CAPÍTULO 6 Hogwarts

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- ¿Es esto Hogwarts? -preguntaste.

- En efecto, en concreto es mi despacho.

- Qué bonito.

- Pues espera a ver el resto del castillo -dijo entonces una voz aguda. Tú te giraste hacia donde sonó la voz, pero no había nadie. Entonces te diste cuenta de que la voz... ¡venía de un cuadro!- ¿por qué me miras así? -preguntó el cuadro.

- Parece que nunca hayas visto un cuadro -rió otro cuadro. Entonces te diste cuenta de que la sala estaba llena de cuadros que se movían y hablaban.

Dumbledore te explicó por qué los cuadros hablaban al ver tu cara de sorpresa, también te avisó de que en el castillo había fantasmas y de algunas cosas más. Después, te dijo que en ese momento no tenía tiempo de enseñarte el castillo porque debía prepararlo todo para los alumnos que estaban al llegar, te llevó a una sala que al parecer estaba al lado de lo que él llamó "Gran Comedor". Te explicó que primero debían "seleccionar" a los alumnos nuevos en sus "casas" y después te anunciaría a todos, por lo que debías esperar allí hasta escuchar tu nombre. 

Tras esto, se fue de la habitación, dejándote sola. Recorriste la sala, era bastante grande, había libros, cuadernos, mesas y sillas; por la manera en que estaban colocadas supusiste que sería una especie de sala para profesores. Te quitaste la ropa que llevabas y te pusiste el uniforme que habíais comprado, guardaste la varita en el bolsillo de la capa y comenzaste a caminar por la habitación. Estabas bastante nerviosa, todo esto era completamente nuevo y bastante abrumador, pero conseguiste mantener la calma. Entonces empezaste a escuchar algo al otro lado de la puerta, un barullo de gente que parecía entrar a la sala a la que Albus llamó "Gran Comedor", tú aún no lo habías visto, ya que entraste por la otra puerta. El sonido se calmó, y empezaron a escucharse nombres y palabras que no entendías, cada vez que se escuchaba un nombre, tras unos segundos alguien gritaba "Gryffindor", "Slytherin", "Ravenclaw" o "Hufflepuff".

Sentías que quedaba poco para que te tocase salir, y ahora sí que estabas nerviosa. Intentaste pensar en otra cosa y comenzaste a leer los títulos de los libros que había en las estanterías, hasta que viste una vitrina con trofeos y placas con el nombre "Quidditch" grabado en todas ellas. En una de las placas ponía James Potter, entonces recordaste la conversación de Albus y Ollivander sobre alguien llamado Potter, supusiste que era él.

- Bueno, ahora que todos los de primer año han sido seleccionados en sus respectivas casas -escuchaste que decía Dumbledore- debo comunicaros una noticia importante. Debido a circunstancias privadas, este año contamos con una alumna especial, y digo especial porque no es de primer curso, sino de séptimo año.

Se oyeron muchos comentarios, pero no lograste entender qué decían.

- La alumna nueva -siguió Albus haciendo caso omiso del ruido- será seleccionada ahora también, así que deberéis esperar un minuto antes de comenzar el banquete, os presento a T/N.

Esa era la señal, debías salir de la sala. Con muchos nervios y algo de timidez, abriste la puerta. Caminaste hasta donde estaba Albus y te paraste a su lado. Miraste a un lado, allí había una larga mesa con lo que parecían ser profesores y detrás de ellos había una gigantesca vidriera de cristal; al otro lado, otras cuatro mesas aún más largas con un montón de alumnos en cada una que te miraban con asombro y curiosidad. Cada mesa tenía encima un enorme escudo, cada uno de un color. Estabas muy nerviosa, pero entonces te diste cuenta de lo extremadamente bello que era aquel enorme lugar, las altísimas paredes de piedra no llegaban al techo, si no que llegaban a un hermoso cielo estrellado, además, multitud de pequeñas velas flotaban por encima de las cabezas de los estudiantes. La puerta del final era grande y hermosa, con numerosos detalles pulidos. Todo era precioso, pero mientras lo admirabas Albus te cortó.

- T/N, ahora debes sentarte en ese taburete para que la selección comience.

Tú no entendías qué era eso de la selección, pero hiciste lo que te dijo y te sentaste en el taburete. Sentada, volviste a ver como millones de ojos te observaban con expectación, hasta que sentiste algo en tu cabeza, te habían puesto una especie de sombrero.

- Mmmhh... interesante -dijo entonces una voz que parecía sonar solo en tu cabeza ya que los demás alumnos no lo estaban escuchando- veo muchas cualidades en ti. Tienes una gran valentía, junto a una enorme fuerza y audacia, podrías pertenecer a Gryffindor, donde la caballerosidad es importante. Sin embargo, la justicia y la lealtad son fuertes en tu interior, al igual que tu paciencia, quizá perteneces a Hufflepuff, donde se aprecia mucho el trabajo duro. Aunque también percibo una inteligencia extraordinaria, y una inmensa creatividad, puede que seas una erudita de Ravenclaw. Pero también posees una enorme ambición y determinación, muy importantes junto a la astucia para Slytherin... ¿Cómo puede ser que tengas todas las cualidades de todas las casas?

- No lo sé... -pensaste- acabas de describir todas las cualidades de cada uno de los pueblos de mi reino, puede que sea eso, yo soy una mezcla de los cuatro.

- Pero entonces... ¿en qué casa te pondré?

El sombrero se quedó reflexionando durante por lo menos 15 minutos. Tú no sabías si eso era normal o no, pero por las caras de los alumnos que tenías en frente de ti supusiste que no lo era para nada... Diez minutos más pasaron, y el sombrero seguía sin decidirse.

- Bueno, alumnos, comienza el banquete -dijo Dumbledore con un tono de confusión. De repente las mesas de los alumnos se llenaron de comida, pero estos no se dieron ni cuenta, estaban muy ocupados mirándote y hablando entre ellos.

Entonces Albus se acerco a ti, te quitó el sombrero y te susurró que le siguieras. Volvisteis a la sala de la que acababas de salir hace casi media hora.

- ¿Qué ha sido eso? -preguntaste- ¿Por qué todos me miraban con caras raras?

- Bueno... Resulta que normalmente la selección dura como mucho un par de minutos por persona, y tú-

- Yo he estado casi treinta -terminaste- Mierda... Lo sabía... no debería haber venido, esto ha sido una horrible idea -dijiste caminando en círculos por la sala.

- No digas eso, no pasa nada T/N, ya veremos qué hacemos con tu casa pero esto no es ningún problema -intentó consolarte él.

- Sí señor, sí es un problema, soy un bicho raro, no pertenezco a este mundo, no pinto nada aquí y acabas de presenciar la prueba de ello, jamás seré normal...

- Lo dices como si fuera algo malo -respondió él en un tono extremadamente sereno, todo lo contrario a ti, que estabas completamente nerviosa e intranquila.

- ¿Qué? Pero... Señor, acaba de ver lo que ha pasado, tú mismo lo has dicho he tardado 25 minutos más de lo normal, todos se han quedado mirándome como si yo fuera un extraterrestre, aunque técnicamente lo soy...

- T/N, no eres rara, eres especial, muy especial, aunque tú no te des cuenta. No hay motivo para ponerse así, voy a hablar un par de cosas con el resto de profesores y en seguida vuelvo, intenta calmarte -tras decir esto salió de la sala.

EL VERDE DE TUS OJOS PROHIBIDOS - Harry X TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora