Capítulo 16™

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Los latidos de mi corazón delataban lo nerviosa que me encontraba; realmente estos días soy más nervios que persona, hoy era el día el que iba a ser totalmente sincera con Goku y le diré que estoy esperando un hijo.

No tenía la menor idea de cómo decírselo, he estado practicando frente al espejo: un poco patético, pero se que cuando esté frente a frente, empezaría a decir babosadas y al final no le diría nada; no me salía nada, solo balbuceos que ni yo se lo que digo.

Tenía una bolsa con todo lo que necesitaba para el picnic, tampoco le iba a decir que al momento que llegáramos: tenía planeado llegar, dejar que la conversación fluyera y ya cuando cada quien tomara rumbo para su casa, le diría. En mi corazón tenía la pequeña esperanza de que me aceptara y que no le importara, pero sabía que eso no va a pasar y lo único que voy a lograr es que me desprecie.

Todavía recordaba la conversación que tuve con Gohan con sentimiento, sí, yo sé que eso fue ayer, las emociones son más fuertes y mi mente no paraba de recordarme lo que pasó con él: básicamente mi mente me "ayuda" a no "olvidar" mi responsabilidad. Lo que me da un poco de gracia de todo esto, fue que Bulma y él me habían prohibido rotundamente entrenar como lo había estado haciendo hasta el momento, al inicio me había negado, ¿qué iba hacer si no podía entrenar?, estuvieron insistiendo hasta que al final termine cediendo; ahora estoy entrando como un humano normal lo haría: en el gimnasio.

Estos dos días he empezado mi entrenamiento a lo humano, no es la fuerza que haría en mi día a día, pero pues es lo único que puedo hacer.

Al mirar la hora me doy cuenta que debería ya agarrar lo que tenía que llevar para el picnic y salir ya, tenía el tiempo justo para llegar y empezar arreglar todo antes que Goku llegase.

-¡Hey! -la voz de Vegeta hizo se parará donde estaba y me girara cuidadosamente.

-Hola, Vegeta -le di una sonrisa, hace un poco más de dos semanas no había entrenado en lo absoluto con él y con la forma en la que me miraba, era eso de lo que quería hablar.

-¿Qué es lo que tienes en la mano? -su miraba me daba un poco de escalofríos, a Vegeta le tenía mucho respeto, a él si lo veía como un maestro y buscaba a toda costa la aprobación en los entrenamientos.

-¿Una bolsa? -respondí con otra pregunta, el solo suspiro con exageración.

-Yo se que es una bolsa -utilizo un tono de sarcasmo que hizo que soltará una pequeña risa -Has estado descuidado tu entrenamiento haciendo quien sabe que, estás más... -me miro despectivamente, sabía lo que quería decir: más débil. Pero todavía no quería que se enterará que estoy en estado de embarazo.

-No hace falta entrenar más, con ustedes es más que obvio que ganaremos -mi excusa fue un poco creíble, fue lo único que se me pasó por la mente

-¡Los saiyajines entrenamos para ser superiores a los demás! -últimamente es lo que provocó, enojo en los demás a causa de lo que hago o hablo: mentiras, todo lo que estoy haciendo es mentir.

-Lo sé -le di la razón y me gire para terminar con la conversación.

No tenía ganas de discutir, y más por el echo de que él tenía razón, pero tampoco podría decirle el por qué no podía entrenar, o tal vez si podía, no sé cómo funciona un embarazo de una saiyajin, tal vez entrenara a escondidas pero sin exceder el esfuerzo.

Intenté volar rápido para tener todo listo, y lo logré. Tenía todo listo y me había dedicado a admirar el sitio y relajarme; en el lugar había mucho viento, era un clima demasiado agradable.

Tenía un poco de tiempo antes de que llegara Goku; durante todo esté tiempo nunca he dejado la piedra y siempre la llevo conmigo: para un consejo o para algo que necesito casar de mi. Su color cambiaba con el pasar de los días, en algún tiempo era verde, otro azul y otro amarillo; así constantemente.

El Secreto || Goku & Tú  -En Edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora