[Y ella odia el sol.
Pero ella no lo odia.
Y él es como el sol.
¿Cómo no podía odiarlo sino odiar el sol si fueran lo mismo?]
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Este fanfic contiene una gran cantidad de temas oscuros, por lo que todo está ba...
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Leevanna arrojó un libro en su dirección, que afortunadamente cayó en la pared.
Ella gritó antes de lanzarle otro, que Draco esquivó sin levantar la vista de su libro.
La había estado ignorando durante casi cuatro horas seguidas, Ella gruñó antes de darse por vencida y meterse en la cama resoplando con pequeñas lágrimas rodando por sus mejillas.
Draco se rió dejando su libro en la mesa a su lado y tratando de besar sus labios.
-Déjame-Leevanna se retorció en la cama resoplando con un nudo en la garganta y cruzando los brazos sobre su pecho antes de volverse y darle la espalda.
Draco se rió antes de dejar un beso en su cuello.
-No te enojes-le dijo dándole la vuelta con la mano, Le encantaba ignorarla.
-Eres un idiota-dijo antes de arrojarle una almohada a la cara.
-Bueno, este idiota se va a dar un baño-dijo dejando un beso en sus labios antes de levantarse de la cama y quitarse el jersey negro-¿Vienes? -Preguntó volviéndose para mirarla.
Se levantó de la cama mientras se desabrochaba lentamente la blusa mirándolo con el labio inferior entre los dientes.
Él arqueó una ceja cuando vio que ella no tenía sostén debajo de la ropa, encogió de hombros.
Mientras el rubio abría la llave de la ducha, bajó la cremallera de sus mini-shorts azul oscuro dejándolos en el piso del baño junto con su ropa interior.
Rodeó su torso con las manos y las deslizó a través de la piel suave y dura de su pecho hasta que alcanzó su línea en V y luego sus pantalones de chándal grises.
-Tienes manos muy traviesas -le dijo divertido antes de volverse para verla y poner sus manos en su cintura.
-¿Crees ...?-preguntó ella con inocencia, pasando sus manos por su pecho sin mirarlo.
Él tomó su barbilla bruscamente levantándola.
-Mírame cuando te hablo-le ordenó y ella asintió obedientemente, Draco estaba fascinado por la sumisión en sus ojos.
Pasó el pulgar por sus labios rosados y suaves y lo deslizó por su labio inferior. Sus grandes ojos de cierva mirándolo, Ambos entraron a la ducha completamente desnudos.
Miró hacia el cabezal de la ducha mientras el agua le caía sobre la cara, Su mano venosa pasó por su cabello rubio platino húmedo que pronto se arrugó en pequeñas ondas débiles.
Rodeó su cuello con una mano, pasando su pulgar nuevamente por su suave labio inferior.
Leevanna colocó el pulgar entre su boca y lo mordió con tanta suavidad y sensualidad ... Observó cada movimiento.
