Solo un año más

La verdad

Cuatro días atrás

-¿QUE PASO, QUEEEEEE?- Se escuchaba gritar a una jovencita de pelo castaño con un vestido rosa con toques morados en la parte inferior, si, la princesa Ochako había gritado abruptamente tras escuchar la noticia de que el príncipe Katsuki ya había conseguido a su verdadero amor, que era nada más que su kraljevstvo, Izuku Midoriya.

Los jarrones de mármol y brillantes eran destruidos por la furia de la joven, no creía que ese principito amargado consiguiera lograr su cometido en menos de un año, era algo impensable.

-Si mi princesa, así como lo oye- Un joven de cabello rubio con ojos azules era el informante de la princesa.

Monoma se volvió un traidor del reino de Aura, debido a su actual rencor en contra de Izuku, a el no le importaba ser kraljevstvo, solo quería conocer el punto débil de los Bakugo para así poder conseguir la corona, pero al igual que su alteza castaña, todo se vio arruinado por cierto pecoso.

Así que su forma de vengarse fue volviéndose informante del reino Mandalav, su trabajo principal era que el pelicenizo no consiga ninguna prometida, algo que por lo visto no hizo, ya que nadie se imaginaba que aquel plebeyo enamorará a Katsuki.

-Y TU, ¿COMO DEJASTE QUE ESTO PASARA, TE DIJE CLARAMENTE QUE TE INTERPONGAS EN CUALQUIER AMORÍO QUE TUVIERA ESE ESTÚPIDO?-

Monoma realmente no sabía como diablos no se dio cuenta, si era tan obvio desde que se esos dos se escaparon solos en la noche, el realmente creía que era una chica, así fue a sacar información a los sirvientes del castillo, si han visto a alguien que no trabajara en el castillo, a lo que recibió un rotundo "no".

Ese fue su error, se confio. Creyó  que no había nada de que preocuparse y cuando el príncipe se fue por un par de meses, pensó que a esas alturas ya no podría lograr su cometido.

Pero grande fue su sorpresa cuando escucho unos gritos mientras hacia su misión hacia War, decidió ir a investigar y casi se desmaya cuando escucho todo lo que al peliverde le sucedió cuando se escapo con Bakugo.

Ni lento, ni perezoso, se apresuro para llegar a Mandalav e informar todo, no puede enviar cartas ya que nadie debía saber que estaba trabajando para un reino enemigo.

-Eres un inútil, te mando hacer un solo trabajo, Y NI ESO HACES BIEN- La castaña ya estaba harta, todos sus planes se iban por el caño, ya no tenía oportunidad, Katsuki hace como una hora que se había ido y el viaje hacia Aura era de
tres días, agradecía que el pelicenizo estuviera castigado, así no podía usar su dragón, por lo que le daría más tiempo de hacer un plan, al igual que unos hechizos para detener a su pequeño obstáculo.

-Escucha lo que vas a hacer..........-

El rubio mostraba una sonrisa sádica, el plan era perfecto, nada ni nadie lo detendrían para que se vuelva rey de todo el mundo ya así que todos se encuentren a sus pies.

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Izuku había tenido el sueño más raro de toda su vida, para el, era realmente chistoso y vergonzoso soñar que era correspondido por el futuro heredero del reino más poderoso de todos los tiempos, aunque le encanto el tacto de sus labios chocando con los otros.

Estaba a punto de levantarse para iniciar su mañana de ejercicios cuando siente que algo lo esta abrazando por la cintura, el pecoso al levantar la cabeza observa al antes mencionado abrazándolo con una expresión totalmente pacífica.

En ese instante sintió como si una cubeta de agua fría se le cayera en la cabeza, la realidad es que si hizo todo ese tipo de cosas en la noche y un sonrojo muy severo se instalo en sus mejillas, no podía creer lo atrevido que era.