Quería llorar, por dios que quería llorar.
Di por hecho varias cosas de mi vida, normalicé todo lo que pasaba a mi alrededor y perdí de vista aquellos detalles que me hacían vivo como respirar simplemente, abrir los ojos todos los días, comer, caminar, ver a mi familia, ser yo...
Me trague mis lagrimas y la garganta empezó a dolerme, no quería hacerlo aquí. No con mamá presente. Trate de mejorar mi compostura y me voltee hacia ella, mamá tenia un pañuelo blanco húmedo y empezó a limpiar el rostro de mi cuerpo con tal delicadez como si fuera romperse.
—¿Puedo? —Mamá dudo un poco pero aun así me entrego el pañuelo.
Empecé a limpiar las manos, los brazos y también su cuello. Mamá observaba con atención cada uno de mis movimientos sin decir ninguna palabra.
—Así esta bien, ha quedado muy limpio mi pequeño.
El corazón me dolió. Cuando era más chico, así me llamaba mamá: pequeño.
Hacia tanto tiempo que no la escuchaba decirme así.
Acomodé la sabana para mi cuerpo y dejé el pañuelo y la bandeja en una mesita.
—Mi pequeño es tan hermoso ahora e increíble, despertara pronto y listo para soltar maldiciones. —Dijo mientras acomodaba mi cabello de la frente.
Al parecer en estos días mi cabello había crecido considerablemente.
—¿Quieres a mi pequeño?
—Como no tiene idea. Respondí de inmediato.
Ella sonrío y se sentó en un sillón con la mirada cansada.
—Tal vez debería ir a casa a descansar, yo podría quedarme con Gulf. —Incluso decir mi nombre sonaba muy raro.
—No, estoy bien. Mas tarde vendrá mi esposo y yo iré a casa a bañarme.
—¿Nunca lo dejan solo? —Pregunté.
—Por supuesto que no. Podría despertar en cualquier momento y sentiría miedo si no ve a ninguno de sus padres.
Sonreí con tristeza, así me había sentido cuando desperté en aquel hospital sin mis padres.
Y eso me confirmaba algo más: será muy difícil quedarme a solas con mi cuerpo y hacerlo en frente de ellos... ¡ni pensarlo!
Estuve cerca de una hora con mamá, a veces en silencio y a veces platicándome de la situación medica de su "pequeño". Me despedí de ella y salí de aquel hospital antes de que llegara papá.
Si lo veía de nuevo, correría a sus brazos para que me cuide y diga "todo estará bien".
Después de la visita al hospital tenía una cosa muy en claro, mama no dejaría solo mi cuerpo y yo no tenía idea de cuánto tiempo me llevaría transmigrar.
Tenía que idear un plan para que nadie estuviera presente dentro de la habitación.
Mi hermana no puede ser, antes de que yo terminara la explicación ella ya estaría llamando a la policía. Mi hermana era así, solo creía en lo que la ciencia le decía.
MILD.
Mild sería mi salvación.
Pero ¿Cómo le digo sobre mi situación?
Mild es mi mejor amigo, sin duda me creerá. Con eso en mente, fui en dirección a su casa.
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RENACER-MEWGULF
FanfictionGulf Kanawut tenía una vida ordinaria: familia, amigos y le iba bien en su vida universitaria... hasta el día del accidente. Despertó en el cuerpo de otra persona y lo más increíble es que ahora era una chica ¡y tenía senos! Oh por dios. Su vida n...