Capítulo: 32

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Austin aparca la moto detrás del local, Kay, se llama, no lo conozco, pero tampoco es como si fuese una experta en ese sentido, salgo con mis amigas de noche, claro que sí, pero este lugar es más... ¿adulto? Y aunque me he colado en una que otra discoteca de mayores esta parece algo más intimidante, quizás por el tipo de gente que estoy viendo en la cola, o por el estilo de Austin. O simplemente por el tipo grande de tez morena que vigila la puerta, de verdad que esta gente se las arregla bien, pues el tipo impone lo suyo.

Austin entrelaza su mano con la mía y pasa por delante de la cola, algunos le miran con recelo y otros con indiferencia, como un pringado que no sabe la cola que tiene que hacer, pero Austin parece saberlo muy bien, pero se acerca al gorila y se saludan amistosamente, con un saludo que no fui capaz de entender.

- ¿Cómo vas?- le pregunta el gorila a Austin.

- Bien, ¿está dentro?- pregunta señalando hacia dentro.

- Claro, desde que llego preguntó por ti, ya sabes en lo que tiene tanto interés. - dice sonriendo burlón.

- Pues aquí estoy para complacerlo- dice Austin de la misma forma- déjame entrar, anda.

- ¿Y ella? Es menor de edad- le pregunta mirándome de arriba a abajo- es la primera vez que te traes a una tan jovencita- yo enarco una ceja molesta ¿es que se las trae aquí a todas?

- Venga tío- dice Austin riendo y le da un empujón cariñoso, me dan ganas de soltarme de su mano e irme, miro hacia atrás y veo que algunos comienzan a poner mala cara, pues la cola no avanza por culpa de Austin.

- Sabes que hay ciertas cosas que...- dice haciendo una mueca, Austin rueda los ojos y suspira pesadamente, el gorila pasea su mirada por todo mi cuerpo y sonríe como pervertido- está bien, pasad.

- Gracias colega- dice Austin y pasa conmigo pegada detrás.

Una vez dentro miro todo a mi alrededor con curiosidad, hay dos plantas, la de abajo algo más grande, y con más luz, la de arriba, con dos balcones, uno al frente de otro en la que hay chicas dándolo todo, chicos que miran y parejas que necesitan un baño o una cama urgente, como en todos sitios. Austin y yo nos vamos a un lado del sitio, el pequeño guardarropas y dejamos ahí las chaquetas, yo dudo un momento en dejar mi bolso, pero como no tengo nada importante, lo dejo.

Austin baila a mi lado, no se le da mal, le sonrío y él me coge y me besa, me encanta cuando lo hace. Luego de un rato bailando y en el que más de uno se acerca por detrás y haber visto como echaban a dos por pegarse, vamos a por algo de tomar a la barra, Austin pide por los dos y aunque no sé qué es lo que me está dando, me lo tomo igual, ¿Por qué desconfiar de él? Luego pedimos de nuevo y nos quedamos un rato sentados en un sillón, yo en su regazo mientras él me acaricia y me besa.

- Tengo que hacer una cosita, ¿me esperas aquí?- yo asiento sin entenderlo del todo por la fuerte música, él se despide de mi con un beso.

Lo miro de lejos, mientras intento fingir estar entretenida sin él, pongo más atención a lo que hace cuando lo veo mirar con mucha ansia a sus lados, como vigilando algo, como si estuviese haciendo algo malo y no quiere ser pillado, entonces el otro chico, que parece algo ansioso, le estira varios billetes enrollados de ¿dinero? Sí, estoy casi segura. Y lo confirmo cuando veo a Austin pasarle dos bolsitas, una bolsita que contiene un polvito blanco.

Me quedo incrédula, no esperaba que Austin vendiese droga, Porque... ¿es lo que está haciendo, no? Quiero creer que no, pero encajaría todo, desde donde saca dinero como para pagarle a sus "colegas" 1OO€ sin pensarlo mucho, (aunque eso haya sido por culpa mía) hasta la forma tan fácil, que supongo consume marihuana, y esa conversación con el gorila de la puerta sobre alguien que le esperaba. Austin había sonreído y dicho que lo complacería. Ahora lo entiendo.

Unos minutos después, Austin vuelve a mí como si nada. Intenta abrazarme pero yo me suelto. Él me mira confuso y yo me llevo un trago de cerveza a la boca antes de hablarle.

- Te he visto- le digo, no me hace falta gritar pues él lo entiende, me coge de la mano, aunque intento resistirme y me lleva a un rincón más apartado en el que la música no llega tan fuerte.

- ¿Te molesta?- me pregunta.

- Si- me limito a decir- no pensé que hicieras eso.

- ¿Y cómo pretendes que me mantenga entonces?- me dice algo molesto yo le miro incrédula.

- O sea, ¿Qué a esta mierda le llamas trabajo?

- Mira, reconozco que no es el trabajo más honrado ni el mejor del mundo. Pero al menos me permite mantenerme, tener una casa, ropa e incluso darme algún caprichito ¿entiendes? - yo me quedo callado- lo necesito- dice señalándose.

- Hay otras formas de ganarse la vida- Austin ríe sarcástico.

- ¿Estas flipando, no pececito? Quizás antes, pero ahora mismo, ésta es la única forma que encuentro de hacerlo.

- Pero Austin...

- No, ______- hace una pausa y suspira profundamente- oye, sé que somos muy diferentes, pero tienes que entenderme. Hay muchas cosas que no sabes de mí.

- Lo sé. - digo al final suspirando.

- ¿Entonces?- yo me quedo callada y él me toma de la mano para entrelazarla con la mía- no quiero hacerte daño. Pero no me pidas cosas imposibles.


Y así... el tiburón se enamoró del pececito (Austin Mahone y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora