Capítulo 20: Sentimientos y culpa

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- ¿Qué fue eso?

Ante aquel golpe, ambos no pudieron evitar preguntarse que había sido eso. Sentada encima del pelinegro, la chica de las mariposas rápidamente giró su rostro hacía la puerta de la habitación. 

El ambiente había sido perfecto para los deseos de Nino Nakano. Oscuridad, silencio, cálido. Y con su querido Fuu-kun. Algo que tanto ansiaba desde su niñez.

Pero aquel ruido podía significar que alguien los había estado observando. Ya sea parte del instituto o aún peor. Alguna autoridad del establecimiento. 

Y ver a la representante de la Presidenta en ese estado, claro que no era algo agradable de admirar.

Pero...

Nino volteó a ver a Fuutarou, que yacía recostado aún, mostrando confusión en su rostro. 

¿Qué importaba eso?

Nino volteó a girar su cuerpo hacía Fuutarou. 

- N-nino... - dijo él, tratando de reincorporarse - creo que ya fue suficiente...

El pelinegro la agarró de los hombros y la trató de mover hacia un lado. Rápidamente, Nino se zafó de ambas manos y lo volvió a tirar sobre las frazadas.

Después de todo, había entrado al consejo estudiantil para ser notada por el resto...

- Has silencio, Fuu-kun~ - dijo, poniendo un dedo sobre los labios del pelinegro 

Él, sin decir nada, se quedo mirándola. Mientras su rostro, con una gran sonrisa, se iba acercando nuevamente hacía el suyo. 

Podía ver a través de ella. A través de aquellos grandes y azules ojos que no paraban de mirarlo fijamente, como si tratará de entrar en él. Como si, de alguna manera, tratara de implantar algo que nunca hubo. Algo que nunca existió.

Todo para que él la note...

Todo para que él la note

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- Haa...haaa...

Aquella chica no había parado de correr desde que abrió aquella puerta. Sin un lugar a donde ir, sin siquiera pensar en un destino en concreto. Simplemente huía.

Había estado buscando al chico pelinegro por todos lados, ni siquiera ella misma sabía el por que la necesidad de saber como se encontraba. Si le hubiera pasado algo o hubiera habido algún problema, de seguro se habría comunicado ante todos los alumnos, y claro, ella lo habría escuchado.

Pero no habían comunicado nada esa tarde, no había escuchado nada esa tarde...

Así que él se encontraba bien.

- Por qué...por qué...

Sin dejar de avanzar, ahora a paso acelerado, Nakano Miku empezó a agarrarse el pecho con fuerza. Apretando con su puño el ligero polo que llevaba puesto, ella trataba de alguna manera de descifrar aquello que sentía.

Fuutarou y Nino...

Si, eran ellos dos...

Ambos se encontraban juntos ahí...

- ¿Y eso que tiene? ¿Qué tiene que ver conmigo? - se dijo así misma en voz alta, entre sollozos

Sin poder ver por donde avanzaba, y debido a la oscuridad que inundaba por los pasillos, la pelirroja de los auriculares tropezó con algo en el suelo, provocando que cayera de bruces.

Tu lo sabes...

Sabes por qué sientes esto...

- Yo...no sé...

Tratando de reincorporarse, Miku se arrastró hacía la pared, recostando su débil y fría espalda sobre la misma. Abriendo ambos brazos, y recogiendo sus piernas contra su pecho, las abrazó con fuerza. 

¿Por qué no podía comportarse de una manera normal? 

Si se hubiera quedado en su habitación, y no hubiera salido, no hubiera haber tenido que romper las normas, salir corriendo y haberse encontrado tal escena frente a sus narices. 

Pero una parte dentro de ella quería entenderlo todo.

¿Y si lo había malentendido todo?

Tal vez Fuutarou aún se encontraba enfermo y Nino solo lo estaba auxiliando. Había tenido que subirse encima de él para medirle la temperatura, ¿no? Si, de seguro eso era. Y además había acercado su rostro para comprobar su estado...

En eso, ella giró su cabeza de lado a lado.

Fuutarou y Nino se gustaban entre sí. Eso lo sabía claramente.

¿Entonces, por qué aún sabiendo eso, le dolía el pecho?

Había conocido a aquel chico hace poco. Habían compartido unas cuantas tardes estudiando y de ahí nada más. Debería estar pensando en aquel importante examen que decidiría su vida. Así que no había forma de que ella sintiera alguna atracción hacia él. 

No podía hacerle eso a Nino. 

La única persona que la apoyó durante todo este tiempo.

Pero...

Si era lo que realmente creía, entonces, sus hermanas habían tenido razón. A donde ella fuera, siempre traería problemas.  

- Oye...tú...

En eso, una femenina voz irrumpió el silencio del los pasillos. Al parecer la estaba llamando desde su lado izquierdo.

- No puede estar aquí sola, hermanita....

Esa voz. 

¿Sus hermanas estaban aquí?

Una de ellas la había encontrado. Podía ser Itsuki, Yotsuba, Ichika. Hace tiempo que no había hecho contacto con ellas, desde que ella dejó su hogar. Si se trataba de Itsuki o Yotsuba, de seguro que ellas entenderían y conversarían con ella.

Pero, esa voz no sonaba como las de ellas.

- Ven, quiero conversar de algo contigo - dijo Ichika, extendiéndole su mano derecha.

- ¿H-hablar?

¡Wenas a todos!

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¡Wenas a todos!

Aquí ta otro capítulo de esta historia. 

Hmm, no hay nada que comunicar, así que espero que se encuentren bien por donde estén :D

¡Espero que les haya gustado y que sigan apoyando a la historia!

¡Sin más que decir, nos vemos!


Kirigamer

The Day I Met a Shy Girl...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora