Fanfic Aizawa Shouta × Reader
Eres una alumna de tercer grado de la UA, tu familia te envió desde México a completar la preparatoria a partir de 2do año en Japón sin embargo una crisis familiar te derrumba y te sientes miserable por no poder acompañ...
Apenas pisó mi salón de clases supe que esa niña me daría problemas, al inicio pensé que sería una alumna rebelde o algo así.
Llegó en segundo año con la falda demasiado corta, no fue capaz de escribir su nombre en Kanji en la pizarra cuando se presentó y parecía muy diferente a las demás niñas, era demasiado atrevida.
Poco a poco me dí cuenta de que sólo era un choque de culturas.
El primer día le pedí que no volviera a mi clase sin antes arreglar su problema con el uniforme, cualquier estudiante japonesa convencional hubiera obedecido pero ella se indignó tanto que sin miramientos me hizo ver lo insultada que se sentía porque ni siquiera le pregunté por qué lo llevaba así, me dijo que la UA no ofrecía faldas de su talla en el uniforme, caí en cuenta entonces de que al ser latina era mucho más alta que la japonesa promedio, como el resto de sus compañeras. Me dijo que llevaba la talla más grande ajustada a la cintura porque la de su talla real era mucho más inapropiada y me exigió no volver a faltarle al respeto de ese modo antes de irse sin siquiera mirarme.
Nunca me habían hecho frente de ese modo, pero tuve que aprender a conocer a mi alumna latina si no quería tener más conflictos de esa naturaleza con ella.
Como dije antes, era mucho más atrevida que cualquier otra mujer que hubiese conocido, incluyendo a Midnight, su quirk le exigía un atuendo de heroína demasiado revelador y jamás se mostró cohibida por él, sabía defenderse muy bien verbalmente y nunca ví a nadie ganarle en discusiones o debates, siempre tenía una respuesta para todo.
Así fue como me di cuenta de que no era una estudiante rebelde, era más bien competitiva. No sabría decir en qué momento me empecé a sentir atraído por esa cualidad suya que se vio precedida por el resto de lo que ella representaba.
Ahí tuvo sentido aquella corazonada del primer día, cuando creí que me daría problemas, tuve razón, era un problema enorme enamorarme de una alumna.
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Poco a poco mis ojos comenzaron a verla diferente y a realmente observarla. Era tan madura y certera como una mujer en el cuerpo de una adolescente.
No voy a mentir, su belleza y juventud jugaron su papel a la hora de embelezarme pero, más allá de eso, era su atrevimiento e inteligencia contra mis barreras.
Gracias a que era tan diferente de los otros nunca la vi hacerse cercana a nadie del grupo, pero tampoco parecía necesitarlo, era eficiente trabajando en equipo así que su falta de amigos no era un obstáculo.
Lucía como una mujer inquebrantable, por eso cuando la encontré tras ese árbol con el rostro empapado en llanto y escuché sus sollozos no podía creer que fuera la misma.
Me dije a mí mismo que no quería volver a ver su rostro así, que no quería que se volviera a borrar su determinación y su coraje y sabía que ella necesitaba estar en aquel lugar para darle un cierre apropiado a ese arco en su vida, para tener paz y seguir adelante, ella necesitaba ese momento para sentirse terrible y refugiarse en los brazos de su madre.
