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X: No... ¡Por favor no!- gritó suplicando piedad.

El sujeto no tardó en caer al suelo con mi expresión favorita en el rostro.

Frío y muerto.

Leo: Para que aprendas que con el Charro Negro no se juega- murmuré dándole un leve puntapié a su cuerpo.

Salí de su casa mientras me sacudía las manos dando por terminado otro trato hecho.

Uno de... ¿cuántos tratos había hecho desde que me había convertido en el Charro Negro?

¿Cuántos años llevaba siéndolo?

Le chiflé a mi caballo y el portal no tardó en abrirse.

Pronto vi a aquel animal de hermoso pelaje negro.

Con la diferencia de que venía montado.

Reprimí el impulso de rodar los ojos y hacer una expresión de fastidio.

Leo: Xóchitl, no sé cuántas veces debo de decirte...- me subí al caballo- ¡No te subas a Pesadilla!

Xóchitl se encogió de hombros y me sonrió.

Xóchitl: Perdón, es que ambos te extrañábamos- se sujetó fuertemente de mi torso y pude sentir como sus manos se insinuaban entre mi ropa.

Me removí incómodo y cruzamos el portal de regreso al Inframundo.

Rosendo nos recibió como siempre y tras decirme unas cuantas cosas de la hacienda, se retiró.

Me dispuse a ir a mi despacho cuando de nuevo sentí las manos de Xóchitl.

Esta vez sí me giré molesto.

Leo: ¿Qué?

Frunció el ceño ante mi tono.

Xóchitl: No te enojes, solo quiero estar contigo esta noche- me besó en la comisura de mis labios e inmediatamente la empujé.

Leo: ¿En qué quedamos de besarme en la boca? Esa y "la otra" fueron las condiciones que te puse para dejarte en libertad.

Se cruzó de brazos.

Xóchitl: No te hagas el santo que hace mucho tiempo dejaste de serlo, Leo. ¿Por qué sí puedo acostarme contigo pero no besarte?

Apreté los dientes. 

Leo: Porque no y ya.

Y la dejé refunfuñando sola.

Ya en mi despacho me quedé pensando en su pregunta.

No lo hacía porque no era ella...

Mi ______.

Cerré los ojos ahuyentando su recuerdo que me oprimía el corazón.

Hacía muchos años había decidido dejar de pensar en ella.

Y por eso busqué consuelo en los brazos de Xóchitl.

Que jamás podría remplazarla.

Leo: Ya... No pienses más en eso- dije para mi mismo.

Me senté a hacer cuentas respecto a las almas que había estado cobrando en ese año de 1987.

Ni con el pasar de los años las personas dejaban de ser ambiciosas. 

Algo que me convenía enormemente.

De repente me sentí aburrido y dejé el trabajo a un lado.

Me recliné en mi silla y comencé a chiflar distraídamente.

Llevaba mucho tiempo siendo el Charro Negro.

No es que me molestara pero ¿no era hora de tener un sucesor?

La idea me atraía pero eso implicaba abandonar mi cuerpo para convertirme en la siguiente alma que poseería al nuevo Charro Negro.

Como le había sucedido a mi antecesor.

La otra opción que me quedaba era...

Tener descendencia.

Reí amargamente recordando mis antiguos sueños con ______. 

Podría intentarlo con Xóchitl pero estaba muerta.

Y la odiaba por haberla arrancado de mi.

Tampoco me veía buscando a una mujer viva.

Lo que quería decir que no había modo de tener un sucesor sin que saliera perjudicado.

Suspiré regresando a las cuentas.

Noté que había un bajo de almas.

Lo que quería decir que tenía que hacer más tratos.

Pero ahora era más difícil.

La gente había cambiado mucho desde mi época.

Ya no eran tan ingenuos.

¿Qué podría hacer para cambiarlo?

Xóchitl entró como tromba a mi despacho haciéndome perder la poco paciencia que tenía con ella.

Leo: ¡¿Qué te pasa?!- grité caminando hasta ella- ¡No vuelvas a entrar de esa forma y sin mi permiso!

Xóchitl: Yo creo que me he ganado ese derecho ¿no crees?- señaló como venía vestida.

Bajé la vista y no pude evitar morder mi labio.

Leo: Tal vez... Pero aquí no te has ganado ese derecho.

La atraje hacia mi y la acosté en un sillón cercano para darle ese...

Derecho.

...

P.O.V. ______

Mis amigos se me quedaron viendo sorprendidos.

Entendía su reacción, jamás les había contado eso.

Supongo que el saber que tu amiga viva era una especie de cazadora de... fantasmas o lo que fuera ese ser no era algo que se imaginaran.

Alebrije fue el primero en acercarse a mi.

Alebrije: ¿El... Charro Negro, dices?

Suspiré asintiendo con la cabeza.

______: Es una larga historia que me sé desde que tengo memoria- los miré apenada- Quisiera contárselas pero me temo que ya les dije demasiado.

Teodora: Me va a dar algo- dijo de forma dramática.

Fruncí el ceño.

______: Oye no te pongas así, yo también lamento no poder visitarlos ese día pero...

Don Andrés: No te enfrentes al Charro Negro, ______. Porque no podrás salir con vida.

______: ¿Por qué estas tan seguro?

Todos: Porque lo conocemos bien.

"Subiré al Infierno" 2da temporada de "El Nuevo Charro Negro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora