❀ Capítulo dos ❀

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|Zoe|

Miraba cómo él hablaba con alguien, había estado tratando de hablar conmigo, pero cuando se acerca el miedo me invade, tengo miedo de que haga esas cosas feas. Había pasado mucho tiempo y días aguantando todo lo que me hacían, mientras con él estoy descansando, y no quiero que venga Papi por mí.

— Bueno, seguimos...— se acerca entre su pausa y se sienta en la cama, me alejo un poco de él y lo miro. — Me dirás tu nombre completo.

Asiento.

— Mami me dijo que me llamo Zoe Lenae. — asiente lentamente.

— ¿Me tienes miedo? — niego, pero rápidamente asiento ante su mirada seria. — No es bueno que mientas. — asiento.

— No mentiré.

— Como ya había dicho Zoe, aquí no habrá castigos si me dices la verdad siempre. También podrás hacer todo lo que quieras mientras no te portes mal. — me acerco a él cuando dice eso, pero no sé qué cosas podría hacer.

— No hay castigos. — él sonríe de una forma amistosa hacia mí, algo que no me da miedo.

— Tu siempre harás las cosas bien, Luna. — frunzo mi ceño cuando escucho ese nombre.

Suspiró y dejó a un lado mi rostro fruncido. Asiento levemente y me ayuda a pararme de la cama.

— Ahora sí irás con el doctor. — asiento.

Me da miedo ir con esa persona, nunca antes había oído esa clase de palabra en casa con Mami, es algo nuevo y siempre lo nuevo me da miedo. Fue nuevo cuando Papi me llevo con esos señores cuando tenía nueve, y desde ese momento lo odio, odio cada cosa nueva.

Solo me agrada estar con Benjamín, aunque he escuchado que lo llaman Alpha, es raro ese nombre, pero él les responde de una forma autoritaria, aunque amable. Ese sería su segundo nombre Mami tenía un segundo nombre el cual era Flor, seguro su segundo nombre será Alpha.

— Deberás de dejar tu peluche en el auto. — niego haciendo un puchero.

— A mami no le gustara estar en un auto. — agarra mi rostro y acomoda mi cabello, siento un nudo en mi estomago y lo miro asustada.

— Esta bien, la llevarás contigo. — rápidamente trata de cubrirme con algo y gritó asustada agachándome. Miro como se inca y me pone el abrigo aún cuando yo estoy temblando. — No te haré nada, solo te pongo el abrigo porque hace frío afuera.

Asiento, acomoda mi cabello que aún no está estable. Abrazo mi peluche con fuerza y no dejo de mirarlo mientras salimos.

— Papi siempre me ponía una bolsa en el rostro, pensé que tú harías lo mismo. — gruñe como ayer.

— Desde ahora dejaremos de hablar de Papi y de pensar en él. — se detiene enfrente mío. — Cuando llegaste conmigo comenzó tu nueva vida, ya no debes de recordar tu pasado ni de lo que esa persona te hacía. — pasa mi cabello por detrás de mi oreja y me pone un gorro rosa de lana. — Yo te ayudare a que esos recuerdos malos desaparezcan de tu mente y vivas una vida normal, la cual te quitaron.

Bajo mi rostro y cierro mis ojos, alza mi rostro y trato de no sentir ese miedo punzante en mi sistema, debo de saber que él no me hará esas cosas, ayer sé que estuvo viéndome mientras dormía para que esos malos sueños no me quitaran el sueño. Él no me hizo esas cosas mientras estaba con mis ojos cerrados, solo me cuido mientras me dormía.

Ladeo mi rostro de un lado a otro concentrada en el magnífico sabor que una paleta tiene, nunca antes la había probado y es demasiado rica algo que me está gustando, mueve mis pies de un lado a otro en la cama en dónde Benjamín me dejo mientras habla con la doctora.

「𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞; 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝟏 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora