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T/N

Estaba en clase poniendo atención como siempre, valoraba mucho estar aquí ya que mi familia se esforzaba mucho para que yo estudiara en la UA, era difícil mandar a tu hija de México a estudiar en Japón.

Repentinamente mi celular comenzó a sonar, era mi madre lo cual encontraba extraño debido a que allá era de noche y usualmente no me llamaba entre semana. Miré la pantalla sin saber bien que pensar, cuando alguien me llamó la atención.

- t/n ¿Te aburre mi clase?

El profesor Aizawa me miraba con un aura tenebrosa.

- Lo lamento. ¿Puedo salir a responder? Parece importante.

- No me digas...

- Es de mi mamá -dije tartamudeando.- ella nunca me llamaría entre semana y menos en este horario, por eso...

- Que sea rápido.

Asentí agradecida y me apresuré a salir del aula.

Cuando volví a entrar ya no era la misma, esa noticia me había quebrantado.

El resto de la clase fue como estar en modo automático.

- Bien clase, eso fue todo por hoy, no olviden sus tareas, los veré mañana.

Todos abandonaron el aula poco a poco mientras yo lentamente guardaba mis cosas y caminaba hacia los dormitorios como si a cada paso cargara 100 kg en cada uno de mis pies.

Todos mis compañeros se habían adelantado ya, nadie notaría si me detenía un momento.

Me paré junto al camino y me senté sobre el césped detrás de un árbol, mi vista estaba nublada y calientes y densas lágrimas rodaron por mi rostro. No pude evitar sollozar un par de veces y mi nariz estaba tan tapada que no podía respirar más que por la boca.

- Si lloras así no me queda más que pensar que eran malas noticias.- La voz de Aizawa Sensei me sacó de mi ensimismamiento y me hizo levantar la mirada.- Me parece que aquí no son los dormitorios, que es donde deberías estar.

- Sensei... lo lamento. -Me levanté sacudiendo los rastros de pasto seco de mi uniforme.- Iré enseguida.

Me detuvo con un gesto de su mano.

- Dime ¿Qué ocurre?

Mis ojos volvieron a inundarse.

Luego de meditarlo un momento decidí decírselo.

- Falleció alguien muy querido para mí, un familiar. Y no pude ni despedirme, tampoco podré asistir a su funeral porque estoy al otro lado del mundo.

- Puedes solicitar un permiso a la escuela y ausentarte un par de días para visitar a tu familia y despedirte de esa persona.- Respondió con su típica voz ronca y sin emociones.

- No es tan fácil. No es un viaje que podamos costear, pero le agradezco por la información.

Ésta vez no impidió que me fuera, caminé directo a los dormitorios y me encerré en mi habitación sin hablar con nadie.

La tarde se hacía presente cuando alguien tocó a mi puerta. La abrí despacio encontrándome con, Uraraka, una de mis compañeras.

- T/N, Aisawa Sensei está afuera, quiere hablar contigo.

A pesar de la sorpresa me cubrí mi algo reveladora pijama con una sudadera negra y bajé. Ya no había nadie en el área común, al abrir la puerta principal efectivamente ahí estaba el profesor vistiendo un traje y el cabello recogido en una pequeña media coleta en su nuca con algunos mechones algo rebeldes enmarcando su rostro.

Eraser Daddy. {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora