Capitulo 34

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Abrigadas hasta la coronilla, llegaron Dinah y Camila con su mochila al hombro, hasta la casa de Austin. Las guiaron hasta la piscina cubierta, que parecía una piscina olímpica. Pero Camila ya había estado allí así que no se dejó impresionar.

Llegaron las últimas y ya todos se habían cambiado y llevaban sus trajes de baño. Tanto los hombres como las mujeres parecían la selección de jóvenes más atractivos del país. Era una competencia de belleza. Pero Camila tenía a su clara ganadora. Nada más entrar y verla en bikini había rememorado la dulzura de la unión de sus cuerpos, dejando de respirar por unos instantes. Todo el frío que se había acumulado en su interior por las invernales temperaturas, había desaparecido. No podía disimular su conmoción, así que no lo intentó. Por suerte Lauren estaba tan ocupada examinando el escote de Ariana, que ella pasó desapercibida.

Entre la multitud observaron a un invitado inesperado. Para la suerte de Camila, Tony y Austin se habían hecho muy amigos. Cada vez que él iba al local a intentar persuadir a Dinah para que cediese un poco, acababa tomándose unos tragos con Tony. Y como era el único día libre del joven, había decidido disfrutarlo, yendo a la fiesta.

En la distancia sonrió a las chicas que se encaminaban al interior de la calida estancia. Las cuales agradecían tener un aliado más. El agua soltaba un suave vapor que hacía rugir a los músculos de placer. Caminaron hasta el anfitrión, que estaba encantado de verlas. Aunque Camila sabía que no era por ella precisamente.

Tras un saludo de rigor fueron hasta los vestuarios para cambiarse de ropa y ponerse el traje de baño, como el resto ya había hecho. Dinah había elegido un bikini dorado que la exhibía mucho más exuberante. Camila se colocó el trikini negro que su amiga le había convencido para que se pusiese. Ella quería algo más discreto y que no la metiese en más problemas de los que ya tenía. Pero finalmente había cedido. El traje de baño se le ajustaba a la perfección a cada curva.

Al salir para reunirse con todos notaron como todas las miradas giraban para verlas. Tanto hombres y mujeres rezaban por no resbalarse con el charco que estaban produciendo bajos sus pies. Y dos de ellos, habían notado como su corazón se paraba durante unos segundos.

Ajenas al impacto que provocaban caminaron despreocupadamente, charlando animadamente. Pero tuvieron que interrumpir el paso al notar como una toalla gigantesca envolvía a cada una.

Ante la mirada atónita de todos, Lauren y Austin las habían alejado de las miradas curiosas y cubierto, lo que para ellos era desnudez.

- ¿Se puede saber que demonios están haciendo? -protestó Dinah quitándose la toalla de encima.

- ¡Taparlas! Ya que ustedes no lo hacen, lo hacemos nosotros -acusó Austin irritado, intentando taparla de nuevo.

- ¡Todo el mundo va en traje de baño! ¿Por qué no van a tapar a sus animadoras? -preguntó la morena malhumorada- Lo necesitan bastante más que nosotras. Además, a diferencia de ellas nosotras llevamos bikinis de nuestra talla, no varias tallas menos como ellas -concluyó y se marchó a paso ligero.

- ¡Dinah ven aquí! Dinah he dicho que vengas -le gritó Austin mientras corría tras ella con la toalla abierta para echársela sobre los hombros en cuanto la alcanzase.

Camila sonrió ante la escena. Sabía lo que ocurriría sin que le hiciera falta estar presente. Él la alcanzaría sin problemas, la llevaría a algún sitio privado y ella protestaría indignada durante largo rato. Pero estaba segura que la discusión iría seguida de una confesión de sus sentimientos y un apasionado beso. Se negaba a imaginarlos haciendo más.

La sonrisa en su cara tembló al notar que el brazo posesivo que la rodeaba la apretaba más contra un cuerpo duro y cálido. Se giró para mirar a la dueña de ese tentador cuerpo y observó petrificada la cara de odio con la que miraba a su alrededor. Parecía una cazadora buscando su presa. Pero ella no pudo evitar que una oleada de felicidad la invadiese. Tenerla tan cerca, apretada a su cuerpo y envuelta en esa toalla que la tenía aprisionada bajo su garra como si fuese de su propiedad. Era más feliz de lo que había sido en semanas.

Por un momento recuperó las esperanzas. Seguía sin poder controlar sus ataques de hermana mayor protectora. Quizás, con suerte, si provocaba que esa faceta saliese más a menudo, podría volver a verla como a la misma de antes, y desear compartir cosas con ella como antes.

