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El hombre-lobo estaba gustoso de lo que estaba pasando, escuchando los suspiros y gemidos del chico que intentaba taparlos con su otra manita con miedo de que ese ruido sonara muy alto y tal vez fuera molesto para aquel animal que solo quería hacerlo chillar, y lo haría dentro de poco, ya que después de saborear el dulce sabor de la sangre del chico, y darse cuenta de cuan gratificante era eso, quería morderlo más con el fin de saborearlo, aun que también es cierto que, sabiendo que si lo mordía el chico sería catalogado como suyo...solo quería hacer eso.

Se acercó a los labios del chico, volviendo a un beso mucho más dominante al punto de comenzar a morder aquellos labios tan apetitosos mientras escuchaba como Jeno se quejaba, pero no lo podía evitar, quería escuchar más esos quejidos mientras sus manos bajaban por la prenda blanquecina que tapaba aquel cuerpo un tanto trabajado.

Jeno por su parte comenzaba a sentir cosas en el interior de su ser, sintiendo como su cuerpo comenzaba a arder mucho más mientras sus manos intentaban moverse por el cuerpo de JaeMin, sus mejillas rojas de nuevo tenían lágrimas que seguramente lo iban a dejar un tanto pegajosas, pero no le dio importancia cuando el pelinegro quitó su camiseta, sintiéndose desnudo ya que solo tenía un pequeño pantalón bajo esta.

—JaeMin...— Eso fue el detonante para que los colmillos de quien había nombrado se enterraran entre su hombro y cuello, incrustándose en esa piel de porcelona, Jeno gritaba ante eso, arqueando su espalda cada vez más arriba, moviendo sus piernas y es que aquello comenzaba a doler al punto de que no se había dado cuenta de que las manos del más alto se habían metido en su ropa interior, metiendo, sin previo aviso pero con el lubricante que solían dar las hadas cuando estaban excitadas, dos dedos en el cálido interior del chico que ni enterado estaba de eso hasta que se separó.

Pudo ver allí la mirada perdida del chico, con su pelo azulado completamente revuelto, sus labios hinchados, la marca de sus dientes en aquella zona, si iba bajando por aquel cuerpo que estaba teniendo espasmos, se encontraba con parte de su pecho y vientre completamente empapado de una sustancia vizcosa, indicando que se había corrido aun cuando estaba duro, y lo mejor, sus dedos moviéndose dentro de esa obra de arte que él había creado, tenía ganas de romperlo.

Por lo que sin previo aviso lo giró, "despertando" de esa manera a Jeno ya que gimió en desapruebo de que su cuerpo estuviera aplastando, de manera jodidamente increíble, su miembro contra las sábanas de aquella cama tan suave...sintió como algo apretaba contra su entrada, girándose rápidamente e intentó con sus pequeñas alitas volar para huir, pero no fue posible cuando la gran mano golpeó su espalda con fuerza, apretando aquellas cositas contra esta y haciéndole doler.

—Shhh...esta bien cielo, será rápido.— Jeno sabía que mentía, los hombres lobos podían durar bastante, sobre todo con el nudo para que supieran que si o también la otra pareja se quedara embarazado. E iba a decir algo, pero no pudo cuando algo grueso y enorme miembro entró en su interior, chillando del dolor pero a la vez del placer descumunal que le daba, apretando las sábanas con fuerza mientras su cabeza se nublaba como sus ojos se quedaban en blanco.

Su cuerpo se movían con rapidez por culpa de la persona que se encontraba tras de él, y es que a pesar del placer que sentía por su parte de atrás y en su interior, sentía un fuerte ardor en sus alas, ya que aun que no lo viera, podía sentir como JaeMin estaba tirando de sus alitas, cosa que le ardía, doliéndole cada vez que sentía como las jalaba hacia arriba pero...no sabía exactamente del por que estaba disfrutando cada vez más ese dolor, apretando el miembro que estaba en su interior y escuchando los gruñidos del contrario, no negaba que le gustaba escuchar ese ruido.

Sus manitas se aferraron con miedo a las sábanas mientras lloriqueaba cuando el chico comenzó a moverse cada vez más rápido al punto de que su cuerpo se estaba moviendo de adelante hacia atrás por culpa del movimiento de la persona que estaba tras de él, sintiendo como el miembro de este se estaba hinchando y en ese momento si que quiso irse, si no fuera por el brazo de JaeMin apretándose contra su abdomen.

—Quieto, vas a tener mis hijos, quiero ser el líder de la manada y por ello necesito tener mis hijos...los tendrás tú, Jeno.— Sus caninos volvieron a enterrarse en la nuca del hada cuando finalmente se corrió en el pobre cuerpo de quien ya estaba llorando a mares y del cual el canino estaba pasando ante lo bien que se sentía y la felicidad que tenía de haber estado con ese chico.

Del cual se olvidaría rápido aun que gustara de los ruiditos que hacía.

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