The Flower That Never Withered

una parte del mundo

Mi mirada recorría con rapidez las palabras que descansaban en las páginas del libro,  mi labio atrapado entre mis dientes concentrada en las hermosa palabras.

El canto de unas hermosas aves hace que mi atención solo este en ellas, sonrió al verlas volar entre las nubes, ser libres  ajenas a la sociedad.

-adivina-su voz  gruesa y al mismo tiempo siendo suave, transmitiendo paz y tranquilidad, Me hace voltear encontrándome con su mirada, sintiendo como los latidos de mi corazón se aceleran, su mirada conectada  junto con la mía, hoy incluso se ve más guapo que ayer, como si eso fuera posible, lleva un jeans  negro con una simple camiseta blanca acompañándola una chaqueta negra de cuero, haciéndolo lucir como algún modelo de alguna marca, me topo con su sonrisa de hoyuelos y es inevitable no poder sonreírle de vuelta.

-no soy adivina, Jeremy-digo retomando lo que hace unos segundos él había dicho, lo veo rodar sus ojos aun con su sonrisa de hoyuelos.

-vamos, tu puedes

Miro hacia el techo haciendo una mueca pensativa

-¿me has traído helado?

-cerca, pero no-lo veo caminar en la otra habitación 

-¿vinieron tus amigos?-me acerco a la pared de cristal que nos separa para así, poder sentir que estoy más cerca de él.

Lo veo caminar y sacar unas cosas de una bolsa que descansa en la mesita, voltea a verme tras unos segundos devolviendo su vista a lo que hacía antes, bien,  lo tomaré como un no ¿Qué podría ser?

-me rindo-digo encogiéndome de hombros 

Se voltea nuevamente, esta vez con una pequeña pirámide en sus manos, lo miro con curiosidad acercarse a mí, al ya estar al frente de mi me mira con tanta intensidad en su mirada que hace que un sonrojo llegue a mis mejillas, soy consiente como una pequeña sonrisa se forma  en sus labios.

-te has sonrojado-llevo mis manos en automático a mis mejillas 

-¿Cuál es la sorpresa?-cambio de tema

-ya que por los momentos no podemos salir de esta habitación…

-solo yo no puedo salir-murmuro interrumpiéndolo

-he traído para ti, una pequeña  parte del mundo hasta acá-prosigue ignorando lo que he dicho- recorreremos una parte del mundo juntos, te mostrare algunas cosas que te has perdido del mundo-niega sonriendo- me corrijo, te mostrare lo que el mundo se está perdiendo de ti

Sonrió, ¿de dónde ha salido este hombre? Es tan perfecto que da miedo, sonrió, porque con un solo detalle el lo hace significativo para mi, porque sus palabras tienen un gran impacto en mí corazón, y da miedo, miedo de que todo se convierta en solo un espejismo, en que no sea real

-gracias

-no hay porque agradecer lucecita-me guiña un ojo 

Ese día, al ver cómo me dabas una pequeña parte del mundo, como reuniste a todos tus amigos incluso a Grace en una sola habitación para estar allí para mí, al ver cómo me sonreías como si yo fuera tu mundo, ese día al hacerme reír con tus raros fetiches y cuentos de infancia, me llenaste de tanta felicidad, de tanta paz, ese día al ver el atardecer junto a ti, sentí como el amor me golpeaba con pequeñas dosis, con una mirada que no salía de mi mente, poco a poco fui recibiendo mi cucharada de amor, sin notarlo, sin pedirlo.  Esa tarde, supe que algo había cambiado dentro de mí.

-¿enamorada del mundo lucecita?

Apoye mi mano en el cristal mirando fijamente a esos verdosos ojos que tanto roba mi respiración 

-enamorada de ti.

Su mano fue ubicada en el mismo lugar que estaba la mía, dejándonos ver lo diferentes que eran.

-enamorado de ti-murmuro con su mirada conectada en la mía

-te amo, y te amare incluso cuando no deba

-te amo, y te amare incluso cuando no pueda

Esa noche me permití sentir, con solo mi mano junto a la tuya, era como sentir que no había distancia para nuestro amor, que a pesar que una pared de cristal nos separaba, nosotros nos sentíamos como si estuviéramos en la misma habitación, que respirábamos el mismo aire.

Ese día me diste una parte del mundo, pero tarde comprendí que mi mundo eres tú.  

Nuestra historia necesita una segunda parte.

Lo siento, por no ser yo la que pueda dartelo