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Abro la boca sacando la lengua, masturbo el pene de Wade suavemente y lamo la punta. Lo escucho jadear y me jala el cabello. --Chupalo...

Yo lo meto hasta donde puedo, gimo ahogándome al sentirlo chocar con mi garganta pero aun así trato de respirar por la nariz y verlo con los ojos llorosos.

Mi mano derecha está en mi entrepierna, masturbando mi dolorosa erección, lo hago de arriba abajo y rápido.

Por sus expresiones faciales se que esta disfrutando tenerlo todo dentro de mi. Me separo tosiendo pero regreso a meterlo todo, recorriendo todo el largo con mis labios. Quiero que él me controle así que tomo sus manos y las colocó en mi cabeza, él entiende mi petición y comienza a penetrar mi boca hasta el fondo.

Los sonidos de mi saliva salen obscenos y ahogados junto con mis gemidos debido a la cercana sensación del orgasmo.

   --Carajo, bebé...-Jadea. --Tragatela toda.-Gruñe mirándome fijamente.

Su pene entra y sale hasta el fondo de mi garganta, poco a poco me voy acostumbrando al largo y ya puedo respirar tranquilamente. Wade se separa de mi, haciendo que mi boca haga un sonido de 'pop', mis labios están hinchados y rojos y yo lo voy sonriendo de placer. Acabo de correrme en mi mano y también estoy saboreando el líquido viscoso, blando, salado y dulce de Wade.

  --Si tu padre no estuviera allá abajo, te haría gritar ahora mismo.-Dice tomando mi rostro y besándome con lengua.

  --Te prometo que te recompensaré.-Jadeo poniéndome de pie. Me da un último beso y yo me acerco al armario a cambiarme de ropa, esta que tengo esta manchada y no quiero levantar sospechas.

*

  --Mira.-Me mostró la foto de un hombre rubio.

-Me mostró la foto de un hombre rubio

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--Él es mi guardaespaldas. Por Dios, es tan guapo.-Dice mordiendo su labio. --Si me acostaría con él.

  --¡Papá!.-Exclamo riendo. Me avergonzaba de escucharlo hablar así.

  --¿Que tiene de malo?.-Me ve frunciendo el ceño. --Es rubio como me gustan. ¿Quieres que sea tu padrastro? Estoy a nada de casarme con él y ser su esposo.

Yo me suelto a reír por sus palabras tan seguras y dichas con normalidad. --Ay apa.-Cubro mi rostro callando mi risa.

  --¿Sabes de esos guardias al servicio de la reina? Él se comporta exactamente así. Es algo frustrante pero al final lo tendré para mí.

  --¿Tu puedes tener una relación pero yo no?.-Digo cruzando los brazos, en modo ofendido.

  --¿Tu, en una relación? ¿Con quien?.-Me ve sospechoso.

Mierda, la regue.

  --Umm... Solo lo digo en general. Si en algún momento apareciera alguien con él que quisiera estar... ¿Me dejarías?

  --Dependiendo de quien sea.-Dice comiendo el sushi que hice y mirando la película.

Eso me hace dudar en sí aceptara a Wade.

*

Papá se fue a su habitación al final de la película, yo volví a preparar otro rollo de sushi y una bebida para llevársela a Wade.

Cuando entré estaba muy distraído jugando videojuegos, mantenía su mirada en la pantalla del juego de zombies.

Yo dejo la bandeja en la cama y me acerco a darle un suave beso en su mejilla. Me inclino a la bandeja a tomar un trozo del rollo y se lo meto a la boca.

Wade pausa el juego y me abraza masticando.

  --Le eche algo al sushi. Te hice un hechizo.-Digo bromeando.

  --Ya no necesito un amarre, amor.-Sonrie y me da un beso. --Me tenías aquí solo, muriéndome de hambre.

  --Perdoname.-Digo dándole otro beso. --Lo siento. No lo volveré a hacer.

  --Solo porque te quedo muy buena la comida.-Dice comiendo otro trozo.

  --Wade... ¿Podrías quedarte hoy?

  --Peter, no puedo vivir aquí por siempre.

  --Solo hoy, por favor.-Insitio haciendo ojos de cachorrito. Él me ve seriamente. --¿Si?

  --Ahh solo por hoy.-Toma mi mentón y da un suave beso.

  --Por la mañana te hago el desayuno y comemos juntos.

  --De acuerdo. Siempre termino cediendo a tus encantos.-Sonrie.

*

Wade y yo nos quedamos jugando videojuegos hasta tarde, despertamos algo desvelados. Últimamente me estoy despertando súper tarde y cuando todo esto termine se me dificultará levantarme más temprano.

Abrazo la cintura de Wade por detrás, él está sin camisa, pues yo se la he robado y me la he puesto, me quedaba algo grande pero no me importaba. Apoyo mi frente en su espalda desnuda, me encantaba, era ancha y musculosa, me gustaba encajar mis uñas en ella. Paso mis brazos bajo sus axilas tocando su pecho, trazo círculos con mis dedos en sus pectorales, él era tan perfecto. Mi hombre ideal y solo mío.

Toco sus abdominales, me gustaba imaginar que eran como una tableta de chocolate, me encantaría probarlo.

  --Cuidado con ir más abajo porque no respondo.-Me advierte con voz divertida.

Yo suelto una risa y me detengo dejando un beso en su espalda. --Tengo hambre.

  --Esto ya está. Se que no soy el mejor cocinando pero tampoco soy el peor.

  --No me importa. Yo me como todo lo que tu me prepares.-Murmuro mirandolo servir los platos. Ambos nos sentamos lado a lado, empezando a desayunar.

  --¿Te gustaría darnos un baño antes de que te vayas?.

  --Si. Pero quita esa carita triste.-Acaricia mi mentón. --Debo arreglar mi departamento, seguro está hecho un desastre. Debo pagar el alquiler, la luz, el agua. Varias cosas.

Yo me desanimo al tenerlo lejos de mi. Y también temía por su seguridad.

  --No te preocupes, solo serán unos días y regreso a visitarte.-Me sonríe.

Ahora sonrio. --Esta bien.

Me da un beso y continuamos comiendo.

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Misión Imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora