❀Capítulo veinte❀

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|Zoe|

Comía en la cocina, este día era aburrido, Daddy había salido desde antes que yo despertara y Luciano se había sentido hoy enfermo por lo que tampoco Luciabell había venido, estaba sola. Solté un lento suspiro, pensé que mis vacaciones serían más interesantes.

Agarre mi celular, creo debí haberle pedido permiso para salir a Daddy con mis nuevos amigos, pero ya los rechace así que me quedo sola en esta gran casa, me dejo caer en la cama cuando llego a mi cuarto, miro con lentitud mi habitación, Izzy piensa que es algo aniñado el estilo de esta, pero a mi me gusta demasiado. Vuelvo a soltar un suspiro, voy hacia su cuarto y miro que no tendió su cama.

Debió de haber estado muy apresurado, ni fue a mi cuarto a checar si estaba bien, siempre que lo hace me levanto rápidamente. Me gusta verlo.

Niego lentamente por el desorden creo que será algo que tengo que hacer, después de todo el siempre se esfuerza mucho para que yo sea feliz. Luciabell siempre se hace cargo de la limpieza y de poner las tareas a las diversas empleadas de la casa, pero ella no esta por lo que nadie ordenó el cuarto de Daddy.

Con una liga ato mi cabello y comienzo a acomodar todo en su cuarto hasta caer rendida en la cama ya hecha, cerré mis ojos por un momento sintiéndome tranquila, escucho el sonido de alguien caminar y sonrío su caminata siempre es pesada al caminar.

— Llegaste. — murmuró, frunciendo mi ceño cuando Daddy no es el que está en la puerta. — ¿Tú eres?

— ¿Joseph? — ladeo mi rostro. Pongo mis manos juntas en mi regazo, lo observó detenidamente notando su piel pálida y sus ojos levemente rasgados, un destello rojo aparece en estos antes de bajar su rostro. — ¿Tú eres?

Pienso en si decir quien soy o no, miro detrás de él viendo a Daddy con un rostro enojado y sonrío. Ese señor es aterrador.

— No es de tu incumbencia, y no deberías de estar aquí arriba Joshep.

Miro a ambos con detenimiento, suspiro lentamente, por la mirada de Daddy puedo asegurar que está enojado. Cuando deja a fuera a esa persona pálida me mira detenidamente da un vistazo rápido a todo el lugar y es cuando por fin me incorporo de mi lugar y caminó hacia él con una gran sonrisa.

— Estaba muy aburrida. — murmure y bese su mejilla con una sonrisa. — ¿Todo está bien?

— Claro, porque no lo estaría. No se acero a ti ¿cierto?

— Ni siquiera toco mi cabello, él no pasó del umbral de la puerta. Puedo saber ¿quien es?, Daddy. — negó con lentitud. Entrecierro mis ojos, está ¿enojado? Volví a suspirar y me aleje un poco, no entiendo porque lo está ni que ese tal Joseph me fuera a alejar a su lado. — No tienes que ponerte así a mi solo me gustas tu...

Mordí mi lengua con fuerza, cerré mis ojos y corrí fuera de su cuarto huyendo de mis palabras. Nunca pensé que eso saldría de mis labios, ¿y si?... no, no lo pudo haber escuchado. Mordí mis labios con fuerza, ahora no podría verlo sin pensar en lo que se me escapó. Escucho el sonido de llamada de mi celular y contesto.

- ¿Ya?

Ruedo mis ojos, su voz en este momento no es algo que quiera escuchar, desde la última semana que fui a su casa no a dejado de llamar para saber si le he dicho lo que siento a Daddy.

- ¿No? Ah... no debiste de meterme estas ideas, te odio.

Cuelgo antes de que diga algo renegando por mi tontería de no cerrar mi boca y mentirle por un momento, suelto un suspiro cansado. No saldré hasta que se le olvide lo que dijo, pero y si no lo escucho, estaré entrando en conflicto conmigo misma. Solo tengo que evitar cruzar palabra con él.

「𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞; 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝟏 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora