IX

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*Narra YeonJun*

Llovió hasta cuando me entré a dormir. La vela estaba casi consumida luego de verme sentado en la mesa frente a la hoja en blanco durante horas sin escribir palabra alguna. Era inútil, no me sentía inspirado en absoluto. Había caído rendido entre mis cobijas a la medianoche, tratando de dormir.

Durante mis sueños se me ocurrió que podría encontrar algo de inspiración en mi antiguo celular, el cual estaba archivado en mi armario. No lo había encendido desde que ____ me había dejado, me dolía demasiado saber que ahí se encontraban muchos recuerdos suyos.

Lo encendí luego de dos años esa mañana. Lo dejé cargando por una hora antes de usarlo y luego de senté frente a la barra de la cocina. Lo comencé a examinar por completo, con tan solo encenderlo me invadió un sentimiento de nostalgia. Estaba dolido hace dos años así que había puesto de fondo de pantalla la fotografía que nos habíamos tomado en el bosque. Ahí estaba ella, apoyada en mi hombro y con esa sonrisa radiante que no pude ver hasta hace un tiempo, cuando ____ volvió a mi vida.

Entré a los chats que tenía con mis amigos o con ella. Recordé mi grave error al escribirle que la amaba. Ja, ahora que lo pienso, es gracioso. ¿Habrá creído mi mentira piadosa después? Solo ella lo sabe. Tenía varios mensajes de Suni en ese teléfono, mensajes que ella mandó cuando tenía el celular apagado.

Suni: Yeonjun, me enteré lo de ____. Lo lamento mucho, espero que te encuentres bien.

Suni: Hola, Jun. ¿Sigues molesto conmigo por lo de la última vez? Quería saber si podemos encontrarnos algún día. Llámame, por favor.

Suni: Jun, vi tu debut. Nunca me dijiste que planeaban debutar como grupo, ¡me alegro mucho por ustedes! Suerte.

Suni: Hola, YeonJun , ¿cómo has estado? Supongo que no muy bien, ¿eh? Sigues sin responder mis mensajes. Puedes contar conmigo para lo que sea.

Suni: Hola, Jun. Quería saber si tus padres ya habían salido de prisión. Creo que debían salir hace ya tiempo, pero no recordé preguntarte. Llámame.

Suni: Jun, perdón por todo, de verdad. Responde, no quiero seguir escribiendo al vacío. Responde, ¿si? Yo aún te quiero y mucho. Llámame.

Ese fue su último mensaje, la verdad no me importaba en nada que ella me haya escrito tanto. Es decir, dejé de sentir lo que sea que haya sentido por ella cuando conocí a la chica que de verdad me sigue encantando hasta ahora. Lo de ella y yo nunca fue algo serio por más que ella me haya aceptado como yo era. Sus celos siempre lo arruinaban todo. Así fue como arruinó lo nuestro. Pero la verdad es que no quisiera volverme a tomar con ella.

En la galería me encontré con  las mismas fotos del fondo de pantalla, habían también varias fotos de Suni y yo. Esas las eliminé dejando solo las fotografías de los chicos y yo cuando estábamos en la escuela y las del campamento. Otra vez el sentimiento de nostalgia me invadía, cuanto extrañaba a ____. Es cierto que podría decir que ella está prácticamente a mi lado, pero no es la misma que se fue hace años...

Decidí ir al último lugar donde la había visto, donde la había dejado. Me encontraba en el cementerio. Entré lentamente, con miedo por encontrarme con algo que no quería, y sí, me encontré con Fei, la hermana de ____.

No estaba sola, estaba con sus padres, quienes ya se veían algo desgastados, con miradas perdidas en la lápida de la chica. Dejaron unas flores coloridas al frente de la lápida con el nombre de "Lee ____" escrito. Luego de unos segundos, se fueron por el camino contrario al que yo venía. Me pregunto cómo estarán ellos ahora...

Me acerqué a la lápida, fría al tacto y a la vista. Las lágrimas amenazaban por llegar, pero tenía que ser fuerte, no podía dejarme caer ahora que podía recuperarla. La había encontrado hace dos semanas y sabía por ella que la podía volver a tener conmigo, pero no era algo fácil, no por como estoy ahora. Se armaría un gran escándalo si es que me vieran con una chica...

Examiné la lápida, pronto de cumplirían tres años desde la fecha en que murió. Entonces sentí algo que me decía que esa era una señal, una señal importante, algo que no debería olvidar...

-... pero tienes que acercarte a mí, no te queda mucho tiempo... perderé todo para siempre si no haces nada...

Quizá sea eso...

Escuché entonces un ruido detrás mío, no alcancé a ver nada. El resto de las lápidas se veían tristes, y no había nadie más ahí que yo. Algo temeroso decidí salir de ahí, ese lugar ya me daba una mala vibra desde la última vez que estuve ahí.

Regresé al departamento y volví a sentarme frente a la infernal hoja blanca. Ambos celulares estaban a los lados de esta, solo por si necesitaba algo más de inspiración. El clima seguía nublado y amenazaba con llover otra vez, eso no ayudaba demasiado. Traté de inventar una historia hipotética en la que una persona X sería el protagonista, escarbaba en lo más profundo de mis sentimientos para saber cómo me sentía, comencé a recordar todo lo que pude sobre mi pasado, y llegué a una conclusión: estaba enamorado.

La historia hipotética era sobre amor; mis sentimientos, en los más profundo, revelaron amor; y en mi pasado solo pude ver a aquella chica que me robó el corazón. ¿Qué puedo hacer ahora, entonces? Recordé la última noche que la vi también. Como bailamos ambos, ella apoyada sobre mi pecho y yo abrazado a su cintura... Lo que ella me había besado antes de regresar con los chicos y luego irnos... Me hubiera encantado haber bailado con ella toda la noche, tenerla ahí conmigo de manera eterna...

-¡Ay!

Levanté la mirada bruscamente y miré al balcón. Esa fue la voz de ____, ¿le habrá pasado algo?

Salí al balcón y la vi parada con su vista en su mano y su guitarra recargada delante suyo.

-¿Estás bien? - levantó la mirada.

-Sí, todo bien - ocultó su mano detrás suyo.

-¿Segura? - asintió. Miré la guitarra y esta tenía una cuerda rota, sonreí para luego mirarla a ella otra vez -. Te lastimaste con la cuerda, ¿verdad? - ella asintió levemente.

-Pero no es nada grave... - volvió a mirar su mano.

-¿Puedo ver si no es nada grave? - me acerqué a la cerca.

____ titubeó unos segundos antes de acercar su mano a mí. Se había hecho una pequeña cortada en el dorso de su mano, recordé entonces como fue que ella curó mi mando cuando yo me habita lastimado con el cuchillo. Sonreí aún más cuando miré su rostro.

-Deberías lavarte la herida, podría infectarse - asintió.

-Sí, bueno... perdón si es que te interrumpí en algo...

-No, no, tranquila. No hacía nada, después de todo - volvió a asentir.

-Bueno, adiós.

-Adiós.

Recuerda #2  °Yeonjun Y Tú°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora