[Y ella odia el sol.
Pero ella no lo odia.
Y él es como el sol.
¿Cómo no podía odiarlo sino odiar el sol si fueran lo mismo?]
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Este fanfic contiene una gran cantidad de temas oscuros, por lo que todo está ba...
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-Detente- dijo Draco cuando escucho pasos mientras sacaba el pulgar de la boca de Leevanna mientras ella levantaba la cabeza-Creo que viene alguien.
Ella arqueó una ceja presionando su cuerpo más cerca del de Draco y moviendo su pelvis provocándolo, él colocó sus manos en sus caderas tratando de detenerla.
-Hablo en serio- continuo, agarrándola con más fuerza y tirándola para que se enderezara deteniendo sus movimientos.
Ella rió.
-No seas aburrido ... quiero ver tus mejillas enrojecidas cuando nos vean - le dijo al oído burlándose de él antes de besar su cuello y reír.
-Deja de molestar a Leevanna- respondió volviendo la cabeza hacia la entrada de la mazmorra-Si es Snape, estamos jodidos.
-Entonces le pediré que se una a nosotros- le dijo al oído rodeando su cuello con sus brazos y besando sus labios.
-Estás loca- se rió olvidando lo que había escuchado y devolviéndole el beso.
-Pero eso te gusta-dijo sintiendo como su mano venosa rodeaba su cuello.
Draco comenzó a besar lentamente la línea de la mandíbula y el cuello, dejando un nuevo rastro de pequeños moretones al escuchar los pequeños gemidos de la chica. Ahora sus mejillas estaban enrojecidas.
-¿Qué decías de las mejillas? - se burló.
-Vete a la mierda.
Era pasada la medianoche comenzó como una lectura tranquila, y, lo que había después de pasar dos días evitando el otro, se había convertido en un juego sexual y provocador bastante excitante.
Afortunadamente, los pasos que Draco había escuchado no habían sido más que el crujido de la madera debido al viento. Leevanna envolvió sus piernas alrededor de la cintura del rubio sintiendo sus manos sujetándola por el culo antes de levantarla y comenzar a caminar en dirección a su habitación privada.
Le gustaba esa parte de Draco, tan posesiva, dominante y salvaje.
Oh, por el amor de Salazar ... Ella acababa de admitirlo. Ella lo despreciaba.
Sí ... Despreciada ... Oh, a la misma mierda.
Una vez que cerró la puerta, la sentó en un escritorio y luego comenzó a desabrocharle el camisón de seda verde.
No tener nada debajo excepto sus bragas, hizo que Draco la mirara con una ceja levantada y una sonrisa, ella se encogió de hombros.
La de ojos verdes rodeó su cuello con sus brazos, acercándolo mientras él se quitaba la camisa. Echó la cabeza hacia atrás cuando sintió los labios del chico hacer contacto con la piel de su cuello y pecho.
Ella gimió cuando sintió como uno de los fríos dedos de Draco comenzó a hacer círculos en su clítoris por encima de su ropa interior.
Ella le frunció el ceño cuando lo hizo sentir detenerse, lo que lo hizo reír antes de besar sus labios y doblar el escritorio hasta que encontró su corbata.
