Capítulo seis:
Duelo.No me gustan los funerales. No aprecio que toda la gente se reúna para conmemorar la vida de alguien que ni saben su nombre, que nunca le dirigieron un simple saludo. Pero así era Avonlea, al ser un pueblo pequeño, casi todos asisten a los entierros.
Pero esta vez, se sentía diferente. Muy pocas veces han fallecido familiares, somos afortunados en ese aspecto, pero cuando el telegrama diciendo que John Blythe murió, mi corazón dio un vuelco.
Luego, el desayuno perdió todo rastro de alegría matutina, los cinco nos sumimos en un profundo silencio, cada tanto nos mirábamos pero nadie se animaba a romper el hielo. Fue cuando todos terminamos que madre alzó la voz para pedir que nos preparemos para el servicio de John, el cual se realizaba ese mismo día.
Nada se sintió real, no hasta que me vi en el espejo con mi vestido y tapado negros. Di una última mirada y bajé las escaleras para así, partir.
Todo parecía salido de un libro: los campos cubiertos de blanquísima nieve, el cielo nublado con pequeños copos cayendo del mismo, cuerpos cubiertos de negro, avanzando a paso pesando y por supuesto, el Padre dirigiendo el camino con Gilbert siguiéndole de cerca, cabizbajo. Pude observar a Anne un poco más adelante y a los Barry unos metros detrás. El camino iba desde la Iglesia hasta la casa de los Blythe, donde yacía el ataúd ya en su pozo.
— Que no se turbe vuestro corazón— comenzó el cura una vez que todos nos hubiéramos acomodado a una prudente distancia de la familia, que en este caso, solo era una persona—, aquellos que creéis en Dios, creen también en mi. En la casa de mi padre hay muchas moradas, si asi no fuera, os lo diría— su voz era tan monótona y a la vez triste que daban ganas de llorar, tuve que soltar algunas lágrimas para aflojar el nudo de mi garganta—. Prepararé un lugar para vosotros y de así no ser, vendré otra vez y os tomaré a mi lado, para que donde yo esté, vosotros estéis conmigo— cerró su Biblia y nos miró a todos, deteniéndose en Gilbert—. John Blythe fue una excelente persona, todo aquel que le ha conocido puede dar fe de ello. Ahora se encuentra en los brazos del Señor todopoderoso, quien lo cuidará como a un hijo por el resto de los días. Que en paz descanse.
Sin más que agregar, la muchedumbre se dirigió a la casa, donde esperaba un cálido ambiente que contrastaba evidentemente con el de afuera.
Solo una cosa me gustaba de estas ceremonias y eran las historias. Olvidar por un momento que ya no están con nosotros y enfocarse en lo ya vivido, contar cosas chistosas o curiosas y sorprenderse con los aspectos que no conocíamos de esas personas. Es como realmente darle un sentido a aquella frase de: no muere quien se va, sino quien es olvidado.
— Soy una insensible— dijo mi amiga pelirroja llegando a mi lado, la miré sin entender—. Le dije a Gilbert que tiene suerte... ¡suerte! Claro que no quise que sonara así, pero cuando me escuché... ugh— Diana y yo nos miramos y sonreímos—. Vamos, no es gracioso.
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golden°• gilbert blythe
Hayran KurguG || I know that you're scared because hearts get broken. En donde Emma ama a Gilbert con todo su corazón y él no tiene la más pálida idea. " No entiendo qué me pasa, creí que podía manejarlo pero... no puedo. Solo el hecho de e...