CAPÍTULO 13 El aula de castigo

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- Buenas noches señorita T/N -dijo el profesor- por lo que tengo entendido hoy no hay nadie más castigado así que tome asiento.

Tú te sentaste lo más lejos posible de Malfoy, cosa que fue bastante fácil ya que él estaba sentado atrás del todo y lo único que tuviste que hacer fue ponerte en primera fila.

- No soy muy fan de los castigos -comenzó el hombre- pero tras estas vacaciones todos los estantes y artilugios se han quedado llenos de polvo. Vuestro castigo será limpiar todo el Aula, sin magia por supuesto. Para garantizar eso me llevaré vuestras varitas, en una hora volveré a ver como vais y si ya habéis terminado os las devolveré. Tras decir esto salió de la sala y al cerrar la puerta un 'clic' sonó en la cerradura.

- Genial, nos ha encerrado... -se escuchó de pronto una voz al final del aula.

Tú lo ignoraste, dejaste el libro en el pupitre, cogiste uno de los trapos que había en la mesa de Slughorn y comenzaste a limpiar para terminar lo antes posible.

- Dime la verdad... -comenzó a decir- ¿me estás siguiendo?

- ¿Qué? -preguntaste tú confundida. No sabías qué te confundía más, la pregunta o el hecho de que él hubiese iniciado una conversación.

- No paramos de encontrarnos -siguió- dudo que sea una coincidencia

- No se si será coincidencia o no pero desde luego yo no te estoy siguiendo... -contestaste.

- Ya -rió él- todas dicen eso.

Tú simplemente rodaste los ojos y seguiste limpiando.

- ¿Y por que te han castigado? -preguntó mientras se levantaba de su silla y caminaba hacia ti.

- Por leer en clase.

- ¿Ese libro no es de primero? -dijo. Tú giraste rápidamente la cabeza y viste como él sostenía tu libro de encantamientos. Te quedaste petrificada, no sabías cómo responder. 

- S-sí, es que estaba comprobando una cosa... 

- ¿Y por qué lo has traído aquí?

- Porque Binns me lo había quitado y me lo acaba de dar.

- Ya...

Tú preferiste dejar de hablar para no empeorar la situación, no querías parecer aún más sospechosa y no sabías cómo solucionar aquel desastre. Mientras seguías limpiando te diste cuenta de que él se había quedado parado, estaba sentado en uno de los pupitres mirándote y tocando sus anillos, sin ayudar ni hacer nada. Durante los siguientes diez minutos todo siguió de la misma manera. Lo único en lo que podías pensar era en lo extraño y misterioso que era aquel chico, a veces se comportaba como si todo le diese igual y no existiera nadie más que él, completamente indiferente; mientras que otras veces iniciaba conversaciones y parecía interesado en los demás. Sin embargo, eso te daba aún más curiosidad... ¿Por qué se comportaba de aquella manera tan bipolar?

- Con que curiosidad... -dijo de pronto rompiendo el silencio de la habitación.

- ¿Qué? -preguntaste tú sin entender a qué se refería.

Tú te giraste para mirarle, él se había levantado y estaba andando hacia ti lentamente.

- ¿Sientes curiosidad por mi? -dijo él sonriendo de lado de manera arrogante- ¿estás segura de que solo es eso?

Entonces te diste cuenta de lo que estaba pasando... Bec le había contado tu conversación con ella en el Gran Comedor... le había dicho lo que pensabas sobre él... No pudiste creerlo, sentiste algo de enfado porque no esperabas que fuese a contarlo.

EL VERDE DE TUS OJOS PROHIBIDOS - Harry X TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora