”Mi nombre es Kiara, tengo dieciséis años y vivo en el pueblo de Demongels. Pienso terminar la secundaria e irme de este pueblo de mierda, mis padres no quieren, pero es decisión mía y de nadie más"
Primer día de clases.
Estaba en el pasillo sacando mis cuadernos de el casillero para la siguiente clase.
—Hey Kiara, ¿cómo estás? — era Alexis, un chico del instituto de mi mismo año.
–Hola Alexis. Bien, ¿y tú?
—Estoy bien gracias, verte me hace sentir así —me sonrío —. Oye, ¿a qué hora terminan tus clases?
—Eh... Alexis, apenas voy a empezar la primera clase ni siquiera sé cuál es mi horario — le dije con un tono de obviedad, mientras iba caminando hacia mi salón con él siguiéndome los talones.
— Oh si, lo siento. ¿Te gustaría ir conmigo a comer algo más tarde? — bueno, hay que admitir que Alexis es un chico tierno. Por mucho que no quisiera aceptarlo sería un buen novio se lo ve atento y cariñoso, pero... —. Tierra llamando a Kiara. ¿Estás ahí? Te quedaste pensando linda.
— No puedo Alexis, adiós — entre a mi salón y lo escuche despedirse de mí a lo lejos.
Es un buen chico, pero aún no estaba preparada para una relación. Sé que no todos los chicos son como mi anterior novio. Mejor conocido como el innombrable, el anterior lucía tan enamorado de mí y a pesar de eso me rompió el corazón, lloré y me sentí fatal por mucho tiempo. Ahora estoy feliz, sin amor ni compromisos, ni ninguna atadura que me impida centrarme en mí misma.
Salí de mis pensamientos y me volví a conectar al universo. Al entrar al salón pude ver a mis amigas: Stella, Sabrina, Chloe y Aurora. Las cinco siempre hemos sido muy unidas.
— Hola, chicas —todas me devolvieron el saludo y me senté en el lugar que me guardaron.
— Kiara, te vi hablando con Alexis, ¿qué onda con él? — Stella siempre ha sido la más involucrada en relaciones, es la que tiene más experiencia si se puede decir así.
— ¿Saben que puedo hablar con un chico, verdad? — rodé los ojos y di a entender que no me gusta hablar de chicos. El primer paso de que estas enamorada de un chico, es contarle a tus amigas.
— Bien, mañana es la fiesta de inicio de año, ¿tienen sus vestidos? — preguntó Stella nuevamente. No es que yo sea tan fanática de las fiestas, pero sí planeaba ir.
Digamos, ir a "tomar" un rato y nunca esta de mas relajarse. Para que tengan una pequeña pauta de mi vida, mis padres viajan casi todo el tiempo porque mi padre trabaja en una agencia de viajes y mi madre estudió relaciones internacionales. No, no tengo hermanos. Viviría sola excepto por el detalle que tengo una nana, que me "cuida". Sí se lo que están pensando, dieciséis años y una nana. En mi defensa, sólo vive en la casa porque le pagan bien y no puede conseguir trabajo en otro lugar, puesto que el sueldo sería menos.
— Yo no tengo vestido, no pienso ponerme algo que usé antes. Voy a tener que comprar uno nuevo — Aurora, la reina de la exageración va pasando, abran paso.
— No seas dramática, Rori. Más tarde iremos al centro comercial y compraremos uno — esta vez hablo Chloe, mientras guardaba su celular que lo había estado usando desde que llegue.
— Un vestido necesita tiempo, necesitas sentir que es el vestido indicado. No sólo probarte uno porque lo viste bonito — Aurora se cruzo de brazos y fingió estar molesta mientras las demás nos reímos levemente.
— Y luego existen personas como yo, que con suerte iremos — dice Sabrina y todas nos comenzamos a reír.
— Bien, iremos todas de compras hoy en la tarde saliendo de clases — como si fuera una escena de televisión, justo cuando termine de hablar llego el profesor.
Pasada la jornada escolar al fin era hora de irnos. Sólo me quedaba este año y al fin seria libre. Podría irme a dónde yo desee y rehacer mi vida.
Saliendo de la escuela poco a poco mis amigas y yo nos juntamos en la salida.
— Nos vemos a las tres en la plaza para irnos de compras — Chloe se despidió con la mano y se fue, mientras todas la imitamos.
Al caminar a casa sentía que me pesaban las piernas, no era muy lejos, pero desearía sacar una licencia para conducir y poder usar el auto de mis padres, eso me ahorraría mucho tiempo.
Tenia que pasar por el bosque porque si voy por toda la carretera probablemente llegaría en cinco horas. A pesar de que mis padres ganan bien y viajan todo el tiempo, no se preocuparon lo suficiente por la seguridad de su hija, como por ejemplo comprar una casa cerca de la única escuela en el pueblo. Al final seguí caminando y me di cuenta que estaba siendo ridícula.
Kiara, nada malo pasa en Demongels.
Sí, ya lo sé. Lo peor que puede pasar es que alguna señora vaya con el chisme hacia otras. Cuando cumplí quince, según los rumores me escapé de mi casa para verme con algún vago, con el objetivo de comprarle droga. Y también, que mi personalidad es acausa de los alucinógenos.
Ósea sí me escapé, pero no porque quisiera comprar droga ni nada de esas cosas, sino para verme con el innombrable, ese día él tenía un regalo para mí.
Flashback.
— ¿Y cómo la está pasando mi amargada favorita? — es un apodo de cariño, me dice así desde que nos conocimos.
— Pues no tan bien, te fuiste hace poco y ya te extraño — estábamos hablando por teléfono y era un poco tarde. Mis padres sólo vinieron por mi cumpleaños y ya estaban alistando maletas para irse nuevamente.
—Tus padres no me quieren, hubieras terminado castigada si seguía más tiempo — le contesto con un "Lo sé" y nos quedamos disfrutando del silencio.
— Creo que es hora de darte tu regalo. Paso a recogerte en una hora iré por tu patio, me esperas arreglada — cuelga y me alisto, mis padres están demasiado agotados así que no se darán cuenta si salgo.
Paso una hora y al fin llego, con mucho cuidado abro la puerta y la vuelvo a cerrar.
Vamos en su moto hasta las montañas, una vez le dije que eran uno de mis lugares favoritos. Hay un camping, me tapa los ojos y al entrar me los destapa lentamente.
Veo una manta con rosas rojas, velas alrededor, hay vino y comida. Todo es tan romántico. Tan perfecto.
— Amor, te quedo tan lindo. Gracias — me doy la vuelta para estar frente a frente con él y le doy un beso.
— Ven, hay que sentarnos.
Esa noche me hizo suya. La mejor noche de mi vida.
Fin del Flashback.
El recuerdo todavía estaba presente y las lágrimas estaban rodando por mis mejillas, a pesar de que había pasado un año, no podía evitar sentir algo de decepción por parte de él y por parte de mí.
Por un tiempo me pregunté ¿Qué hice para que se fuera? Él era lo mejor y lo peor que me había pasado, fue como una luz al final del túnel que se apagó antes de que logrará salir. Seguía rota, quería volver a unir los pedazos que el rompió, pero necesitaba hacerlo yo, necesitaba saber que no dependía más de ningún chico.
Cuando me di cuenta ya había salido del bosque y apresure un poco el paso hacia mi casa. Nana intento saludarme, pero yo la ignore y subí hasta mi habitación tratando de frenar las lágrimas. Odio sentirme débil.
Me sentía mal por algunos chicos que he usado en el camino, al fin y al cabo sigo estando mal. Todos en la escuela comenzaron a decir que soy una rompecorazones, fuckgirl y que no me importa nada de la vida.
Ahora es diferente, luego de muchos sucesos, mi vida dio un giro de ciento ochenta grados. ¿Recuerdan que mi plan era salir de este pueblo y comenzar de cero? Bueno, pues en unos momentos mi planeado futuro se ira al coño.
ESTÁS LEYENDO
Demongels¿Mierda que nos paso?
Mystery / ThrillerEn un pueblo tranquilo y conservador, ¿quien pensaria que habrian asesinatos, violaciones, secuestros y muchos secretos? Tarde o temprano saldrán a la luz y allí muchos deberán escapar o pelear para vivir, pues en nadie se puede confiar. Por otro l...