Lauren había decidido sacarle los ojos al próximo que se atreviese a mirarla. No se había percatado de lo cerca que la tenía, y cuando lo hizo controló el involuntario deseo de alejarla de ella. Si daba un respingo demostraría que no era tan inmune a sus encantos, al igual que los demás, y ya tenía suficientes súbditos.

Si quería pasearse desnuda, ¡que lo hiciera! se intentó convencer Lauren de que no le importaba mientras se alejaba de ella. Eso era lo que deseaba, que todos babeasen por sus impresionantes curvas y fantasearan con esas largas piernas rodeándolos mientras la hacían suya una y otra vez.

Se maldijo mil veces más mientras se sentaba junto a Ariana. Lauren no necesitaba esa minúscula prenda para fantasear con ella. Lo hacía día y noche desde que la tuvo en su cama. Incluso, tuvo que mudarse de cuarto para poder dormir sin sentir que ella aún estaba presente.

Camila estaba feliz. Daba igual que ella se hubiese ido malhumorada. Ella la conocía y sabía que aún le importaba. Tendría que hablar con ella. Pero esperaría a que no estuviese Ariana a su lado.

Divisó entre una muchedumbre de animadoras excitadas a un pobre hombre que necesitaba de su ayuda. Sonrió ante la cara de espanto que ponía Tony con cada comentario de las muchachas. Caminó hasta ellos y lo sacó de allí agarrándolo del brazo.

- Hoy tienes que ser mi novia o estás, acabarán violándome -afirmó Tony con verdadera preocupación. Pero Camila no pudo más que reír por el comentario.

- ¿Y qué te dice que yo no lo haré? -preguntó burlona enmarcando una ceja.

- En tu caso me dejaría -comentó más relajado al alejarse de las jóvenes.

A Lauren no le gustó nada lo que veía. Camila y ese tipo, amigo de Austin parecían de los más contentos haciéndose compañía. Ella lo había arrancado de las garras de un grupo de admiradoras, lo que le hizo pensar que ya se conocían. Y ahora estaban frente a ella, al otro lado de la piscina, charlando coquetamente a escasos centímetro el uno del otro.

Se felicitó a si misma por el autocontrol que tuvo al ver que él colocaba sus manos sobre la estrecha cintura de Camila y ella lo abrazaba muerta de la risa. Aún no entendía cómo era posible que no los hubiese matado a ambos al verlos tan juntitos y semidesnudos. Sí, sí sabía por qué no lo había hecho ¡No podía! La rabia la invadía a tal grado que no podía ni moverse.

Pero su poco autocontrol se vino abajo cuando Ally se acercó a ellos, sentándose junto a Ariana.

- ¡Camila está buenísima! -afirmó Ally comiéndosela con la mirada- ¿Cómo ha podido esconder semejantes curvas por tanto tiempo?

Eso mismo se preguntó ella, pero ahora agradecería que volviera a taparlas. A poder ser ¡en ese mismo instante!

- ¡No es para tanto! -exclamó Ariana quitándole méritos- Está demasiado delgada ¡No tiene curvas!

- ¿Para donde miras? Yo le veo toda una montaña rusa. Tiene unas curvas... -se interrumpió mordiéndose el labio por la excitación- ¡de vértigo!

- ¡Exagerada! Él que esta buenísimo es su acompañante. Austin me dijo que es el jefe de Camz y su amiga -continuó al ver que tenía toda la atención de Lauren y se dirigió malévolamente a ella- ¿No crees que hacen muy buena pareja? Son como la Barbie y el Ken castaños -se burló Ariana soltándose en carcajadas.

Lauren los miró y analizó la figura de ambos. Eran atractivos, esbeltos y de una apariencia que no encajaba con los allí presentes. Castaños de ojos chocolates claros y una sensualidad elegante. No eran dos adolescentes con las hormonas revueltas, sino que parecían unos modelos sacados de la portada de una revista.

Se dijo que le daba igual que estuviesen hechos el uno para el otro. Pero no pudo mirarlos por más tiempo y se marchó de allí a toda prisa. Una cosa era admitir que ella fuese una espectacular sirena creada para torturar a simples mortales y destinada a acabar con un modelo rico y tan condenadamente guapo como ella, y otra cosa era tener que verlo.

PDTA: Disfruten los dos capitulos, nos leemos mañana ;)

Amigas Desconocidas (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora