Memorias de dos brujas malas

¿Qué es este sentimiento?

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"Elphie" susurró Glinda en la ventana afuera de su habitación en Shiz. Había salido a bailar con Fiyero y ahora era demasiado tarde para usar la entrada principal de la Universidad. Elphaba dormía apacible y no hizo ningún movimiento cuando ella la llamó. "Elphie", dijo un poco más alto y le dio un golpecito a la ventana.

Elphaba giró a la derecha, se acomodó y siguió durmiendo.

"¡Elphie!" dijo, desesperada, pero Elphaba no escuchó. "¡Escobas voladoras!", maldijo Glinda bajito. "Está bien, Elphaba, yo puedo cuidarme sola", dijo y murmuró un hechizo para abrir la ventana.

Un sonido ensordecedor despertó a Elphaba, quien lo primero que vio al abrir los ojos fue a Glinda sacudirse cristales rotos de su cabello. El cristal de la ventana de su habitación estaba completamente roto y había cristales en el suelo, sobre Glinda y por todos lados.

"¿Glinda? ¿Estás bien?" Elphaba saltó de la cama y corrió para ayudarla a entrar a la habitación. Después le sacudió algunos otros cristales de los hombros y el rostro. "Ehmm... ¿quieres que limpie este desastre?"

"¡Yo puedo!" Glinda se metió las manos al bolsillo de la capa y sacó de nuevo su varita mágica, pero antes de que pudiera hacer otro hechizo, Elphaba tomó sus manos para detenerla. Glinda se ruborizó, pero no supo si fue por el contacto de Elphaba con sus manos o por la ventana rota.

"No, no, está bien, ya has hecho suficiente por hoy"

"Te llamé, pero..." Elphaba le hecho una mirada, mientras con un movimiento de su mano hacía un hechizo para  recrear el cristal en su ventana.  "No despertaste."

"Y... ¿tu respuesta fue romper el cristal?" Elphaba le dijo, burlona.

"No, quiero decir, claro, o sea... no." Glinda tomó un respiro y se regañó a sí misma por balbucear. A veces no entendía por qué se portaba como una tonta cuando hablaba con Elphaba. Después de todo eran amigas. Elphaba entendería cualquier cosa que le dijera.

"No te preocupes" Regresó a su cama, acomodó sus cobijas, todo mientras Glinda se desvestía detrás de un biombo de madera, cerca de su clóset. "¿Dónde estabas, eh?" Aunque sabía la respuesta, no podía evitar preguntarle.

Glinda se asomó detrás del biombo. Aún con la pálida luz de la luna, Elphaba podía notar que Glinda estaba completamente desnuda. Sintió un hormigueo en sus mejillas y se obligó a cerrar los ojos. "Con Fiyero. No te encontré antes de irme, o te habríamos invitado."

"Ajá"

"En serio"

"Como si no quisieras estar sola con Fiyero"

Glinda en su pijama rosa, se fue a sentar a la cama de Elphaba. "Bueno, tal vez". Elphaba y Glinda se rieron bajito. A Glinda le gustaba sentarse ahí y contarle cómo había ido su día, Elphie la escuchaba, aunque a veces también pretendía que estaba dormida. En ocasiones, cuando la veía así, dormida con su piel iluminada por la luna, le daban ganas de abrazarla y... bueno, de otras cosas. Se preguntaba qué pensaría Fiyero, o Madame Morrible si supieran lo que pensaba de Elphaba. O lo que pensaría la misma Elphie. Al menos, no era algo que le cruzara por la mente todo el tiempo. En serio no entendía este sentimiento. Era algo nuevo y que le quitaba el aliento, e increíblemente distinto a lo que sentía por Fiyero.

"Oye... se te olvidó, ¿verdad?" le dijo Elphaba.

"¿Qué?" Elphaba tomó su mano y la miró con seriedad. "Mmm, ¿de verdad no te acuerdas?"

"¿Qué? Ya dime." Glinda jaló su mano, de manera juguetona, y entrelazo sus dedos con los de Elphaba.

"Mañana tenemos examen."

"¿Qué?" En ese momento, Glinda sintió cómo el color se le iba del rostro. Al menos este era un sentimiento que sí podía entender. Pánico.

"Con Doctor Dillamond"

"¡Elphie!" Glinda saltó de la cama. "Tienes que ayudarme. Deja de verme con esa sonrisa. ¿Vas a ayudarme?"

Elphaba le lanzó su almohada a la cara. "Tal vez, pero..."

"¿Peroooo...?"

Sacudió la cabeza, "Nada. Trae tus apuntes. Te ayudo" Lo que Elphaba en realidad quería decirle era que debería dejar de salir diario con Fiyero, pero después pensó que sería algo muy estúpido que decirle por más celos que sintiera.