Detectives y Ladrones

Parte 6 - Elemental Mi querida Walnut

Walnut había vuelto a la calle de la juguetería después de repartir todos los periódicos, pues sabía que hablar sobre "EL" ponía de malas a Chestnut o mínimo molesto, mientras veía el oso de peluche Walnut se imaginaba a ella misma como un adulto, siendo querida por todos y admirada, se imaginaba siendo todo lo que admiraba, una detective, una policía, una gran chef, una pintora, una modista e incluso una gran ladrona que todos admiraban, cuando una voz conocida la saco de sus fantasías

–Has comido? – le pregunto Roguefort extendiendo un bulto envuelto una servilleta, Walnut lo tomo sin preguntar, al quitarlo descubrió un pastel de queso casi sin comer, Walnut estimo que solo lo habían mordido 1 vez, le dijo gracias a Roguefort y comió la mitad del pastel, pues ni Chestnut ni ella habían comido en todo el día y quería dejarle algo a su hermano.

–Qué haces aquí? Por pura intuición vine, pero encontrarte me sorprendió– pregunto Roguefort mientras se sentaba a lado de la niña, en vez de contestarlo Walnut solo señalo el oso de peluche y siguió comiendo su parte del pastel, el mayor noto que la niña no hablaría hasta terminar, metió la mano en su bolsillo y conto cuanto traía, vio el precio del peluche y se levantó hacia la juguetería, entro pago el peluche y volvió a sentarse a lado de Walnut, finalmente le había quitado la atención al pastel aunque todavía no se acababa su parte. Walnut dejando sus ideas de comportarse como adulta, extendió los brazos hacia Roguefort esperando que este le diera el peluche, él se rio

–Todavía no señorita Walnut–

–¿Es sobre lo que dije frente al café? – lo cual hizo que Roguefort se ahogara con su propia saliva de la sorpresa –Como lo–

–El pastel es de la cafetería de Coffee, le dije mi idea a Chestnut frente al café, cuando eso paso solo había un cliente en la cafetería, el cual Coffee estaba evitando, como si fuera problemático, también estaba llevando una capucha del mismo color que la tuya, tenía el gorro puesto y le daba la espalda a la calle, puedo creer que estaba intentando que no lo identificaran, ahora me has encontrado sin ninguna razón aparente, mas allá del hecho de que cuando chocamos te quedaste viendo al gato blanco con azul, así que puedo creer que fuiste por el al día siguiente, te dejaste llevar y no hiciste el papeleo, probablemente porque te adulo y te dijo algo que tu mente de rico te dijo que era de confiar, la cual también es la razón por la que no me quisiste decir tu nombre, como saliste sin hacer papeleo caíste en su trampa, días después te levanto una demanda por robo y abuso de poder, fuiste al café a desestresarte y ahora me buscas porque mi idea te pareció plausible, pues no tienes mucho que perder, y en caso de éxito terminarías ganando–

Roguefort se quedó sin palabras, pues la deducción de Walnut no solo era cierta, era perfecta

–Así que si eres tan inteligente como me dijeron– dijo mientras le extendía el pequeño oso, pero cuando Walnut lo iba a agarrar Roguefort retrajo sus brazos, lo que hizo que se escapara una mueca de molestia en Walnut

– Se me olvidaba lo más importante ¿Cómo lo llamaras? –

Walnut lo miro extrañada

–Llamar? – se quedó pensando un minuto cuando dio con un nombre perfecto según ella

–Se llamará Junior Sleuth Ted ¿es un buen nombre no? – a lo que Roguefort le extendió el oso de peluche.

Roguefort vio a Walnut, por más inteligente que fuera seguía siendo una niña, que tan dispuesto estaba a. jugarse su vida por un poco de emoción?