Ahora el que camina cual tigre enjaulado, es Benjamin, va de un lado al otro y yo quieta, pasándose una mano por el pelo. Las dos manos… eso quieres decir que esta doblemente enfadado. Su control férreo parece haberse resquebrajado.
- No entiendo por que no me lo has dicho. - Me reta.
- No salio el tema. No tengo la costumbre de ir contando mi vida sexual, tan abiertamente. Y… apenas nos conocemos.
Tomo otro largo sorbo de vino. Ahora me siento culpable. Pero ¿Por qué esta enojado?
- Bueno, ahora sabes más de mí - me dice, brusco. Y aprieta los labios. – No parecías tan inexperta, en la camioneta, y que quizás no tenias mucha experiencia, pero… ¡virgen! – lo dice como un insulto – Mierda, Alex acabo de mostrarte… - se queja- Que Dios me perdone. ¿te han besado alguna vez, sin contarme a mí?
- Si, claro que si. – trato de parecer ofendida.
- ¿Y no has perdido la cabeza por ningún chico? De verdad que no lo entiendo. Tienes veintidós años, casi veintitres. Eres atractiva.
Vuelve a pasarse la mano por el cabello.
Atractiva. Bueno… algo bueno. Benjamin Masen me considera atractiva.
- ¿Y de verdad estas hablando de lo que quiero hacer cuando no tienes experiencia?- Junta las cejas - ¿Por qué has eludido el sexo? Cuéntamelo, por favor.
- Es complicado… - mi tono ha cambiado, me he puesto a la defensiva.
- ¿Por qué es complicado?
- Esto ahora no viene al caso… - trato de eludirlo lo mas que puedo - ¿Por que estas enfadado conmigo?- le susurro.
- No estoy enfadado contigo, estoy enfadado conmigo mismo. Había dado por sentado … -
Suspira, me mira detenidamente. Yo ya he dejado mi copa vacía y la he puesto en su mesa.
- ¿Quieres marcharte? – me pregunta dulcemente.
- No, a menos que tú quieras que me vaya… - murmuro cruzada de brazos sin saber que hacer.
No quiero marcharme.
- Claro que no. Me gusta tenerte aquí – me dice frunciendo el ceño, y echa un vistazo al reloj – Es tarde- y vuelve a levantar los ojos hacia a mi. – Estas mordientote el labio -dice con voz ronca y mirándome pensativo.
- Perdona.
- No te disculpes. Es solo que yo también quiero morderlo fuerte.
Me quedo boquiabierta… ¿y pretende que las cosas que dice no me afecten?
- Ven… - murmura
- ¿Qué?
- Vamos a arreglar la situación ahora mismo.
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El contrato...
RomanceAlexandra Miles una joven de casi 23 años, con un pasado en el amor muy doloroso para recordar. Vive en Nueva York, con su mejor amiga Gail, trabajando en una de las pastelerías más reconocidas de la ciudad. Hasta qué un día todo cambia... Benjamí...