Capitulo 40

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Con un movimiento casi imperceptible, comenzaron a acercarse buscando el contacto con la otra. Las ganas de besar y acariciar al objeto de deseo, era superior a cualquier lógica. No importaban los reproches que cada una tuviese sobre la otra. Si eran justificados o no. La naturaleza del desprecio de cada quien por la otra. Lo único importante era la urgencia de sus cuerpos por unirse. Ambas parecían aceptarlo e intentar calmar el fuego entre ellas.

El contacto era inminente. Sus labios casi se rozaban cuando un pequeño quejido las saco de su ensimismamiento. Se miraron algo aturdidas y volvieron a escuchar el mismo ruido. Esta vez lo distinguieron como un ladrido. Camila se agachó y cogió en brazos a su pequeña perrita, dándole gracias en silencio por su interrupción. No debía dejarse llevar. Tenía que controlar aquello o sería su perdición. Lauren no perdía nada con ese acuerdo, pero ella podía perderlo todo. La amaba y sabía lo mucho que podría sufrir si dejaba que ella la utilizase como estaba claro que pensaba hacer.

Se recordó que el objetivo del trato era hacer que se rehiciese un lazo de cariño entre ambas. La cercanía y el tiempo juntas a la fuerza tendría que hacerlo. Le recordaría a Lauren lo bien que estaban juntas, y haría que ella desease volver a ser su amiga. Tenía claro que eso era lo que quería lograr. Sabía que al principio tendría que luchar contra la lujuria, de ambas. Pero tenía clara su meta. Lo hacía todo para recuperar a su amiga.

Lauren quiso jugar fútbol con esa pequeña bola de pelos cuando las interrumpió. Estaba tan cerca de tenerla de nuevo... Pero era posible que aún fuese pronto, se dijo entre suspiros de frustración. Pero temía que si esperaba, ella cambiase de opinión. No podía aplazarlo mucho. Esa no sería la noche, el ambiente era demasiado tosco y ella se veía cansada de verdad. Decidió que lo retrasaría hasta el día siguiente. Pero no podía aparecerse y reclamar su parte del trato, tenía que ser algo más sutil.

Recordó que al día siguiente los chicos habían quedado en casa de Ally para hacer una barbacoa. Ella no había aceptado ir porque se aburría en presencia de ellos. Sin Camila o Austin la compañía del resto era insoportablemente aburrida. Cumpliría su parte del trato y haría aparición pública con ella, para volver a hacer cosas juntas.

Maldijo a la mascota al ver que se llevaba su ansiado beso. Se quedo embelesada al verla sonreír y cuidar tan dulcemente al pequeño animal. Cuando lo soltó de nuevo para que este corretease por toda la sala, reaccionó.

- Mañana -consiguió decir Lauren saliendo sus fantasías- he quedado con los chicos en casa de mi prima. Puedes venir y así acallas los rumores.

- ¿Cuales son los rumores? -preguntó curiosa.

- Unos dicen que te me declaraste y yo te rechacé -contuvo un gruñido al verla reírse.

- Veamos si adivino ¿Esa gran deducción fue de la mundialmente conocida por su intelecto, Ariana? -se burló Camila riendo.

- Y la mayoría de las chicas. Los chicos creen que... -no continuó y la devoró con la mirada.

- ¿Qué? -quiso saber Camila impaciente. Sabía que los chicos la consideraban como una especie de estrella televisiva desde que dejó de ocultarse. Tenía curiosidad por saber que habrían pensado.

- Que te buscaste amigos, o un novio o novia más cool y te hartaste de mí -confesó furiosa por la idea.

- Siempre los he tenido y nunca le he dado la espalda a nadie -afirmó ella seria.

- ¿Vendrás entonces? -le pidió Lauren sorprendida por la ansiedad que le provocaba el que pudiese negarse.

- Claro. Dime hora y allí estaré -anunció muy sonriente, despejando todos sus temores.

Amigas Desconocidas (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora