"Subiré al Infierno" 2da temporada de "El Nuevo Charro Negro"

•9•

Me giré instintivamente al sentir como mis vellos se erizaban.

No había nada, solo muebles viejos.

Ni rastro de mis amigos o...

Algo más.

Sin embargo, una sensación de angustia comenzó a invadirme.

Mi corazón palpitaba y lo sentía en mis sienes.

Un sudor frío cubrió mi frente y también mis manos.

Mis manos.

Me levanté de golpe al ver cómo comenzaban a sobresalir las venas de mis palmas.

______: ¿Qué es esto?- gemí angustiada.

Se estaban tornando negras y un dolor...

Un gran dolor que me quemaba me hizo aullar de dolor mientras me dejaba caer de rodillas sobre el suelo.

Cerré los ojos con fuerza sin saber qué me estaba pasando.

A mi mente acudió la imagen de un ramo de rosas y sentí en mi boca un sabor muy amargo.

Parecía como si una bruma oscura comenzara a envolverme por completo.

Y tocaba mi hombro.

______: ¡Vete!- grité lo más fuerte que pude.

Agustín: ¡Tranquila, soy yo!- exclamó asustado.

Me tomó por los hombros devolviéndome a la realidad.

Abrí mis ojos y lo primero miré fueron mis manos.

Completamente normales.

Respiraba agitada sin poder explicarme lo que acababa de ocurrir.

Agustín: ¿Te lastimaste? ¿Qué pasó?- preguntaba sin cesar.

Negué con la cabeza y me arrojé a sus brazos llorando.

______: No lo sé... Mis manos me quemaban... Ellos no están aquí, se han ido- sollocé.

Agustín: Ya pasó, ya pasó- acarició mi cabello tratando de calmarme.

En vano.

...

P.O.V. Leo

Respiraba agitado sin saber qué acababa de ocurrir.

Por fortuna pude arreglármelas para salir del mundo mortal y aparecer en mi despacho de la hacienda.

Pero no podía explicarme lo sucedido.

Me había llevado a mis antiguos amigos al Inframundo para castigarlos por haber roto nuestro trato.

Entonces volví a la Casona al sentir que la propietaria de la mochila estaba ahí.

Me oculté entre las sombras aprovechando que me daba la espalda.

Me preguntaba si lo mejor era asesinarla o intentar negociar con ella por su alma.

Cuando de repente comencé a sentir un gran ardor en el pecho.

Un fuego que me quemaba por completo.

Como si mi alma estuviera siendo exterminada.

Como cuando mi predecesor me convirtió en lo que era ahora.

Leo: Es eso- murmuré- Maldita sea, es eso.

Salí de mi despacho y corrí hacia el Gran Salón.

Ahí se encontraban todas las almas que recolectaba.

Y cuadros de los anteriores Charros Negros.

El mío seguía en su lugar.

Pero a su lado había aparecido un marco en blanco.

Leo: No puede ser- lo toqué.

Esa chica, fuese quien fuese, podía ver a los muertos como yo y mis predecesores.

Y por lo mismo, su destino era el mismo que el nuestro.

Ser un Charro Negro.

...

P.O.V. ______

______: Ya estoy bien- murmuré suavemente- Me siento mejor.

Mamá: ¿Segura? Deberíamos llevarte al hospital- decía angustiada.

______: Ya pasó, mami- tomé el vaso con agua que me tendió- No te preocupes.

Me abrazó fuertemente y yo miré al otro lado de la sala.

Mi papá hablaba con Agustín un poco apartados.

Seguramente le preguntaba lo que había pasado.

Pero quizás eso no tenía respuesta.

Ni yo misma lo sabía.

Agustín me había seguido, pues olvidé la rosa que me regaló.

Algo tonto, pero al final fue lo que me salvó.

Al estar en shock le costó calmarme lo suficiente como para dejarme en mi casa.

En el camino me preguntó mis motivos para adentrarme a la vieja Casona de los Villavicencio.

Motivos que no podía revelarle.

Además, mi cabeza no podía pensar en otra cosa que no fuera en lo que ocurrió.

Miré mis manos de nuevo y no había ni una sola marca de quemadura o algo parecido.

Como si nada hubiese pasado.

Papá: Muchas gracias por traerla, Agustín- le dio un golpecito en la espalda- No sé qué hubiese pasado si no la encontrabas.

Mi novio sonrió tímidamente y negó con la cabeza.

Agustín: No fue nada, señor- se acercó a mí- Cuídate, ¿sí?

______: Lo haré, gracias de nuevo- dije intentado sonreír.

Apretó mi mano y tras despedirse de mis papás salió de la casa.

Ambos se pusieron frente a mí para escuchar mi versión.

Pero lo único que quería era dormir y me dejaron retirarme a mi cuarto.

Ahí, traté de revivir lo ocurrido intentando encontrar la causa.

Tal vez tenía que ver con la desaparición de mis amigos.

No lo sabía, pero fuese lo que fuese me dejó bastante perturbada.

Solo que no lo suficiente como para olvidar mi plan secreto para el día del enfrentamiento.

El día en que mi familia por fin derrotaría al Charro Negro.