|Zoe|
Brincaba por los escalones mientras esperaba a que Benjamín terminara su llamada, las marcas en mis piernas habían desaparecido notablemente y ahora usaba una falda, que por la sonrisa de Benjamín le gusto.
Estaba insegura en usar la ropa que él compró, pero es muy linda y a él no le desagrada nada de lo que me ponga.
Siento mi ropa interior empapada y me ruborizo avergonzada.
— ¿Puedo ir al baño? — asiente y salgo corriendo hacia el baño cercano tapando avergonzada mi trasero. Cierro la puerta detrás de mí y me doy la vuelta mirándome en el espejo, observó la mancha de sangre en la ropa interior cuando levanto la falda y niego, mami me ayudaba en esto Benjamín se enojara como él lo hacía.
Él decía que las señoritas tenían que ayudar en casa, por eso él me llevaba con sus amigos a los nueve años, ya que me había convertido en señorita. Pero yo no quería ser una señorita.
Las señoritas sufren mucho, cuando era niña él me quería y no sufría ningún dolor en mis partes de princesa.
— ¿Estas bien? — niego, camino hacia la puerta mordiendo mi labio y la abro lentamente.
Me mira con detenimiento con la misma mirada de mami cuando llegaba adolorida por los amigos de él, lo miró con una sonrisa nerviosa y asiento.
— Luciabell, ¿puede venir? — asiente, chasquea sus dedos y bajo mi rostro mientras cierro la puerta.
Sudo nerviosa de las manos por lo que está pasando y niego con miedo a salir, él decía que esto era asqueroso y todos se burlan cuando saben que tienes el periodo, así él dijo que se llamaba.
— Necesitas algo... Zoe. — abro la puerta, la miro nerviosa y agarro su mano para que solo ella pase.
— Y-yo tengo el p-pe-periodo. — la miro, ella sonríe y se acerca. — Sabes qué es lo que...
Me detiene.
— Claro, le diré al señor...— me altero.
— No, él no puede saber. No creo que le agrade.
— Esta bien. — bajo mi rostro nerviosa, sabiendo que le dirá aún así. — Vendré en un rato con lo que necesitas y mandare por cosas para esto.
Asiento, escucho el sonido de la puerta abrirse y cerrarse, me acerco a la puerta y trato de escuchar si le dice algo a él, pero no escucho nada. Recargo mi espalda en la pared, y miro el espejo, soy muy pálida a comparación de los demás.
En este lugar hay muchas personas y soy muy pálida a comparación de ellos, siento vergüenza por no tener el mismo color que todos, no quiero que me vean mal. Benjamín es más grande que todos y a su lado me veo aún más pequeña, deje mi peluche porque alguien se rió de mí, y eso solo me hizo sentir mal.
Ahora mami esta en mi cuarto, durmiendo mucho como ella siempre quiso.
— Zoe, ¿estas bien? — solo digo un "sí", me ruborizo de la vergüenza y paso mi cabello por detrás de mi oreja, vuelven a tocar y abro la puerta.
Luciabell me da la cosa de algodón que mami siempre me daba, y unos pantis limpios.
— Las otras solo tiralas. — asiento.
Repaso lo que mami siempre me dijo y tiro mis pantis envueltas en rollo y con pena a la basura, salgo fuera de baño con el rostro gacho apenada, siento la presencia de Benjamín a lado mío, pero no me inmuto, estoy muy avergonzada de esto.
¿Sentirá asco?
De seguro lo hará, él sentía asco cuando veía eso en mí eran los días sin comida para mí, será lo mismo con Benjamín. Me detuve indecisa en si seguir con el plan de ir con él, no quiero estar sola aquí y Benjamín siempre me enseña lugares mágicos, y a su lado estoy segura aun tengo miedo de las personas que hay en esta gran casa y algunas dan miedo cuando trato de acercarme a preguntar dónde estoy.
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「𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞; 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝟏 」
Manusia Serigala⊏fragmento introductorio⊐ - Claro que lo estoy princesa. ¿Tú estás segura de que te gusto? Asiento, mi corazón siempre late cuando estoy en presencia de él. Cada cosa que él hace provoca un extraño revoloteo en mi estómago que nunca he sentido, ante...