41
Nos fuimos todos a dormir la siesta una vez terminamos de comer. Yo no había hecho otra cosa que no fuera dormir pero, aun así, el efecto de la digestión me pedía dormir un poco más.
Amaya se durmió abrazada a mí. Su respiración, lenta, chocaba directa en mi oído lo que provocaba en mí un estado de relajación absoluta que me condujo profundamente hacia el letargo.
Todo estaba oscuro. No podía ver nada, era como si algo me impidiera abrir los ojos. Decidí escuchar todo el ajetreo que había a mi alrededor.
Era el sonido de llantos, y estaba convencido de reconocer entre ellos a Jose y Alberto pero, por más que intentaba mirar, no conseguía ver nada.
En mi interior comenzó a crecer una sensación de soledad. Era extraño, sabía que estaba rodeado de gente porque, aunque no pudiera verlos, sí los podía escuchar, y aun así me sentía solo.
Había un vacío dentro de mí mas no sabía qué lo provocaba. Estaba convencido de que ese vacío seguiría ahí día tras día; el resto de mi vida.
El no poder ver me angustiaba muchísimo y empezaba a ponerme realmente nervioso. Noté cómo algo me tocaba la espalda, sin saber por qué ese toque me produjo una extraña sensación de alivio.
Pero esa otra sensación, la de vacío, continuaba ahí. Ya estaba mucho más tranquilo pero seguía ahí...
Desperté abrazado a Amaya. El picor de los ojos y la humedad de la almohada me hicieron comprender que había estado llorando. Intenté analizar el sueño que acababa de tener, pero no encontré ninguna respuesta.
¿Por qué no veía nada? ¿Sería un sueño premonitorio o simplemente había sido una pesadilla corriente, algo fruto de mi imaginación?
Poco a poco ese mal sueño fue apartándose de mi mente, quizás ayudado por el despertar de Amaya que me miraba con cara de sorpresa.
―¿Por qué lloras?
―No estoy llorando.
―Pues tienes los ojos rojos y las mejillas empapadas. ―No sé, me he despertado así.
―¿Y no sabes por qué?
―No, he tenido una pesadilla y me he despertado así. ―Bueno, pues hagamos que se te olvide esa pesadilla...
Se puso sobre mí y me besó. Con una suave caricia secó mis mejillas y me sonrió. Hacía nada que la conocía pero, cada minuto que pasaba a su lado, tenía más ganas de cambiar mi destino y que ella fuera la protagonista de mi futuro.
Me sonreía sin parar y solo interrumpía la sonrisa para besarme. Nos enredamos entre las sábanas; mis manos buscaban su cuerpo y lo acariciaban sin parar, las suyas se aferraban a mi pelo impidiéndome escapar de alguno de tantos besos.
En ese momento alguien llamó a la puerta. ―¿Estáis vivos?
―Se podría decir que sí.
―Vamos a bajar al pueblo, ¿os venís? ―¿Pero bajáis ya?
![](https://img.wattpad.com/cover/255366066-288-k890175.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El idioma de la luna
Fiksi RemajaTienes un "don" puedes ver el futuro Sabes que esa persona es quien caminara junto a ti hasta el final de tus días , pero para eso tienes que dejarla marchar ¿qué haces? Victor se enfrenta a esta situación, ¿podrá soportar el dolor hasta que vuelva...