Fuutarou es un chico normal de preparatoria y el primer puesto de su clase en el instituto. Lo "único" malo que muchos destacan en él es su individualismo, a la vez que su frialdad con los demás.
Uno de los días que menos se lo espera, llegará algu...
- Fuutarou, no te olvides de pagarle la renta del mes a la Ako-san...
- Esta bien... - dijo Fuutarou, revisando algunos papeles - esta es de Setiembre, Octubre, Noviembre...
Fuutarou abrió los ojos por completo. No lo podía creer.
- Ya es... - dijo Raiha mirando a su padre
- Ya es... - dijo él, mirando a su hija
- ¿Diciembre? - mencionó Fuutarou, mirando a ambos.
Era el mes de diciembre, lo que significaba solo una cosa.
Navidad
El mes donde las familias se reúnen para celebrar una festividad muy común mundialmente. Una fecha donde las preocupaciones, los problemas y demás se olvidan por completo. Un día donde realmente compartes con aquellos quienes realmente te importan.
- ¡A comer dulces, a comer dulces!~ - saltaba alegremente Raiha, de un lado para el otro
- A emborracharse! A embo...digo *ejem*...a armar el árbol~! - cantaba alegremente su padre
Fuutarou dio un suspiro.
- Así que ya pasó otro año, eh?
Dejando de lado a Raiha y a su padre, Fuutarou salió a tomar aire a las afueras de su hogar.
Si bien él no la celebraba del todo, siempre terminaba involucrado en la misma. Comiendo dulces, saliendo a ver fuegos artificiales, recibiendo una que otra media como regalo y trayendo a su padre totalmente fuera de sí por la madrugada eran solo unas cuantas cosas con las que tenía que lidiar por esas fechas.
- ¡Fuutarou! - mencionó su padre - ¿Estás listo para el festival de este año?
Fuutarou volteó a ver a su padre. Claramente se notaba el interés detrás de eso.
Sin decir nada, regresó nuevamente dentro de la casa. Cogió un par de libros de Álgebra y comenzó a hojearlos.
- ¿Vendrás este año también, Oni-chan? - se acercó su pequeña hermana hacia donde él se encontraba
En su rostro se podía ver la preocupación y tristeza que llevaba consigo.
Dando un suspiro, Fuutarou solo decidió mostrarle una sonrisa
- Que se le puede hacer...
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- ¿Y que harás esta navidad, Miku?
Como cada fin de semana, Nino llamaba a su pequeña hermana para ver como le había ido. Si se encontraba bien o si necesitaba algo.
Miku, echada sobre su cama, agarró la almohada que tenía al lado con fuerza.
- No lo sé - respondió - es la primera vez que lo pasaré fuera de casa...
