Dolphin

12.

Jeno estaba nervioso, quería marcharse de allí cuanto antes y de una maldita vez. Se había despertado solo, cosa que en parte le alegraba ya que finalmente aquella cosa enana estaba con su padre, pero a la vez se encontraba que Chittaphon no estaba allí, es verdad que su mejor amigo no estaba de antes, ya que se había ido a dormir aun cuando este no estaba, pues había alegado de que se bañaría y se acostaría enseguida, pero es que cuando se despertó su amigo no estaba aquí.

Se levantó de su cama, con la sudadera de JaeMin en su cuerpo y que le quedaba hasta la mitad de sus muslos, colocándose la capucha, comenzó a caminar con lentitud por la casa e intentando buscar por todo ese lugar donde los otros lobos estaban hablando y susurrando cosas, inclusive sintiendo como alguno que otro le tiraba algo, chocando en ese momento contra un cuerpo mucho más grande que el suyo, se asustó, su cuerpo sintiéndose rígido y sus ojitos cerrando ante el tacto de una mano fría y áspera.

Sabía quien era ante aquel olor de perro.

—Tu amigo realmente era muy débil, un pequeño golpecito y ya cae completamente, ¿las hadas también sois así? Normal que os muráis, sois unos completos idiotas, no deberíais de tomar cosas de un desconocido...aun que para ti no lo sea claro.— Aquella mano bajó poco a poco por su muslo mientras su piel se erizaba en ese momento, sus ojos se aguaron, ¿él acaso le había echado algo a la bebida de su amigo? ¿había tenido algo que ver? Pero no era capaz de encararlo, de darse la vuelta, mirarlo mal y con rabia aun que lo tuviera bastante, por que si, estaba rabioso.

¿Cómo no estarlo? ¡estaba con un psicópata!

—Tú realmente...eres un asqueroso lobo, ¿por qué haces esto? Chitta...Chitta no te ha hecho nada, yo soy el culpable de todo, no tienes que hacerle nada a él.— Su voz se había atorado en su garganta, finalmente con sus lágrimas cayendo, encima que se tenía que casar con él aun que no lo quisiera...él era el culpable de todo, no quería que por ello le hicieran daño a esa persona que tanto quería como un hermano mayor, no quería que le tocaran de mala manera, aun que los otros lobos parecían estar protegiéndolo de alguna manera...JaeMin no.

JaeMin iba a matar, se podía notar sus intenciones.

Su pequeño cuerpecito se giró de manera brusca en ese momento, cerrando sus ojos con miedo cuando ese rostro estuvo tan cerca de él, no quería mirarlo, no al menos hasta que una de aquellas manos agarrara con fuerza su mentón, apretando sus dedos en sus mejillas, le estaba haciendo mucho daño, su cuerpecito era muy frágil y que le tratara con esa violencia le hacía llorar mucho más que antes, pero aun así, tuvo que mirarlo ya que cada vez si no apretaba mucho más.

—Si te vas a casar conmigo, ¿por qué necesitarías a alguien como él? Alguien que te da muy malos consejos y es de lo peor que te puedes encontrar...no seas tonto cariño, además, no le he hecho nada...nada del otro mundo, solo estoy protegiéndote.— JaeMin lo abrazó, atrayéndolo a su cuerpo y apoyando su barbilla en el hombro de Jeno, quien estaba completamente pálido en ese momento...menos mal que no había visto aquella  sonrisa retorcida de JaeMin.

Y es que este quería quedarse solo con Jeno, él no debía de tener amigos, ¿para que si lo tenía a él? Era más que suficiente, se negaba a compartir a SU hada, que no le importaría en lo más mínimo matar por tal de que nadie se acercara a él, y lo haría...claro que si.

Empezando por la asquerosa hada que se había metido en su vida de muy mala manera...le demostraría que lo único mal que hizo fue nacer a decir verdad.