Misión Imposible.

6

Los días siguientes con Wade fueron bastante entretenidos. No me divertía tanto desde hace tiempo con alguien que no fuese Harry. Aunque con Harry me entendía más por el tema familiar, con Wade era diferente. He conocido mucho más su personalidad, es carismático, divertido, muy bromista y ambos nos llevamos confianza muy pronto.

Diría que en un principio la idea me molestó e indigno un poco, pero ambos lo tomamos bien y nos dimos cuenta de que no era culpa de ninguno de los dos.

Algo que me encanta de él es que es muy protector, muestra su rostro serio y bravucón al público pero me dedica una sonrisa encantadora y me consiente en todo momento. Me siento como un niño pequeño súper mimado que debe ser protegido por sus fuertes brazos.

Exactamente me siento tan diminuto en sus manos que él puede manejarme a su antojo.

Okey, ahora dejando de lado lo lindo y cursi, maldición, el tipo era tan sexy con sus cicatrices que cada vez rogaba por no saltarle encima. Amaba como se veía con su ropa formal, pero sentía que ese no era su estilo; así que, el sábado al despedirme, le dije que podría usar la ropa que él quisiera. Me derrito al imaginármelo con jeans y camisetas, junto a zapatillas y una chaqueta.

Harry tenía razón, tal vez Wade me guste más allá que lo físico, pero de algo estoy seguro, no estoy enamorado. Tal vez sea algo pasajero mientras su contrato termine. Hasta ese momento voy a aprovecharlo al máximo.

*

--Hola. Casi no te reconozco.-Digo sonriendo.

--Buenos días, Peter. Creo que me siento mucho más cómodo así.-Miro su atuendo casual.

--Te ves más como tu.-Lo veo de arriba abajo, él también lo hace, haciendo temblar mis piernas.

--¿Adonde te llevo?

--Vamos con Harry al golf, después iremos a comer y conoceremos su nueva casa en el vecindario.-Digo emocionado y palmeó su pecho.

--¿Primero iremos a la cafetería?

--Si. Esta vez no desayuné y tengo mucha hambre. Te invitaré un té.

*

Estamos en la cafetería. La cajera nos había dicho que pasáramos a la ventanilla y Wade acercó la camioneta.

--Veo que te gusta mucho el té con leche.

--Es lo mejor que hay en el mundo.-Digo sonriendo. Ya podía sentir el sabor en mi boca. --Espero que te guste.

--Nunca he probado el té con leche. Solo porque a ti te encanta, lo intentaré.

--Aqui están sus tés.-Escucho decir a la cajera.

--Yo los tomo.-Digo y me apoyo en las piernas de Wade para acercarme a la ventanilla. Él solo me sonríe, supongo que ya esta acostumbrabo a que yo haga esto.

Cuando estaba a punto de tomar uno de los vasos, algo sumamente rápido y pequeño lo atravesó y me hizo alejarme.

Yo me quedé sorprendido, pero volvió a pasar. Algo chocó contra el espejo retrovisor de la puerta y Wade de inmediato actuo.

El grito asustado de la cajera se hizo escuchar y cerró la ventanilla.

--¡Agachate!

Wade de inmediato piso el acelerador y condujo rápidamente. --¡Peter, que te agaches, carajo!

Yo obedecí entrando en razón. Me colocó en bolita frente al asiento donde van los pies.

Se siguen escuchando las balas chocar con la ventana trasera, yo solo trato de protegerme todo lo que puedo con el asiento. Veo a Wade, él tiene ojos sumamente abiertos, ceño fruncido, mandíbula tensa, no sudoroso y aprieta el volante conduciendo a toda velocidad.

Cierro mis ojos y empiezo a rezar a cualquiera que esté escuchando, rogando por que ninguna bala me de.

--¡Peter!.-Wade me llama. Abro mis ojos y veo que ya no hay luz de día, supongo que estamos en un estacionamiento. --Ya puedes salir, aquí estaremos a salvo.

Yo salgo de mi escondite y me lanzo a abrazarlo fuerte, todo mi cuerpo tiembla, suda en frio por los nervios.

--¿Que sucedió?...

--Fue un ataque. Estoy seguro de que fueron los de los Diez Anillos.-Dice abrazando mi cintura, yo estoy sentado en sus piernas rodeando su cuello. --Ahora más que nunca debemos tener cuidado.

--¿Donde estamos?

--En el edificio de tu padre. Creo que debe enterarse de esto.

--Si, lo sé.-Bajo a sentarme al asiento.

--¿Puedes caminar?

--Solo quiero agua.-Digo masajeando mis muslos.

--Bien. Vamos.-Baja y rodea la camioneta. Su tono de voz es tranquilo y suave, tratando de calmarme.

--¿Wade? Te noto muy tranquilo...

--Peter.-Me ve fijamente. --Puede que me veas así y que por eso pienses que este tipo de situaciones son normales para mí. En realidad no lo son. Nunca me acostumbraré a los sonidos de las armas, apesar de estar tanto tiempo usándolas. También soy humano y me pone nervioso ciertas cosas. Solo quiero que tu estés tranquilo.

Yo lo veo apenado. --No quería ofenderte...

--No me ofendes.-Dio una media sonrisa. --Vamos arriba.

*

--Bajaste la guardia. ¡Se trata de mi hijo, maldición!.-Grito papá histérico.

Wade bajo la mirada pero mantenía postura firme. Yo solo desvié la mirada tomando mi cabeza. Aún me tenia en shock la situación.

--Voy a triplicar la seguridad. De ahora en adelante habrá dos autos blindados alrededor de la camioneta, habrá oficiales las 24 horas vigilando la casa y también este edificio.

Yo la verdad tenia mucho miedo. Temia poner un solo pie en la calle, temia por papá, por Wade y por Harry. Porque, si sabían en qué camioneta estábamos, seguro sabían lo que he estado haciendo estos días.

--Peter, será mejor que no salgas durante unos días. Te quedarás en casa.

Yo no respondí. Aún así no podría quejarme.

--Y tú.-Le dijo a Wade. --Ya no lo llevarás a ningún lado, le llevarás todo lo que él te pida.

--Si, señor Stark.

--Llevalo a casa. Váyanse en este auto, esta abajo estacionado.-Papá saca sus llaves y se las da a Wade.

Wade se me acerca y me toma la mano ayudando a levantarme. Yo me sostengo de su brazo y ambos caminamos a la salida.

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