36
No recuerdo el momento exacto en el que me había quedado dormido, pero a juzgar por la sensación de cansancio con la que desperté, no podía hacer más de tres horas.
Me desperté algo más tranquilo después de haber vuelto a soñar que Alicia volvería a mí. En los sueños, también había conocido a la amiga de Jessy que iba a venir al cumpleaños.
Y sabía que, en un momento de la noche, ella iba a intentar besarme y yo la iba a rechazar: eso me presentaba la posibilidad de comprobar si mis sueños estaban equivocados o, por el contrario, seguían siendo tan acertados como hasta ese día.
Dicha posibilidad me permitiría luchar contra mis dudas ya que, cada vez que mi mente pensaba en la posibilidad de un error en mis ensoñaciones premonitorias, con agilidad felina eliminaba ese pensamiento sustituyéndolo por otro del tipo:
"ya lo comprobaremos en el cumpleaños". Mientras me vestía para ir a trabajar, recibí un mensaje de Alicia:
"Víctor, me ha dicho Rebeca que vas al cumpleaños, yo no puedo ir... pasadlo bien".
Lo que sentí al leerlo fue una sensación rarísima, ya que quería que viniera pero a la vez me alegraba de que no fuese a hacerlo.
Poco a poco las horas volvían a ser horas y los minutos, minutos. Sabía que me esperaba un día largo pero no tan largo como había sido el anterior. El volver a soñar lo mismo me había hecho afrontar el presente con mayor
tranquilidad pero, pese a todo el miedo a un posible fallo, seguía estando presente en todos y cada uno de mis pensamientos.
En el trabajo seguía actuando por inercia, todo lo que hacía eran movimientos totalmente rutinarios. Me limitaba a dejar pasar las horas e intentar alejar todos esos pensamientos que no me permitían ser quien yo realmente era.
Pero solo conseguía cavilar en otra cosa cuando Rebeca, a la hora de la comida, intentaba involucrarme en los preparativos de su cumpleaños.
―Víctor, ¿te llevarás el GPS?
―¿No sabes ir?
―No, solo tengo la dirección.
―Pues entonces me lo tendré que llevar.
―¿Salimos después de trabajar el viernes o madrugamos el sábado? ―¿Desde cuando tienes la casa?
―Desde el viernes.
―Entonces venimos a trabajar en coche y salimos desde aquí, que yo lo que no quiero es madrugar.
―Vale, pues les digo a todos que quedamos aquí a las 10 de la noche y así salimos desde aquí juntos.
Según pasaba la semana, las preguntas sobre el cumpleaños eran menores y la mayoría de las veces simplemente para confirmar lo que habíamos hablado el día anterior.
La semana avanzaba, como no, despacio y yo cada vez tenía más ganas de llegar a esa casa rural donde Rebeca celebraría su cumpleaños y comprobar si realmente mis sueños seguían siendo fiables.
![](https://img.wattpad.com/cover/255366066-288-k890175.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El idioma de la luna
Novela JuvenilTienes un "don" puedes ver el futuro Sabes que esa persona es quien caminara junto a ti hasta el final de tus días , pero para eso tienes que dejarla marchar ¿qué haces? Victor se enfrenta a esta situación, ¿podrá soportar el dolor hasta que vuelva...