Capitulo 1

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Son las 6:43 A.M. y tendida en mi cama, todavía oscuro ni siquiera amaneció. Tendría que haberme dormido más temprano, cuesta levantarse y mas con el frío invernal.
Tardo un par de minutos en adaptarme a la luz del velador, me levanto para dirigirme al baño y lavarme el rostro para desperezarme con el agua fría que prácticamente me congela los dedos y lavarme los dientes. Al salir del baño me he dado cuenta de que Gail no se ha despertado y no estoy muy segura de levantarla de la cama, ya que en el día de ayer amaneció con fiebre y resfriada, tuvo que pedirse el día en el trabajo en la Universidad y le han mandado un doctor para un parte medico para justificar su falta, será mejor que la deje dormir ya que ha pasado una noche infernal, entre estornudos y Kleenex.

Me dirijo nuevamente a mi habitación, para empezar a cambiarme, me dispongo de una camiseta básica y una camisa negra, haciendo conjunto con mis jeans negro favoritos y unas botas de taco bajo para mi comodidad. Vuelvo nuevamente al baño y observo mi rostro. - ¡Dios, que ojeras tengo! - contemplo a la joven de ojos rasgados marrones delante de mi, no muy delgada, mas bien curvilínea tanto de pecho como mis caderas, observo como mis manos se dirigen a la cintura de avispa que a veces desprecio y noto que mi cabello no se encuentra tan mal, ondeado y castaño mediano no muy largo, pasando un poco mis hombros - Creo que estoy bien - . Me coloco tapa ojeras lo desparramo bien, para que cubran mis sombras negras, solo un poco de rimel en las pestañas y estoy lista para preparar el desayuno. Ya en la cocina descubro a Gail en el sofá con su pelo de mechas californianas hecho en moño con una remera holgada y jogging - poniéndose una bolsa como vestido le quedaría precioso, ella es delgada pero con curvas, cualquiera que se cruce en su camino queda encantado con ella, su belleza no puede ser ignorada- con una taza de café en la mano y otra dirigida para mí.
- No sabia que te habías levantado de la cama - digo, le sonrío y ella dulcemente me sonríe de vuelta.
- - No quiero quedarme demasiado en la cama, no me gusta, sino no podría ponerme al día para darte las preguntas... ¡a por cierto gracias por cubrirme con esta entrevista! No sabes cuanto me costo encontrar a este idiota para concretar esta reunión, tuve que esperar al menos tres meses para que estuviera desocupado, el muy bastardo. -
Me río al oír su crítica hacia la persona a la cual voy a entrevistar por ella, ya que su enfermedad le impide salir del departamento, creo que es un hombre. Durante los últimos tres meses, no ha dejado de insultar descaradamente al pobre, al cual voy a entrevistar dentro de unas horas. El sujeto es una de las personas mas ricas en el mundo o algo por el estilo, nunca había escuchado de el, solo su apellido Masen, pero no su nombre.
- Ya avise a su oficina que irías tu en mi lugar - me aclara mientras se dirige a la mesada de mármol en la que me encuentro sentada
- Espero que no hayas escrito demasiadas preguntas, además... conociéndote espero que ninguna sea vergonzosa - la observo con desconfianza a los ojos pero ella furtivamente me esquiva
- ¡¡Gail!! - le reprocho
- ¿¡Qué!? Se lo merece por hacerme esperar tres meses el muy idiota... ¡Espera que te arreglo un poco mas, tienes que parecer profesional! -
Analizo con el ceño un poco fruncido por su mirada desaprobatoria, que va de arriba y abajo
- ¿Qué tiene de malo mi atuendo? - le pregunto.
Ella me observa y finalmente me contesta
- Ponte tacones, así parecerás más profesional, y un blazer.
- Pero si estoy cómoda así, no molestes.

Gail y yo nos conocimos en la Preparatoria, desde entonces somos inseparables. Ella trabaja en el Diario de la Universidad, estas son épocas de exámenes finales, esta por recibirse en periodismo en NYU, es muy trabajadora, aunque no lo necesita ya que su familia es adinerada, pero ella ama su carrera, aunque a veces es demasiado insistente, cosa que me molesta, porque para mi parece una inquisición.
Cuando finalmente salgo de la casa, llevo puesto mi abrigo de paño y cuero, debajo llevo un blazer que Gail me hizo comprar ya algún tiempo atrás de color beige, ella decía que el blazer me daría un toque mas sofisticado para esta entrevista, pero sin tacones, ya que tengo que caminar demasiado. Como esta reunión queda un poco lejos, decido ir por subterráneo ya que tomar un taxi, seria la muerte con el trafico que hay en la calles, yo prefiero la caminata escuchando mi Ipod al son de Midnight City de M83.

El contrato...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora