Capítulo: 54

412 39 1
                                    

Malditos e insignificantes. Eso son nuestros besos para él. Esas palabras retumban en mi cabeza sin parar. No me dejan pegar ojo, toda esa información. Todo esto resulta demasiado doloroso. Siento el corazón roto en varios cachitos. Él me rompió el corazón. No le importo. Solo fui una apuesta. Solo valgo un coche, pues a fin de cuentas fue lo que aposto por mí.

- ¡Ya! Basta, deja de torturarte, joder- me grito a mí misma, me doy la vuelta en la cama y miro que ya son las siete.

Decido levantarme. He pasado toda la noche sin dormir. Solo pensando en eso. En que Austin es el mayor de los traidores. En que mi confianza en él o cualquier otro chico cayó en picada. Sigo sin entenderlo ¿Por qué yo? ¿Por qué hacerme ese daño a mí? Como si no hubiese suficientes zorras en su entorno a quien hacerle eso. Es más, es que ninguna chica se merece sentir lo que yo ahora.

Cuando termino de ducharme y cambiarme, llamo a mi madre, que sigue pasando la noche en el hospital con papá, no lo coge, así que supongo que lo tiene apagado o estará durmiendo. Me miro en el espejo antes de salir. Hoy será un largo día. Un día muy interesante y emocionante. Sonrio con malicia. La que te espera Mahone...

Llego a clases justo a tiempo, ahí está Sara que me sonríe con complicidad. Ahora mismo lo que tengo es rabia. Y muchas ganas de vengarme de él. Como casi siempre, él no está. Y conociéndole un poquito mejor, a menos de que hasta en eso haya fingido, estará con sus "negocios" igual de repulsivos como me lo parece él ahora.

Pasan las horas rápidamente, las chicas también repitieron las mismas palabras que Sara cuando se enteraron, menos Bree, que ella fingió estar cabreada con él, pero que no lo parecía. Ciertamente, no me sorprende, quiero decir, ¿desde cuándo le importan a ella esas cosas... mis cosas? Ella solo va a lo suyo.

A la salida veo a Austin con su grupito fumando, esta vez, cigarrillo normal, él me mira y me guiña un ojo. Yo le sigo la corriente igual y le saludo coqueta. Miro a otro lado. Por ahí viene mi objeto de venganza: Daniel. Puede que no esté bien lo que voy a hacer, no lo sé. Pero tengo muchas ganas de hacerlo. Miro a Austin de reojo y me doy cuenta que mira confuso el hecho de que venga Daniel hacia a mí y yo le sonría. Sara se queda con las demás a cierta distancia pues no se quieren perder el numerito.

- Hola princesa- me saluda con dos besos a cada mejilla, pero yo intencionalmente rozo sus labios, él me mira sorprendido- es raro que me llames.

- ¿Te molesta?- pregunto fingiendo inocencia y veo a Austin acercarse con desconfianza pero seguro.

- Todo lo contrario, tenía muchas ganas de verte. La última vez me comporte fatal y... bueno, lo siento.

- Está bien, no te preocupes. No tiene importancia- miro a Austin de reojo y abrazo a Daniel para provocarle más cuando me separo de él me quedo acariciando su pecho.

- Oye... ¿Qué te pasa? Quiero decir, me encanta que estés así conmigo, pero ¿tú no querías al Austin ese?

- Bien lo dijiste: le quería. Pero me di cuenta que es un gilipollas. - digo con rabia- no hablemos de él. Hagamos algo mejor- digo coqueta.

- ¿El qué?- dice ¿pícaro?

- Bésame- le susurro sobre los labios.

Dani sonríe y no duda en besarme. Me envuelve con sus brazos por la cintura y yo a él por el cuello jugueteando con su pelo mientras miro a Austin que se detiene mirando aquella escena, sonrío con los ojos y comienzo a dejarme llevar por el dulce beso que me da Daniel. Se me había olvidado lo bien que besa. Pero no tanto como Austin. ¡Maldita sea, olvídalo! De repente ya no siento más los labios de Daniel sobre los míos y no me hace falta abrir los ojos para saber que Austin ha sido quien nos separó.

- ¿De qué coño vas?- me grita, yo miro a Daniel que se levanta del suelo sonriendo- ¿Por qué dejas que te bese?- me grita más fuerte, pronto se forma un círculo a nuestro alrededor, incluyendo sus amigos y a mis niñas. Es hora de interpretar mi papel.

- Austin... tranquilízate. Fue solo un beso- digo sonriendo con fingida inocencia, él me mira incrédulo.

- Pero, ¿Qué mierdas dices? ¿Te gustaría que yo fuera besando a otras por ahí, eh?

- Puedes hacer lo que te dé la gana- digo fingiendo indiferencia mirándome las uñas y me acerco a Dani- a fin de cuentas, tú no tienes ningún compromiso conmigo ¿no?- digo repitiendo sus mismas palabras de la vez pasada.

- ¿Esto es una puta broma? Porque te juro que no tiene gracia, _______.

- No es ninguna broma, Mahone. Espabila. - digo y río como las pijas más putas de las películas, Sara también lo hace para darme apoyo y las chicas le siguen.

- _______...

- ¡Ay, Mahone! ¿Sabes qué? Me aburres. - digo y abrazo a Dani por la cintura, este me propina un beso en la cabeza y yo sonrío fingiendo felicidad - es hora de cambiar un poco de aire ¿sabes? Tampoco eres muy bueno en la cama para yo tener que seguir aguantándote. Además, que con lo pequeñita que la tienes- escuche la risa de los demás detrás de mí- no es como si dieras mucho placer en la cama, todo lo contrario a Daniel- y miro de forma coqueta a Daniel.- Así que supérame, eres pasado- digo poniendo cara de fastidio- ¿Sabes?, Creo que es mejor que te consigas a otra, no se... de tu clase. - digo mirándole con asco- ya sabes, que también le vayan las apuestas.

Austin abre los ojos desorbitadamente y yo le guiño un ojo, tomo a Daniel de la mano y salgo del círculo formado dejándole ahí. Solo. Y humillado delante del colegio y de los gilipollas de sus amigos. El gran Austin Mahone humillado por mí. Al final, no será tan malo esto de hacer de puta mala.


Y así... el tiburón se enamoró del pececito (Austin Mahone y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora