El idioma de la luna

El idioma de la luna 6

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La hora de la comida llegó mucho más rápido que de costumbre. Jessy y Rebeca vinieron a buscarme para ir juntos hasta el comedor.

―Víctor, dile a Rebeca que te cuente para qué la llamaban a la oficina.

Fingí que no sabía nada del tema y esperé que Rebeca siguiera el juego, pues no me hacía mucha gracia que se supiera que me habían pedido consejo a mí para tomar tal decisión.

―¿Qué te han dicho, Rebeca?

―Pues me han dicho que mañana firmo el contrato indefinido, que les gusta cómo trabajo y que han decidido que quieren contar conmigo.

―Eso es estupendo, ¿no?

―Sí, la verdad es que me hacía mucha falta el trabajo.

―Bueno, y te invitarás a algo, ¿no?

―Sí. Cuando salgamos, si queréis, nos tomamos algo todos.

―Yo había pensado en ir a ver a una amiga a la biblioteca de tu barrio, si eso cuando salga nos vemos en algún sitio.

―Me parece perfecto, así llamo yo también a un amigo, ¿tú vienes, Jessy?

―Sí, ¿por qué no?

En ese momento me dí cuenta de que, probablemente a partir de esa misma noche, se rompería el trío de los que desde la entrada de Rebeca en la empresa habíamos comido juntos cada día. Tenía la esperanza de que Jessy aceptara a Alicia y no buscara ningún motivo para cabrearse conmigo. Pensé que la mejor forma para que no pasara, seria que llegase por la tarde sabiendo que iba a conocer a la chica con la que estaba a punto de empezar una relación.

―Rebeca, ¿vas a llamar a Dani para que venga esta noche?
―Sí, luego le llamaré. ¿Por?
―No, porque si Dani se trae mi coche luego, nos podemos quedar un rato más. ―También os podemos llevar Alicia o yo.
―Sí, pero lo decía por no haceros ir a mi barrio.

Jessy pareció pillar el hilo de la conversación y su mente cruzó rápidamente los datos que acababa de escuchar con los que Rebeca debía haberle ido dando a lo largo de la mañana.

―¿Dani, el Dani del que me has hablado esta mañana es el Dani amigo de Víctor?

―Sí. ¿Le conoces?

―Sí. Le he visto alguna vez que hemos quedado fuera de aquí.

―Pues ese es el Dani que te decía. ¿A que es un encanto?

―Parecía simpático.

―Bueno chicas, siento interrumpir la evaluación de mi amigo pero no me interesa. A lo que íbamos, si le llamas dile que coja mi coche.