XX.

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Capítulo veinte

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Capítulo veinte.



La fiesta se prolongó hasta nuy entrada la noche y casi sin darse cuenta, los cuatro estaban bailando por los pasillos hasta llegar a sus recámaras.

Hay algo que tengo que hacer primero.

Emma detuvo su caminata antes de llegar a una curva, los amigos no lo notaron, pues seguían eufóricos. Se recarguó sobre la pared y juguó con sus manos, esperando.

Cinco minutos más tarde, Louis apareció por la esquina más lejana, caminaba mirando al suelo, distraído, pero su rostro empalideció cuando vio a su hermana.

—Heeeeeyyy— dijo el mayor con una risita nerviosa.

—Hey— ella alzó una ceja—, ¿cómo fue tu noche?

El chico tropezó con sus propios pies, Emma se preguntó si su torpeza se debía a los nervios o si, tal vez, había tomado algo. Se decidió por la primera.

—Veo que quieres hablar de eso.

—Quiero entender eso.

La muchacha se detuvo cuando su hermano mayor lo hizo. El último metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y miró el suelo, cerrando fuertemente sus ojos. Y tras varios, prolongados minutos, volvió a hablar.

—Cole y yo nunca fuimos muy amigos, pero este año empezamos a hablar más, nos llevábamos bien, me ayudó mucho cuando estuviste... inconsciente. Y no sé, sucedió, cada vez pasabamos más tiempo juntos que el día no era suficiente— suspiró, mirando arriba—. Y... es él con quien me estuve escapando de noche.

Emma no sabría cómo hubiera reaccionado a su relato meses atrás, pero después del mundo de posibilidades que descubrió esa noche, su amor por su hermano solo creció.

—Entonces... ¿te gustan los chicos?

Era una pregunta tonta, claro, pero no sabía que otra cosa decir.

Louis asintió, apretando los labios para no llorar:— Por favor no me odies.

—¡Lou!— exclamó, lanzándose a abrazarlo— Nunca podría odiarte, cariño. Gracias por confiar en mi.

El joven envolvió a su hermana pequeña en sus brazos con fuerza.

—A ti— le respondió–. No puedes decirle a nuestros padres, no creo que lo tomen bien.

No le contestó, no hacía falta. Él sabía que ella almacenó esa información en su cerebro. Si había alguien cuidadoso con las palabras, era Emma.

>> Muy bien, hermoso momento— bromeó—, pero ya es hora de ir a dormir.

—Ugh, bien, papá.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2021 ⏰

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golden°• gilbert blytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora