- Never forget -

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- ¡Hey! ¿A que vino ese abrazo?

- Jejeje, lo siento! - dijo la pequeña - es que me alegra que hayas venido después de todo...

- Bueno, si...

.

Eran vacaciones de verano. La época en donde las familias suelen planear viajes a lugares turísticos o dar visitas a los familiares un poco lejanos. La familia Nakano había planeado un viaje familiar desde hace unos meses, y el día tan esperado había llegado. Las 5 hijas de la familia estaban muy emocionadas por el viaje a Kioto. Desde hace mucho estaban planeando las cosas a hacer ahí y como la iban a pasar. 

Las cuatro.

- Papá...

El padre volteó y se dirigió hacia su pequeña

- ¿Pasa algo, Miku?

- Hmm, bueno...

La pequeña empezó a jugar con sus pies nerviosamente.

- ¿Podría traer a un amigo al viaje?

.

El clima en Kioto estaba soleado. Muchas familias al parecer habían tenido la misma idea y habían venido también. A pesar de que solo eran por unos días, la verdad era que Miku no podría estar más que emocionada.

-  ¡Mira Fuutarou!

- ¿Eh?

Nakano Miku apuntaba su dedo hacia una pequeña tiendita de regalos. Al parecer en Kioto acababa de llegar una feria en donde varios puestos presentaban concursos y daban algunos premios. A Fuutarou le encantaba ese tipo de cosas, mientras que a ella solo le importaba verlo feliz.

- Un puesto...

- ¡Vayamos a ver!

- E-esta bien...

Rápidamente ambos se acercaron a donde se encontraba una señora pregonando:

"¡Acérquense, vengan e intenten ganar si son capaces! ¡A ver si logran ganar el premio sorpresa!"

Fuutarou sonrió. Le encantaban los retos. 

Corrió hacia adelante mientras le estiraba la mano a la pequeña.

- Vamos! ¡Nakano-san!

- ¡Hum!

.

- Waaa, ese fue el último...

- ¡¡Yeiii!!

- Noo, mi premio sorpresa... - exclamaba la señora

Aunque no lo parecía, aquel chico era demasiado habilidoso en el tiro al blanco. Miku no dejaba de festejar a la vez que la señora lo miraba a Fuutarou con orgullo.

- Aquí tienes, hijo - dijo la señora entregándole una pequeña caja

- Gracias...

- ¡Que es! ¡¡Qué es, Fuutarou!!

Fuutarou abrió lentamente la caja blanca que llevaba en sus manos. Lo que había adentro era nada más ni nada menos que...

- Unos...¿auriculares?

- ¡Ohh! ¡Y son azules! Que suerte tienes Fuutarou...

The Day I Met a Shy Girl...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora