En la tierra prometida ( Final fantasy 7 Cloud y Aeris )

Capitulo VIII

Tras unos segundos de incertidumbre su voz me inunda como nunca lo había hecho , el tono de sus palabras hacían despertar mi corazón muerto.

—Siento haberte preocupado Cloud, sabes a veces hablo con las flores... por extraño que parezca creo que ellas también me entienden y me hablan- dice ,mientras se ríe delicadamente parece que sus mejillas se tornan de un color rojizo y eso hace que yo también enrojezca ,como un adolescente.

—Claro... ya veo , ¿bueno falta algo más para recoger?-pregunto para no ofenderla, a veces parecía que no estaba aquí en este mundo que tal vez su mente viajaba como ella decía con el planeta que le hablaba , no lo entendí entonces y ahora aún a día de hoy tampoco solo sé que ella es única ,de eso no tengo duda.

—Necesitamos dos cosas más y ya estaremos, ¡vamos sígueme Cloud!-sus palabras se difuminan por el aire que reside entre nosotros, mientras sigo sus pasos hacia donde me indica.

Las casas de la zona se ven arruinadas, algunas incluso les falta el techo o quizás una puerta puedo deducir que son gente pobre como muchos otros tantos , reducidos a esto por culpa de Shinra y sus altos precios en los suburbios.

Aún siendo gente con poco jamás les ves sin una sonrisa, se insisten en ser optimistas y felices, en parte les envidio por ser tan fuertes por vivir así pero por otra quizás,yo no pudiera. Veo que Aeris corre algo más hacia un hombre intercambian unas palabras , observo al varón que le da la mano deduzco que es el doctor que su madre mencionó, tras unos segundos más ella se dirige de nuevo a mi y me presenta al señor el cual ha estado ayudando a la gente que no tiene dinero para un médico.

—¡Cloud, volvamos a casa ya es tarde!-asiento tras sus últimas palabras en lo que queda casi de la tarde.

Una voz infantil nos interrumpe la vuelta a casa, parece preocupado y agotado sus facciones son de un niño de unos 10años.

—Aeris.. u un hombre calvo preguntaba por ti... daba mucho miedo ,tenía unas gafas de sol oscuras, lo conoces?- pregunta el chiquillo algo preocupado.

Miro al niño y luego Aeris, creo saber quien va tras nosotros no puede ser otro que Rude uno más de la banda de los Turcos nunca se cansan de perseguirnos.

—¿Donde está ahora ese hombre Mike?-su mano está acariciando el cabello del niño para calmarlo,el sucumbe rápidamente a su mano.

—Me dijo que estaría en la plaza de al lado de aquí, ten cuidado Aeris ese hombre no me da buena espina- responde ,mientras se va corriendo como el alma que lleva el diablo.

Ella se ríe , pero rápidamente se pone seria y asiente cuando su mirada se posa en la mía ambos nos adentramos hacia dónde el niño nos había indicado, antes de entrar detengo Aeris un poco de miedo se aprisiona en mi corazón y mi brazo l,a detiene de repente.

Mis ojos se tornan grises solo la idea de que salga herida de nuevo, me aterra aún sabiendo por adelantado todo "esto no ocurría la anterior vez" algo, esta cambiando no se si para bien o para mal pero no debo retroceder no es el momento, voy a proteger Aeris a toda costa cueste lo que cueste.

--¡Cloud todo ira bien, se que no es peligroso el no así que tan solo cuida de mi si lo necesito mi guardaespaldas!- responde Aeris guiñando su ojo derecho, algo encantador para ser ella se ha convertido en una manía suya .

--Ya.. solo que no quiero que salgas herida Aeris no me lo perdonaría nunca mas...- contesto y ella me mira extrañada ,como si intentara adivinar algo en mis palabras pero no le doy tiempo por que he dado el primer paso.

Empujo la puerta de madera que nos separaba de la zona, sopla un ligero viento no muy fuerte que empuja la tierra haciendo que se convierta en polvo. Al fondo una sombra oscura se acerca a nosotros, mi pie se mueve involuntariamente formando una pose de ataque y defensa preparándome para una batalla, Aeris me detiene unos segundos cerrándome el paso con su brazo, no puedo evitar molestarme pero intento no mostrar nada mas.

--¿Aeris... por que haces esto tan complicado? no debiste haberte resistido ya lo sabes nosotros no somos las malos ,solo cumplimos ordenes estrictas del jefe- contesta el hombre calvo con lentes oscuras.

--Rude debiste haberle impedido que Reno viniera a llevarme a regañadientes, ya sabes que el no se toma nada enserio, es mas se lo merecía pisó mis queridas flores- contesta Aeris con la mirada fija y seria.

--Lo se menuda paliza le diste rubio, ¿o debería decir Ex- soldado no? eso me dijo mi compañero así que uno de los nuestros se pone en nuestra contra, lo siento de veras no tengo nada en contra de ambos pero tengo que hacer mi trabajo, así que pongámonos manos a la obra es hora de acabar con esto- Rude alza sus puños apretándolos, cogiendo su postura de ataque preparándose para lo que viene no sin antes ajustarse sus gafas negras.

--¿Enserio tu también? ¡tu lo has querido lo siento Rude pero no será así esta vez no!- Aeris se pone en posición de ataque con su vara metálica, tiene algo de destreza con ella además de su magia sanadora.

Todos estamos en nuestros lugares, sin movernos esperando que uno de nosotros inicie la batalla el aire sopla algo mas fuerte y sin darme cuenta ,unos segundos mas tengo el puño de Rude alcanzándome en toda la cara consigo esquivarlo pero no tengo tiempo a mas, pues el segundo viene directo a mi pecho lo bloqueo con mi espada, sus piernas se mueven rápido tanto que me como una en mi vientre.

Eso hace que caiga unos segundos debilitado, junto con una tos llena de saliva el golpe fue directo sin ningún ápice de remordimiento, la voz de Aeris me despierta de mi letargo corto parece preocupada observo como esta detrás suyo y sin mas vacilación la golpea por su retaguardia de una forma ,que la deja débil y casi inconsciente de pie.

--¡Aeris! maldito hijo de perra ¿Qué le has hecho?- grito con todas mis fuerzas, mientras corro en su ayuda.

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