—¡Ay, qué bien lo hicieron, chicos! Después de este evento, P'Pung los invita a todos.
—¿Eh? ¿Qué tengo que ver yo en esto?
—¡Vaya, no te hagas el desentendido! Tú eres el sublíder de la tercera generación de nuestra casa, ¿no?
—Está bien, está bien, lo que a ustedes les haga feliz —el sublíder de la tercera generación de la casa Chulapak negó con la cabeza, algo resignado ante su compañero menor. Ahora entendía la sensación de sus superiores cuando tenían que pagar por él en su primer año. *Uf.*
—Vayan a sentarse primero, chicos. ¡Eh, ustedes! No molesten a los menores, déjenlos sentarse a ver las presentaciones de las otras casas primero —Ging intervino para ayudar a los más pequeños, quienes al bajar del escenario fueron rodeados por un grupo de estudiantes mayores, tanto hombres como mujeres. El menor solo pudo rascarse la cabeza, algo confundido, y dejó que los mayores se acercaran a tomar fotos sin oponer resistencia.
—Gracias, P'Ging —dijo Sugar, agradecido con la que lo había rescatado del asedio de fotos de los mayores.
—Creo que a partir de ahora vamos a tener mucho trabajo. Estoy segura de que muchos van a querer tener lazos con nuestra casa, ¿verdad, Dragon?
—¿Por qué dices eso...? Digo, sí. —Cambió rápidamente el tono, porque notó que el pequeño lo estaba mirando de reojo, advirtiéndole que no usara malas palabras frente a él. Normalmente Dragon no cedía tan fácilmente ante nadie... pero hoy era una ocasión especial, así que podía hacer una excepción. (*Siempre te veo ceder con él*, se escuchó una voz lejana en su mente).
—Voy a llevar al pequeño a sentarse en la sala de reuniones. En breve revelaremos quién será su mentor —Dragon y Pung asintieron a Ging, aunque lamentaron no haber podido pasar más tiempo con el pequeño. Dragon pensaba que tendría muchas más oportunidades de hablar con él.
—¿Escuchaste al público, amigo? ¡Qué alegría!
—Sí, todo el cansancio se me fue de golpe. La verdad, si no fuera por la sorpresa del final, nuestra presentación habría sido muy aburrida. ¡Tu idea fue genial, Opor! Te lo reconozco.
—¡Por supuesto! Si no somos buenos bailando, entonces necesitamos hacer reír —respondió Opor con voz orgullosa. Estaba aliviada de que la audiencia hubiera disfrutado del show de su casa.
—Pero debemos agradecerle más que nada a Sugar. Seguro que ahora tendrá muchísimos más admiradores.
—Ehhh, no creo que sea para tanto —respondió el pequeño.
—¡Claro que lo es! Si Sugar no hubiera aceptado ser el centro de atención, hubiera sido un desastre —Sugar le sonrió ampliamente al líder de su casa. Después de la presentación, se sintió como si se hubiera quitado un peso enorme de encima, lo que lo hizo sonreír dulcemente a todos los que encontraba, de tan buen humor que estaba.
—Lo hiciste muy bien, hermano —le dijeron.
—¿En serio, P'Ice? ¿Bailé bien?
—Lo hiciste genial, ven aquí para que te dé un beso —Sugar infló las mejillas para que su hermano mayor pudiera darle un beso en la mejilla, lo que hizo que los amigos que estaban ahí casi gritaran por lo adorables que eran. Si no supieran que eran hermanos, seguramente habrían pensado que eran pareja.
—Me voy con mis amigos, P'Ice. Pronto será el momento de revelar a los mentores.
—De acuerdo, cuida de Sugar, Opor.
—Claro, no te preocupes. No dejaré que ni una hormiga se le acerque.
—Gracias. Entonces, nos vemos después, Sugar.
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No me llames pequeño [อย่าเรียกหนูว่าตัวเล็ก]
DiversosToda la historia comenzó cuando "Sugar" Un chico pequeño, lindo, hermoso, fresco y querido por las personas mayores en la facultad. Hasta que " Dragón", la luna caliente de la facultad de tercer año lo llamó 'pequeño' desde el primer encuentro.