CAPITULO 15. ODIO A GULF KANAWUT

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Yo de verdad odiaba a Gulf Kanawut.

Lo odiaba tanto que solo ansiaba verlo y hablar con él. Pero nunca lo hice, por más que mis pies me llevaran hacia él.

A buscarlo en el hospital, en la facultad de su universidad, porque oh si, encontrar información sobre ese chico era tan fácil como hacer llorar a un niño.

Por suerte para mi nunca tenia la suficiente fuerza para acercarme a él y pedir explicaciones porque ni siquiera estaba seguro de que preguntas hacer.

Solo lograba verlo a la lejanía, ver como hacia su vida después del accidente, después de haber estado en coma por un mes. Parecía llevarlo bastante bien, riendo con sus amigos y asistiendo a clases. Mientras yo parecía desolado. Incluso la familia de Kira tenían mejor semblante que yo. No les recriminaba, vivían el duelo de perder una hija a su manera.

Regularmente les llamaba por teléfono y aunque nuestras conversaciones no duraban más de 10 minutos era satisfactorio saber que estaban bien y seguían adelante.

Yo también seguía adelante, con un mar de preguntas dentro de mi mente, pero seguía adelante.

Mi vida se había vuelto patas para arriba después de esa última conversación extraña con Kira y no lo entendería hasta ahora o eso creo. Me dolió darme cuenta de que ese había sido nuestro último momento juntos y no lo supe valorar. Después vino la muerte de una forma tan inesperada que a veces me preguntaba sino estaba soñando.

No sé como explicarlo, la vida era demasiado confusa. Extraña. Sobrenatural.

¿A cuántas personas les pasaba algo similar?

Es decir, se enamoraban de alguien, el amor se terminaba, volvían a intentarlo, pero sentían que no era la misma persona e inexplicablemente se sentían atraídos de nuevo.

¿Qué clase de juego es el amor?

Ahora, otro asunto muy importante.

¿Por qué demonios soñaba con un chico? Un chico al que no veía su rostro, solo partes de su cuerpo y eso, a veces me prendía.

Era como un adolescente.

Me sentía como un adolescente descubriendo que le gusta alguien por primera vez.

¿Me gustaba alguien producto de mis sueños?

Le puse un rostro al chico de mis sueños cuando lo vi aquella vez saliendo de la universidad, su andar despreocupado mientras observaba su teléfono. A partir de ese momento, empecé a buscarlo con mi mirada, acercándome lo suficiente a él, pero sin ser detectado.

Y finalmente así paso el tiempo, escondiéndome entre las sombras como cualquier acosador.

Hasta este día.

De todos los restaurantes para comer en la ciudad, coincidimos en el mismo. Que sorpresa.

Así que hice la cosa más increíble que pude haber hecho: hablé con él, fingiendo que no lo reconocía, como un completo acosador. Y él me creyó. Actuaba con timidez y miedo tal vez.

Contestó cada una de mis preguntas y otras que no sabia formular.

Gulf Kanawut era una persona extraña...mejor dicho: especial.

Era tan alto y robusto como yo, pero aun así se las ingeniaba para lucir mas pequeño e inofensivo. Sus facciones fuertes solo me provocaban tratarlo con amabilidad y su voz me tranquilizaba. Y su olor ¡oh por dios! Él olía exageradamente bien. Su aroma...era igual al de Kira. Con eso confirmaba una vez más que él...era causante de muchas sensaciones dentro de mí.

Gulf me dijo todo lo que sabia y me lo explico muy a su manera, tomando grandes bocanadas de aire para explicarme. No daba lugar a la interrupción. Él hablaba y hablaba y yo solo podía mirarlo con sorpresa y confusión cuando revelaba cosas que nunca se me pasaron por la mente.

Definitivamente todo esto era sobrenatural.

No creo que le pasara a una persona de cada cinco ni siquiera de un millón.

Observe a Gulf sin decir nada, él estaba esperando que yo dijera algo.

—Entonces ¿Qué pasa aquí?

Ambos nos giramos para mirar con sorpresa a la persona que se unía a nuestra conversación privada.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Gulf con nerviosismo.

La chica nos miraba con escrutinio y molestia, mejor dicho, me miraba con molestia. La chica era unos centímetros mas baja que yo, delgada y bonita.

Acaso ¿era su novia?

—Nos has dejado sin dar explicaciones, venimos a celebrar contigo ¿por qué demonios desapareciste y te viniste con él? —reprendió.

—Nil...

—Nada. Has venido con nosotros. Papá y mamá no lo dirán, pero están molestos. Vámonos. —La jovencita tenia el ceño fruncido y el pie moviéndose en señal de espera. Lucia tan amenazante como un cachorro ladrando.

—Nil, basta. No eres así de grosera.

Ahora Gulf estaba molesto, podía verlo fácilmente en su rostro. Y yo ciertamente había interrumpido un festejo importante.

—¿Yo soy la grosera? Nos has dejado en la mesa esperándote sin dar ninguna explicación. No te puedes imaginar lo que te espera en casa.

—Ya para, iré en un momento. Solo déjame un minuto a solas con él.

Sin responder se dio media vuelta y regreso al interior del restaurante.

­—Lo-lo siento. Yo tengo que volver.

—No me digas que es tu novia porque...tiene un bonito carácter.

—¡¿Qué?! ¡no! Es mi hermana mayor. Ella... es bastante especial. No te metas con ella.

Por suerte había fallado en mi predicción y ellos solo eran familia. Ahora que lo pienso, son bastantes parecidos.

Gulf tenia su mirada en el suelo actuando de nuevo tímido.

Era lindo.

—¿Puedes darme tu número de teléfono? —pregunté.

El asintió y me dio su número.

—Contesta mis llamadas, por favor.

—De acuerdo, Mew. —dijo. Y su voz diciendo mi nombre se convertía en una bella canción para mí.

Ambos nos despedimos y nos dirigimos a nuestras mesas con la promesa de seguir comunicándonos.

Esa noche le mande un mensaje justo antes de dormir, no sabia que escribir. Un "buenas noches" fue lo único que pude teclear y él me respondió de la misma forma.

Esa noche cuando el sueño por fin me venció, soñé con Gulf. Esta vez no era solo manos u otras partes de su cuerpo. Yo podía verlo a él, riendo conmigo.

Y eso me hizo sentir tan cálido.

Yo no tenía ningún motivo para seguir relacionándome con él, pero la vida o tal vez yo...quería seguir viéndolo.

Porque Gulf me hacia sentir cosas que no había sentido antes: anhelo.

Anhelaba estar con él, compartiendo momentos y risas.

Yo no conocía a Gulf, yo no sabia lo que le gustaba o no le gustaba, sus sueños o preocupaciones, pero quería aprender.

Aprendería por él.

Sea lo que sea que mi corazón sienta, daré lo mejor de mí.


RENACER-MEWGULFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora