La lechuza.

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Abrí mi computadora portátil tan rápido como pude y lo primero que hice fue abrir una ventana del navegador para investigar sobre los viajes a distintas realidades. Para mi sorpresa me encontré con más información de la que esperaba, ojalá que algo me sea útil. 

Estaba por tomar apuntes en mi libreta cuando las luces comenzaron a parpadear. Por la sorpresa me quedé inmóvil en mi cama, mirando hacia el foco. Cuando capté la señal corrí presurosa hacia el baño, prendí la luz esperando ver a Draco en el espejo pero no, no estaba. Por unos instantes vacilé frente al espejo, esperando con el corazón en la mano. Por fin me rendí y regresé a mi cama. El viento soplaba fuerte, las hojas naranjas revoloteaban de aquí a allá. Otoño. Mi estación favorita. Una hoja seca chocó contra mi ventana, el viento la hacía revolotear pero se había quedado atorada en el marco. La hoja chocaba una y otra vez de la orilla que tenía libre. Me tenía completamente embelesada observándola luchar contra la corriente de viento. 

La misma lechuza del día anterior se posó sobre el alféizar. Sus plumas son suaves, de un color negro azabache, sus ojos completamente negros se pierden con el color de sus plumas. Es una belleza. Caminé hacia la ventana pero mi vista no se enfocó en la lechuza sino en el chico que siempre veo en el café. Llevaba puesta una gabardina negra y su habitual gorro de lana que esta vez en lugar de ser mostaza era también negro. Nunca he logrado verle la cara, en el café siempre esta leyendo y en esta ocasión iba caminando frente a mi casa por lo que solo vi su perfil. 

Un suspiro escapó de mi boca y en un abrir y cerrar de ojos, la lechuza y el chico ya no estaban. 

Esta por anochecer y en el interior sé que esta noche es perfecta para regresar a Hogwarts. Debo hacerlo. Por mis amigos... por Draco. 

Me aseguré de ponerle seguro a mi puerta, no quiero interrupciones. Prendí mi vela aromática favorita, me coloqué mis audífonos y puse mi música favorita. Solo elegí canciones que me recuerdan mi estadía en Hogwarts. La puse tan alto como mis tímpanos podían soportar. Me recosté en mi cama en una postura que me parecía cómoda,  cerré los ojos y traté de concentrarme en el castillo, en los retratos hablando, los fantasmas volando por todas partes, Peeves asustando a los de primero, la deliciosa comida de las cenas, la cálida fogata de la sala común, Ron siendo irritable, Hermione siendo mandona, Harry tan tímido, los chistes de los gemelos, las largas platicas de Neville sobre herbología, los consejos de Luna y... los cambios de humor drásticos de Draco pero sobre todo ese lado suyo que nadie conoce; su lado depresivo, considerado, educado, gracioso, reflexivo, todo en uno. 

Nadie lo sabe pero Draco ama los animales, siempre que se encuentra alguno ama jugar con él. Tiene un fanatismo por el piano y es el mejor pianista que conozco, le gusta tocar cuando se siente ansioso o triste. Odia perder, es demasiado competitivo. Me platicó que esto se debe a las exigencias que tiene su padre con él por ser hijo único. En casa, su padre suele gritarle y humillarle cuando tiene una calificación baja. En una ocasión le dio una bofetada porque salió más bajo que Hermione. Draco ama escribirle a su madre, cada domingo le escribe una carta en secreto contándole sobre su semana en Hogwarts. Aunque lo niegue, prefiere estar en el castillo que regresar a la mansión Malfoy cuando hay vacaciones. Así es como la llama, la mansión. Todos creen que se debe a su arrogancia pero yo creo que se debe a que no la considera su hogar. El platinado es delicado en cualquier sentido; con la comida, con los aromas, con la ropa, con todo. Es demasiado higiénico, siempre quiere estar limpio y presentable. Ama el quidditch y en secreto disfruta ver jugar a Harry, lo considera el mejor jugador. Le gusta leer, en la mansión es lo único que hace salvo cuando su madre pasa tiempo con él en su habitación. En realidad odia ser adinerado, desde pequeño su padre le inculcó que el dinero da superioridad y por lo tanto debía actuar como tal. Draco considera que si no fuera adinerado tendría amigos reales que lo quisieran por ser él. Una noche me confesó que si se le concedieran tres deseos serían: la aceptación y amor de su padre, que sus padres se amaran y tener amigos. Para él es lamentable que la magia pueda hacer realidad cualquier cosa excepto eso. 

La música que estaba escuchando se fue desvaneciendo lentamente. Creo que me estoy quedando dormida pero estoy demasiado agotada mentalmente para iniciar de cero así que mejor me dejo llevar. Poco a poco voy perdiendo la conciencia. 

- ¿________? - escucho en susurro.

- No, déjala. No ha terminado y lo arruinarás. - responde una chica también en susurro. 

Mis ojos comienzan a temblar como si se quisieran salir de sus órbitas. Algo me impulsa a abrirlos repentinamente. Cuando los abro por completo veo a Hermione, Ron y Harry inclinados observándome desde arriba.

Mientras no esté - (Draco Malfoy y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora