T/N (tú) es una chica de 17 años de edad con un pasado... diferente, un pasado con una gran historia y muchos secretos. Pero entonces, por diversas circunstancias acaba asistiendo al colegio de Magia y Hechicería llamado Hogwarts... Sin embargo, co...
- ¿Hay que decir una contraseña o hay que golpear la puerta de una manera concreta? -preguntaste con curiosidad.
- Ninguna de las dos -respondió él.
- ¿Qué es lo que aún no ha sido, que debe de ser, pero cuando lo sea, ya no lo será? -dijo entonces la decoración del águila.
- El día de mañana. -dijiste sin casi pensarlo- Bueno, ¿cómo se entra entonces a la sala?
- Justo así -rió Chris mientras la puerta se abría tras tu respuesta.
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Al hacer esto, dejó ver una habitación amplia y circular con elegantes ventanas en forma de arco que marcaban las paredes de las cuales estaban colgadas cortinas de seda azules y bronceadas. En el suelo había una alfombra azul de medianoche cubierta de estrellas, al igual que el techo abovedado. La habitación estaba amueblada con mesas azules, sillas y un diván. En la pared del fondo dos escaleras conducían a los dormitorios, entre ellas estaba la puerta de tu dormitorio, y junto a ellas había una estatua alta de hecha de mármol blanco. Retratos de lo que parecían alumnos colgaban en las paredes, y la sala tenía su propia biblioteca en un nicho. Por las ventanas se veían perfectamente los terrenos de Hogwarts, al estar en un quinto piso era una vista espectacular.
Como ya sabías que tu habitación sería igual que las anteriores pero con los colores de Ravenclaw y que tus cosas estarían justamente donde las dejaste, decidiste quedarte en la sala. Te sentaste al rededor de una mesa junto a Chris, en ella había otras dos personas.
- ¡Hola chicas! -dijo él- os presento a T/N, la alumna nueva.
- Hola T/N -respondio la chica con una misteriosa pero amable sonrisa- Chris me dijo que hoy vendrías aquí, es un placer conocerte, soy Luna.
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- Igualmente Luna -respondiste tú.
- Yo soy Natasha Edwards -dijo la otra chica- pero puedes llamarme Nat.
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