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—Oficial Kim, el ha llegado.

Namjoon dejó de teclear en su computador, fijando su mirada hacia el hombre de mediana edad que le dirigía la palabra. Asintiendo, se levantó de su lugar, acomodo su traje y se dirigió a la entrada principal donde se encontraría con aquel hombre.

Las indicaciones habían sido claras, su única misión era asegurarse de que aquel hombre tuviese la seguridad necesaria mientras trabajará para ellos.

Habia sido sumamente difícil contactar con el, ya que no cualquiera tenía su número de contacto y si lo hacía, no a cualquier persona le recibía la llamada. Sin contar que era una persona sumamente influyente y ocupada, lo que no era difícil de entender, considerando que era el mejor en lo que hacía, siendo constantemente solicitado para trabajar en las mejores agencias y organismos de investigación criminal, a nivel internacional.

Siendo considerado casi como una celebridad.

Una celebridad, de la cual irónicamente, nadie conocía su rostro realmente, nadie además de las personas que habían tenido el privilegio de trabajar anteriormente con el en el pasado..

Pero era extraño, porque no importaba que tanto buscarás información personal sobre el, ya sea sus redes sociales o incluso obtener siquiera una fotografía suya, simplemente no encontrarias nada. Incluso si llegabas a preguntar como era el físicamente, curiosamente nadie sabía dar una descripción exacta. Todos describiendo únicamente sus habilidades y lo bueno que era en su trabajo, pero nada más que eso.

Todo un misterio.

Namjoon bajo aquellas tan conocidas escaleras para el, ¿Y cómo no hacerlo cuando le había dedicado más de 15 años de su vida a ese lugar?

Namjoon apretó la mandíbula, mientras sus pasos seguían dirigiéndose hacia aquel lugar, aún le parecía algo difícil de creer, se suponía que el era el mejor oficial de policía de Dong- Gu. Había resuelto todos y cada uno de casos alrededor de todos estos años, casos de lugares vecinos, porque en Dong-Gu jamás había habido ningún asesinato antes, siendo uno de los lugares más tranquilos de toda corea.

Aún le parecía algo imposible de creer, que en ese lugar, aquel dónde había nacido y vivido durante toda su vida, ahora era prácticamente un cementerio, un lugar que era irreconocible para el, habiendo más de 5 asesinatos diferentes al día, en diferentes puntos de la ciudad, todos y cada uno de ellos repitiendo el mismo patrón de asesinato, dejando a las víctimas sin una sola gota de sangre, a la vez que no había nada que los ayudara a identificar a la persona o personas responsables de esto. Ningún cabello, pestaña, saliva, huellas dactilares en la escena del crimen, huellas de zapato...

Nada

Sea quien sea que estaba haciendo esto, era sin duda alguna un profesional, alguien que era totalmente consciente, demostrando así que no era un fanático más, si no alguien que sin duda sabía lo que hacía.

Lo que sí no sabían, era quién podría ser la próxima víctima, ya que al parecer los asesinatos eran al aleatorios, sin horarios ni días en especifico, tampoco había una cantidad exacta de muertes diarias, podría ser de uno a cinco o seis asesinatos al día...

O por lo menos los que se llegaban a descubrir.

Y esque aunque dudaban que el asesino tuviese tumbas clandestinas, la realidad era que podía ser una posibilidad, ya que recibían más de diez reportes diarios de desapariciones. Todos exactamente igual, repitiendo una y otra vez el mismo patrón.

Dos años investigando estos crímenes y ni una sola pista de quien podría ser el culpable, sentía que podría enloquecer en cualquier momento. Y aunque se había visto renuente a aceptar en un principio la participación de un detective privado, no tuvo más opción que aceptar cuando había jugado todas sus cartas y sus posibilidades de encontrar al asesino por su cuenta se habían vuelto nulas.

Namjoon soltó un sonoro suspiró cuando por fin llegó a su destino, miró a aquella puerta que dividía aquel amplio pasillo con la puerta principal, e inhalando aire la abrió, su respiración quedando atrapada en su garganta en ese mismo instante.

—Mucho gusto, mi nombre es Min YoonGi, y será placer trabajar con ustedes.

Namjoon observó al joven frente a el, un joven, el había esperado que fuera alguien mucho más mayor, pero esto, el era...

—Oficial Namjoon, se que debe estar sorprendido por mi apariencia, pero no es momento de pensar en esas cosas.

Namjoon sintió como el calor subía por su rostro rápidamente.

—No, yo no...

—Evitemonos de este tipo de pláticas triviales, tampoco necesito presentaciones de grupo ni mucho menos un recorrido por el lugar, lleveme directamente a la oficina. Necesitaré un escritorio, una computadora con wifi y una máquina para café.

Namjoon parpadeo.

—Claro, solo que antes de eso...

—No hay tiempo, en estos momentos, mientras usted y yo platicamos una persona podría estar perdiendo la vida oficial, así que andando, no tenemos tiempo que perder—dijo antes de pasar de largo, dirigiéndose hacia otra persona del lugar para que le indicará donde estaba la oficina principal.

Namjoon aún un poco aturdido, sacudió sus pensamientos y se encaminó detrás suyo.

Después de todo la gente tenía razón, Min YoonGi era una persona muy interesante.

Voces Ocultas ||Taegi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora