No me llames pequeño [อย่าเรียกหนูว่าตัวเล็ก]

15: Enfadado

—¿Vamos a empezar ya? —preguntó con una voz dulce una chica encantadora, al ver que la otra persona permanecía sentada en silencio sin decir una palabra desde que llegaron al lugar.

—Es que... no sé por dónde empezar.

—¿Hmm? ¿Por qué? No deberías preocuparte tanto. Ya estamos familiarizados, ¿por qué te sentirías incómodo? —preguntó Fern de nuevo, viendo que la otra persona dudaba.

—Es precisamente porque somos cercanos... que no sé cómo empezar. Uff... —El "Sr. Universidad" suspiró profundamente, dejando claro que lo que Dragon quería hacer hoy no se resolvería pronto.

—Está bien, no pasa nada. Podemos esperar hasta que estés listo, Dragon. Yo puedo esperar —dijo la chica sentada frente a él con una voz suave. Le sonrió a su "exnovio", como solía hacerlo. No entendía por qué él la había llamado para reunirse así, pero confiaba en que si Dragon pudiera resolver el problema por sí mismo, no la habría contactado.

—Con su permiso, les sirvo el arroz frito con salsa de chile y el pad thai de fideos de celofán —dijo la camarera, trayendo la comida que habían pedido.

—Muchas gracias —dijo Dragon. Luego, añadió condimentos al pad thai como solía hacer, y rápidamente se llevó un bocado a la boca. Probablemente había estado pensando demasiado todo el día, además de haber terminado los exámenes, por lo que sentía mucha hambre.

—Sigue siendo tan delicioso como siempre —comentó Dragon mientras masticaba con gusto.

—No hables con la boca llena, Dragon. ¿Cuántas veces te lo he dicho? —respondió Fern con un toque de frustración. Desde que rompieron, parecía que él no había cambiado en absoluto, ni siquiera su restaurante favorito seguía siendo el mismo.

Sí, ambos estaban sentados en el restaurante cerca del condominio de Fern. Cuando salían juntos, Dragon solía llevarla en coche, y siempre terminaban comiendo allí. Además de ser sabroso, la comida no era cara, lo cual era perfecto para estudiantes sin ingresos.

—Entonces, ¿me vas a decir ya para qué me llamaste? —preguntó Fern al ver que Dragon parecía menos ansioso.

Dragon tomó una gran bocanada de aire antes de decidirse a hablar de lo que le había estado preocupando todo el día.

—Es que... creo que siento algo raro por alguien.

—Ajá, ¿y?

—No sé... siento que no debería estar pensando en eso —dijo Dragon, sintiendo que no debería dejar que esos sentimientos fueran más allá.

—Mm, entonces estás diciendo que te gusta alguien —dijo Fern después de pensarlo un momento, haciendo que Dragon lo negara rápidamente.

—¡No, no es eso! Solo me siento nervioso, supongo.

—¿Y en qué se diferencia de gustar a alguien? —le preguntó Fern otra vez.

—Eh... bueno... —el "Sr. Universidad" se sintió incómodo al ser acorralado.

—¿Qué pasa, Sr. Universidad? —dijo Fern con una mirada astuta. Aunque Dragon parecía intimidante para otros, para ella siempre era como un cachorrito. Estaba segura de que, en el futuro, quienquiera que hiciera sentir así a Dragon tendría que lidiar con este "gran cachorro".

—Si me preguntas si me gusta o no, no sabría decirte, pero lo que sí sé es que, como te dije, mi corazón late raro cuando estoy cerca de esa persona.

—¿Es ese chico pequeño del que subiste una foto hace poco, no? El que subiste cuando fuiste de viaje con tu facultad la semana pasada.

—¡Oye, Fern! ¡Shhh, no lo digas en voz alta! —El "Sr. Universidad" casi se cayó de la silla cuando Fern lo descubrió. Ella se refería a la foto que había subido durante el viaje a las provincias con sus compañeros la semana anterior.