Capítulo 4

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—Repugnante— Leevanna resopló antes de cerrar su libro abruptamente y cruzarse de brazos viendo a Malfoy y su grupo reírse de algunas travesuras que habían hecho en las últimas semanas

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—Repugnante— Leevanna resopló antes de cerrar su libro abruptamente y cruzarse de brazos viendo a Malfoy y su grupo reírse de algunas travesuras que habían hecho en las últimas semanas.

El sabor agrio y amargo en su boca quemó cada parte de ella, como ácido, traspasando sus dientes para quemar su lengua y mezclarse con su saliva. Como veneno de serpiente. Ella no estaba de buen humor. 

—Lo has estado insultando todo el día
—Se rió Lhu a su lado.

—Y seguiré haciéndolo—Leevanna puso los ojos en blanco con molestia.  El veneno continúa deslizándose por su cuerpo, llegando a sus pulmones y quemando cada parte de ellos.

Estaban en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, ese día iban a ver y hablar sobre el Espejo de Erised.  Se suponía que ese espejo estaba en la Sala de los Menesteres, pero por alguna razón, lo habían quitado y el profesor lo tenía. El invierno ya se había ido, era la última semana de mayo y se acercaba el final del año. Desafortunadamente.

Draco y Leevanna no se habían cruzado una palabra desde diciembre, aparte de insultarse, pero se habían gastado bastante ... bromas diferentes.  Hace tres semanas, por ejemplo, Draco había dejado uno de los bralettes de la niña colgando en la copa de un árbol junto a su ropa interior y el resto de la ropa cuando estaba nadando en el Lago Negro.  Cuando salió, no había ropa ni zapatos donde lo había dejado.  Malfoy, viéndola de lejos y riendo junto a sus amigos, la había esperado y dijo: ''Bonito traje''.  La niña había tenido que conjurar una capa para comenzar a buscar su ropa cuando escuchó la risa de Malfoy.  Se lo había devuelto bajándole los pantalones en clase cuando estaba frente a todos.

Él había estado haciendo una presentación para la clase de Pociones y ella no pudo dejar de reír cuando su rostro se puso rojo como un tomate cuando se dio cuenta de que estaba medio desnudo. Cuando salió del aula, Leevanna conjuró una nube de granizo que lo siguió hasta que terminó medio inconsciente en un pasillo. 

Hace varios días, Malfoy había encantado la comida de la canosa para que su rostro se hinchara más allá del reconocimiento. Ella había respondido poniendo un hechizo en su agua para que los tentáculos le salieran de la cara, Minerva McGonagall les había quitado sus varitas durante una semana.

—Bueno, ¿quién quiere ir primero?
—Preguntó el profesor al mismo tiempo que todos dieron un paso atrás.

Ese espejo se había ganado una mala reputación desde que el profesor Quirrell lo había usado para intentar traer de vuelta al Señor Oscuro.

—Señorita Vaughan, niña afortunada. Vamos, vamos, párate frente a él y recita la inscripción—Leevanna se aclaró sutilmente la garganta mientras se acercaba al objeto con incertidumbre.  Malfoy dejó de sonreír en ese instante. 

—Erised stra ehru oyt ube cafru oyt on wohsi—Dijo la niña en voz baja antes de cambiar su mirada directamente al centro del espejo.

No sabía lo que iba a ver siendo honesta.  Tampoco le iba a decir a nadie lo que podía ver, pero la chica tenía algo en mente ... algo para provocar a Malfoy.  Quería enojarlo por hacer que un profesor le quitara la varita. Quizás que vio a su papá o mamá diciendo que ella era más su hija que él o algo similar.  Draco odiaba y envidiaba enormemente la forma en que sus padres, especialmente Narcissa Malfoy, se preocupaban por Leevanna. Ella lo sabía y lo aprovecharía.

Black Magic /Draco Malfoy (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora