X Ella

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Seiya

Pasamos una noche más que agradable.

Sinceramente la tomo como una despedida tacita por qué lo que pienso hacer , ya lo dijo mí amigo, es literalmente un suicidio.

Pero es una decisión tomada.

Que les puedo decir mí existencia siempre ha sido así , una sucesión de decisiones apresuradas.

Si quisiera describir mí vida en pocas palabras serían:

Fugaz.

Brusca.

Al limite.

Cómo la de una hermosa mariposa que se desvanece cada vez que vuela.
Aunque parezca raro también tengo mí lado reflexivo.

Luego de cenar cada uno se levantó para ir a su perspectiva habitación.

Seiya- Casi nos comías con cada bostezo...

Me burlo deteniendo me en las escaleras observando la batallar con el sueño.

Serena- Ja , ja que chistoso... ¡Y que quieres, anoche no dormí lo que suelo dormir siempre...!

Espeta inflando sus cachetes.

Seiya- ¡Oh qué desgracia, la princesa no logro sus ocho horas de sueño reparador!

Finjo un tono lastimero.

Serena- ¡YA TE HE DICHO QUE NO SOY UNA PRINCESA!

Chilla enojada azotando su pie en el suelo.

Seiya- ¡Hey , no te exasperés vas a asustar a todos!

Serena- ¡Eres tu al que le encanta hacerme enojar!

Me declaro culpable.

Seiya- ¡Jajajajajaj no te preocupes! No hay mal que dure cien años...

Serena- Otra frase de viejo de ochenta años...

Replica haciendo mala cara cruzando sus brazos, voy a extrañar su irreverente carácter.

Seiya- Descansa bombón...

Digo dándole pequeños toques en sus chonguitos alejando me.

Serena- Si, si....

Balbusea subiendo de dos en dos los escalones.

Sin duda hago bien dejándola con los chicos. Será como una hermana mayor para Moly y Luna y hasta se podrán prestar ropa sin problema.

Bien es hora de dormir y descansar el cuerpo , lo hice no sin antes estudiar a detalle cada centímetro del maldito plano.

Sin duda es un laberinto hecho por un verdadero compulsivo.
Pero para mí suerte, amo lo complicado.

Prepare minuciosamente cada artefacto que iba a necesitar.

No podía fallar.

Si quería terminar con esta porquería necesitaba hacer esto a la perfección.

Ajuste el reloj para dormir un par de horas.
Las primeras horas de la mañana sería el momento ideal para mí plan.

Apoye mí cuerpo en el colchón y me relaje lo más posible apagando mí mente.

Ya había pasado por esto muchas veces, arriesgar mí pellejo por completar una misión.

No era la carrera soñada pero así vivía mí vida al cien por cien.
No puedo explicar exactamente lo que siento, esa bendita adrenalina que me recorre cuando cumplo el objetivo, es adictiva.
Siempre fui consciente que en algún momento ,como toda adicción iba a terminar mal.