Descubrimientos (parte 2)

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Mientras en el castillo de Aura se hacía un tremendo alboroto para celebrar el cumpleaños del príncipe de este reino, en otro lugar dos jóvenes se escabullían para alejarse de el tremendo alboroto, bueno uno más bien fue obligado a escapar de dicha fiesta.

Izuku se había negado rotundamente a complacer los caprichos de su alteza. Cuando Katsuki le extendió la mano para que se retiren, este quiso correr y buscar a la reina, pero no contaba con que Kacchan tuviera más fuerza que el y lo arrastrará hasta la ventana.

Aparte fue amenazado de muerte si iba de chismoso o si se escapaba de su captor, así que no tuvo más remedio que seguirle el paso.

Cuando se dieron cuenta de que se encontraban muy lejos del castillo, el pelo rubio juntó sus dos dedos para crear un silbido un tanto extraño, ni bien ocurrió esto el dragón del futuro monarca apareció.

Izuku ya se había acostumbrado a Hunter y Hunter a Izuku, empero Midoriya no contaba con que sería cargado como un saco de papas al lomo del dragón.

-Sabes, yo puedo subir solo-

- No me arriesgaré a que te escapes y vayas de chismoso-

- Estoy seguro que me matarías, antes de caminar 10 pasos-

-No, te mataría antes de siquiera intentarlo-

Los dos jóvenes montaron el dragón para alejarse cada vez del palacio.
El pecoso sentía todo un manojo de nervios, probablemente sería ejecutado por escaparse con el príncipe después de su fiesta.

Volaron un buen tiempo, como era costumbre Izuku se encontraba abrazando a Katsuki, aunque ya se había acostumbrado montar a Hunter, aún le invadía el miedo de caerse, inconscientemente cada vez que volaban se sujetaba de Bakugo.

El pelirubio lo había notado desde que se fueron de GreenFire, pero no lo detenía, de hecho lo agredecía, le encantaba esos pequeños contactos que tenía con Deku.

No sabía que sucedía cada vez que se encontraban solos, ya sea leyendo o explorando, siempre sentía esa calidez en su pecho, era tan relajante, tan placentero, pero cada vez que quería llegar a más, algo o alguien siempre le detenía.

Pero hoy no, estaba decidido a descubrir si sus sentimientos eran lo que realmente imaginaba, bien pudo fugarse desde la mañana y regresar al día siguiente, no obstante todos los guardias lo hubieran buscado por cielo, mar y tierra.

En la noche sería más silencioso, todos estarían tan inmersos en la fiesta que nunca se darían cuenta de su fuga junto con el pecoso y si lo hacían no armarían tanto alboroto, así que era el plan perfecto, excepto por el castigo que le impondrá su madre, no obstante valdría la pena.

Los dos jóvenes surcaron los cielos viendo todas las maravillas de Aura, pero la parada sería aún mejor, iban al lugar favorito del pelicenizo, un lugar que solo la familia real tenía permiso de ingresar por ser tan extravagante.

Al descender, Hunter se elevó por el cielo nocturno dejando a los dos jóvenes completamente solos, como era un dragón muy bien entrenado sabía que su amo no lo necesitaría por un largo tiempo y como se encontraba en el sector dragón se fue a convivir con otros de su especie.

- Camina, no tenemos toda la noche-

- Ya voy-

Izuku se encontraba muy nervioso, ya conocía la mayor parte del reino gracias a sus lecturas y expediciones, no obstante, no conocía donde se encontraba, trataba de no alejarse del príncipe, mientras avanzaba en la frondosa flora.

La zona no era muy bonita, poco a poco la vegetación se iba perdiendo hasta llegar a un volcán.

-¿Por qué me trajiste aquí?

Solo un año másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora