, su héroe, recibía un segundo disparo cayendo con ojos negros al suelo, completamente muerto. El pequeño se dispuso a levantarse y buscar con la mirada a sus padres, a lo lejos los vio, su padre sujetaba una escopeta cargada, ese hombre giro la cabeza mirando al niño con un rostro de psicópata, mientras su madre estaba tirada a orillas del mar con un disparo en su espalda, pintaba el agua cristalina de un color rojo, color que empezó a invadir todo el lugar, la arena, los arboles e incluso el cielo.

William estaba aterrorizado mientras miraba la escena, poco a poco su padre se le acercaba diciendo que el era el siguiente, haciendo que el niño retrocediera, hasta chocar con la palmera por la cual estaba recostado anteriormente. Ya teniéndole de frente a aquel monstruo y sin poder huir, sintió el frio metal del cañón posarse suavemente en su cabeza, entre llantos miro a los ojos de su padre dando su último grito pidiendo ayuda...

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William despertó de un salto, sentándose automáticamente cubriendo su boca para no gritar, se quedó pálido y asustado mirando fijo al suelo, dejando que las lágrimas de sus ojos recorrieran sus mejillas, el susto de esa pesadilla fue demasiado fuerte. Así se quedó unos minutos hasta poder recapacitar y afrontar el hecho de que solo fue un mal sueño y ya.

-Calmate Will.. nada fue real.- se reptía una y otra vez

Le tomo tiempo reaccionar y darse cuenta que ya no estaba debajo de aquel árbol, el recuerda bien haberse dormido debajo de un sauce, ahora se encontraba en un cuarto algo extraño teñido con los colores de la noche, había decoraciones de origami, papeles que parecían ser docuentos pegados por algunas zonas de las paredes, una pequeña biblioteca junto a un escritorio, juguetes y stickers pegados en la puerta, un hermoso ventanal de cristal que llevaba a un balcón del cual entraba la luz de la luna.

Se sentó en el borde de la cama estirándose un poco, seguía algo adolorido, se miró el cuerpo extrañado, tenía una ropa diferente a la que llevaba cuando estaba en el túnel, ahora tenia una remera verde que le quedaba algo grande y un short de flores celestes que, a lo mismo que la remera, era de un talle mayor al suyo.

Se puso de pie dando un pqueño salto, posando los ojos en el ventanal, antes de salir se dio la vuelta admirando que donde el dormía, estaba rodeado de peluches, almohadas e inclusive sabanas que lo progetian de no caerse, por momentos le recordo a su habitación. Sacudió la cabeza y empezó a caminar lentamente hasta el balcón, apoyo sus manos sobre el frio barandal para notar que eran barras de hierro pintadas de dorado y blanco, ya se sentía algo incómodo, mucha elegancia para su gusto.

Dio un suspiro y miro hacia adelante, la vista era de un frondoso bosque, pero los arboles parecían ser de juguete por lo pequeños que se veían, como si la casa o el edificio donde el estaba parado se encontrara cerca del borde de una montaña o un cerro. Miro al rededor del establecimiento, todo era calmado y frío, habían unos cuantos arboles con frutas, bastantes flores hermosas que bailaban con una suave brisa, los sonidos de los grillos y búhos eran relajantes, también todo quedaba mas hermoso con la leve caricia del brillo de la luna sobre toda esa fauna, Will estaba tranquilo ahora, se olvidó por un minuto de lo que estaba pasando y también de aquel sueño, tanto así que volvió a sonreír, aunque no le duraría mucho.

-Por fin despiertas, me estaba preocupando..-

El pequeño dio un salto hacia un lado, buscando con la mirada al ser que le dirigió la palabra sin lograr ver nada, algo frustrado dejo la cabeza quieta sintiendo un cosquilleo en el cabello, por reflejos levanto la mirada, y allí estaba. Un muchacho de alas blancas sentado sobre el, en el tejado de la casa un poco alejado del balcón, sonriendole como si nada, ¿Quién era ese muchacho?.. Willy Tenía curiosidad y miedo, claro estaba que el no respondería a nada que el
dijera. Tal vez.

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Hasta Después De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora